Hace más de un mes que en Bielorrusia las redes sociales son las plataformas que convocan a las manifestaciones antigubernamentales. Estas protestas tienen características especiales. Cuando salen a las calles los manifestantes no entonan canciones contestatarias, no llevan pancartas ni lanzan lemas de rechazo al gobierno; solamente aplauden. Son protestas silenciosas.
En ese país no hay tanto acceso a Facebook o Twitter, como en el resto del mundo; pero está VKontakte (En contacto) la red social que une a unos 135 millones de usuarios en Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajastán. Los grupos creados en Vkontakte por los bielorrusos opositores se denominan “Revolución a través de las redes” y “Estrategia de futuro”.
El 3 de julio, se celebró el día de la independencia de Bielorrusia, según el calendario implantado por el presidente bielorruso Alexander Lukashenko. Durante el discurso del acto oficial, el mandatario culpó a Occidente de lanzar contra el país una intervención informática. Desde el sábado las autoridades bielorrusas bloquearon las redes sociales impidiendo el acceso a VKontakte. Decenas de miles de policías y agentes del orden vestido de civil patrullaron las calles y la propia televisión rusa, mostraba imágenes de autos sin identificación cargando con los manifestantes.
A pesar de esas medidas, las protestas con las palmas de las manos se escucharon de nuevo en Minsk. Medio millar de personas fueron arrestadas a lo largo y ancho del país. Con gases lacrimógenos la policía dispersó en Minsk las zonas escogidas por los manifestantes que solamente aplauden caminando o parados. Un juicio rápido para los detenidos acusados de bandolerismo y la condena de quince días de arresto administrativo.
La ONG bielorrusa Vesna (Primavera) ha denunciado el arresto y juicio arbitrario de los manifestantes. El primer presidente de Bielorrusia después de la independencia, Stanislav Shushkevich, firmante de la declaración que disolvió la URSS, fue arrestado junto a un grupo de estudiantes de la Universidad Humanitaria Europea, cuando regresaban al país desde Lituania. Todavía están tras las rejas los que protestaron en diciembre del 2010 tras el fraude en las elecciones presidenciales.