El MINSAP pretende premiar pero provoca un total avispero. De gira por el país, la Dra. Marcia Cobas, viceministra de Salud y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, anuncia, en cada hospital visitado, que va a repartir computadoras laptop y 200 automóviles entre los médicos cubanos.
Me pregunto ¿a cuánto toca prorratear esos 200 vehículos cuando –según cifras oficiales– en Cuba existe una enfermera por cada 126 habitantes, un médico por cada 159 residentes, un estomatólogo por cada 1.066 vecinos y un endoscopista uterino por cada 200 habitantes?
Las autoridades de Salud, inherentes de una dictadura con funesta administración, no están reconociendo el trabajo de los médicos, están premiando la deslealtad y la indiferencia a los problemas comunes de un gremio muy sensible.
Un reconocido profesor, de quien no debo citar de nombre pero puedo decir que es miembro activo de la Sociedad Cubana de Psiquiatría y especialista en el estudio del comportamiento humano, me aseguró que una decisión gubernamental de este tipo es un peligroso
ejercicio de control que provoca el odio espontáneo y se manifiesta con inusuales insultos racistas, juicios sexistas, quejas de tipo clasistas y acusaciones entre galenos que, además de competitivas, son totalmente injuriosas. Los médicos están que muerden, sacando los trapos sucios al sol.
La medida, como es lógico, lejos de paliar el descontento de la cofradía de los estetoscopios, engrosa la desconfianza, exalta el odio reprimido y genera una atmósfera preocupante de tensión entre médicos que se preparan para combatir, empuñando la usura como arma, y ser ganadores del premio.
"Nadie puede concebir que un estímulo de este tipo, para usar, es obvio, como instrumento de enfrentamiento entre colegas, tenga un carácter solidario. Los cubanos conocemos muy bien, pues lo hemos padecido por más de 56 años, que prácticas similares nunca dieron resultados positivos", dice el galeno.
La orientación incluye, además, que ETECSA entregue teléfonos fijos a todos los médicos y estomatólogos. Ya, a lo largo y ancho del país, los directores de hospitales comenzaron a realizar los listados pertinentes para ejecutar la medida, pero se están enfrentando al creciente descontento que se nota entre el resto del personal de la Salud, los técnicos y enfermeros que han sido del todo ignorados y andan de muy mal humor.
"Estamos, aunque parezca exagerado, frente a un comprometido atentado a la economía del país que, de alguna forma, también afecta a la población nacional en temas de salud. Porque, si bien nos pone a competir a los médicos cubanos, también desestimula creando un marco de negociación muy susceptible al chantaje –concluye mi interlocutor–. Sólo hay que leer a Pavlov y a B.F. Skinner, archiconocidos estudiosos de la conducta, para entender que en este tipo de premios hay efectos negativos que bajan la positividad moral del premiado y la efectividad laboral del no premiado".
