Una importante organización opositora, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), advirtió al presidente del gobierno español Pedro Sánchez que en su anunciada visita a la isla no olvide que va a sentarse a negociar con un dictador, y le pidió que no contribuya a facilitar la prolongación de un régimen dinástico.
En una carta abierta a Sánchez, divulgada en Madrid por el representante del grupo ante la Unión Europea, Javier Larrondo, se califica de aberraciones los postulados que sostienen al régimen cubano, y se alerta que la eventual aprobación del proyecto de Constitución, el próximo febrero, le otorgará al gobierno "el oxígeno necesario para 20 años más".
"Hemos sufrido tanto, tanta mentira, tanta manipulación, tanta cárcel y tanto abuso, que deseamos poder ser entendidos acerca del peligro que un falso refrendo de ese tipo traerá a nuestro país", indica la misiva, suscrita además por los líderes opositores José Daniel y Luis Enrique Ferrer.
Sin fecha definida
El presidente del gobierno español viajará próximamente a Cuba. Su visita, sin fecha definida, fue anunciada luego de reunirse la pasada semana con el sucesor designado Miguel Díaz-Canel, en Nueva York, durante la 73 Asamblea General de Naciones Unidas.
El líder de Partido Socialista español, no ha confirmado aún si se reunirá o no con los disidentes cubanos.
“Todos los equipos [están] trabajando en el diseño de esa agenda”, dijo Sánchez en declaraciones recientes a la prensa. Y añadió: “Gobernar es también desbloquear algunas presencias internacionales que el gobierno en las últimas décadas no se había planteado, como es la presencia de Cuba después de más de 30 años”.
La visita de Sánchez a Cuba ha generado tanto inquietudes como expectativas entre los opositores al régimen cubano, dentro y fuera de la isla.
En la misiva, la UNPACU también recordó a Sánchez que “Díaz-Canel, los Castro (Raúl y su familia) no son líderes populares” que han sido elegidos a través del “voto del pueblo soberano”, sino que se trata de “dictadores”.
La miseria creciente para los cubanos, los fracasos en todos los ámbitos (sanidad, educación, vivienda) del sistema comunista, el proyecto de Constitución que define al Estado cubano como de “fidelista y marxista”, los presos políticos, entre ellos Tomás Núñez Magdariaga, que lleva hace 49 días en huelga de hambre, así como la propuesta de plebiscito de Cuba Decide, que apoya la UNPACU, son algunos de los múltiples temas que aborda la carta.
Reproducimos aquí el texto el completo:
CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE PEDRO SÁNCHEZ
Cuando te sientas con un dictador
Madrid, 02/10/2018
Por Javier Larrondo, Representante de UNPACU en la Unión Europea
Pedro Sánchez viajará a Cuba en apenas unas semanas. Se reunirá con varios dictadores. No son líderes populares que han ganado la simpatía de un barrio, una ciudad, luego una comunidad, y luego un país, y que por tanto han derrocado, con el marchamo del voto del pueblo soberano, las ideas de otro adversario u otra política que ellos vienen a cambiar. No. Son dictadores.
Díaz-Canel, los Castro (Raúl y su familia), son una dinastía de Reyes, Condes y Duques que se relevan la Corona el uno al otro, y así lo harán de por vida, generación tras generación, siempre que, sobre el que venga después, se tenga la plena garantía de la continuidad para la dinastía, sus privilegios y sus privilegiados.
En la nueva Constitución a aprobar en febrero, el Estado cubano se define como “fidelista”. Es decir, a aquel que se crea que va a dejar de seguir la estela y el estilo de Fidel y que pueda preverse modificará sustancialmente la dictadura, no se le dará nunca el relevo.
Así tuvimos reinados no parlamentarios por siglos en Europa (¿no nos acordamos ya?), o así la Unión Soviética perduró de 1922 a 1991, 69 años. Pues bien, a Cuba sólo le quedan 9 años para igualar a la Unión Soviética. Ya lleva el Estado cubano siendo (cito textual de la nueva Constitución cubana en su capítulo 5) “fidelista y marxista-leninista” durante ya 60 larguísimos años.
La primera aberración de este régimen está en el postulado de partida. Todo aquel que no es “fidelista”, directamente no tiene opciones en dicho Estado, es marginado. Porque para ser y prosperar en los órganos del Estado, tendría que ser “fidelista”. Cómo me suena esto a “monarquía”, pero no parlamentaria, sino la que tuvo Europa largos siglos. “Borbones”, “Austrias”… Había que acatar, rendir sumisión, o sufrir el exilio, la persecución o la muerte. Sólo que en ese caso era el apellido el representante de la dinastía, y en Cuba, más personalista, es el nombre propio de Fidel.
La segunda aberración, la longevidad baldía. 60 años ha tenido el “fidelismo” para probar mil fórmulas y que su pueblo tuviera bienestar. Pero no, Cuba es hoy una debacle ética y moral, económica, llena de desencanto emocional y represión intelectual, y con las necesidades básicas más precarias que pudiera pensarse. Y nadie ha cambiado al líder, que ha nombrado al sucesor, y que ha nombrado a su vez a su siguiente sucesor.
¿Por cuántos votos ganó Díaz-Canel, el Presidente de Cuba, a su rival ideológico? ¿Había rival ideológico? ¿Hubo siquiera candidatos? ¿Votó el pueblo la candidatura?
Cuba es una dictadura. Ni siquiera las leyes de la termodinámica son tan evidentes como esta realidad. Y Raúl Castro y Díaz-Canel, por consiguiente, son dictadores.
Pedro Sánchez, por tanto, se va a sentar con un dictador, a negociar, a tratar de construir, irá con las mejores intenciones, seguro y así lo creemos, pero… ¿sabe realmente que lo que es negociar con un dictador?
Qué experiencia puede tener nadie en esto, ¿verdad? Si ya es difícil para un boxeador diestro combatir con un zurdo, y suelen dedicar meses con sparring zurdos para adecuarse… Por tanto, merece la pena que quienes sí tenemos esa experiencia (y casi se puede decir que hemos sido sparrings de la dictadura), los disidentes de las dictaduras, intentemos transmitir por dónde vendrán los golpes de ese boxeador “zurdo”. Debemos conocer mejor al dictador, analizarlo previamente. Y nos vale estudiar a cualquiera de ellos, hay un histórico donde documentarse, porque todos… son iguales.
Un dictador tiene un fin primordial: mantenerse en el poder. Transición, perestroika, cambio de régimen, de sistema, son su gran enemigo a vencer. Después de tener seguro ese objetivo, se planteará otros: bienestar, crecimiento económico y un largo etcétera.
Castro y Díaz-Canel se reúnen a menudo con dirigentes en Cuba, y su primer objetivo es siempre ése. Pero especialmente en estas fechas. Desánimo, debacle económica, el sustento de Venezuela no es seguro, la presión de la comunicación por Internet… En estas circunstancias los movimientos fundamentales de las políticas de Estado cubanas tienen esa orientación: ¿cómo demonios logramos mantenernos en el poder con un barco que hace aguas por todos lados?
Pero un dictador tiene un fin secundario: encontrar las estrategias para lograr el fin primordial sin que su pueblo ni nadie se lo impida. Y así, se recurre a una serie concatenada de tareas, mecanismos a realizar para el logro del fin primordial.
Y estos son los mecanismos:
1. Los resultados de bienestar, reales o aparentes. La dictadura cubana, ni real, ni aparentemente, ha conseguido nada en este aspecto. Ya ni la sanidad, ni la formación siquiera en sanidad (lo mejor de la dictadura hace años) o en otros campos es la misma. Los médicos que hoy salen licenciados no son los de hace 15 años. Es una realidad que el cubano ya conoce, y sufre. De hecho, cada año que pasa es más la percepción de fracaso en todo ámbito, de miseria creciente en Cuba, década tras década: sanidad, educación, vivienda. Nada ha sobrevivido. Ni las materias primas más básicas. Ya casi no se acuerda el cubano de a pie cuando bebía leche embotellada sin que fuera un artículo de híper lujo. Ahora un litro de leche UHT cuesta un 10% del salario medio mensual completo de un cubano (más de 2 dólares frente a 20 dólares al mes de salario medio).
2. Las emociones. Que en el corazón del cubano arraigue la dictadura actual como sistema válido y único posible, al igual que, análogamente, la Coca-Cola es “la chispa de la vida”. Esto sirve en todos los ámbitos, como vemos. Pero desgraciadamente en Cuba ya no es posible hacer crecer estas emociones, más bien al contrario. Hasta el que las sintió y las añora reconoce que hay que hacer cambios radicales, que “esto” no funciona, que “esto” es un desastre… Pero, ¿cuesta lo mismo denunciar a un padre por abusos que a un extraño? Las emociones dan un parapeto protector al padre abusador, como a la dictadura que surgió de la Revolución cubana, tanto interna como externamente. Al igual que ese padre debe ser más denostado por abusar de su propio hijo, a la dictadura por malograr la revolución y malversar, tan perversamente, el apoyo emocional de la izquierda de un mundo necesitado de valores de igualdad y reparto de la riqueza.
3. La confusión. Por ejemplo, mediante el refrendo de figuras valedoras, que otorguen al producto a vender un valor, lo hagan deseable, presentable, algo de lo que estar orgulloso, a pesar de que ni los resultados, ni las emociones diarias estén apegadas a él. Si tu padre, en el que crees y al que admiras y respetas, te dice que te puedes bañar en una piscina, aunque esté llena de moho y tú lo veas, posiblemente te bañarás en ella hasta que el cuerpo te empiece a picar. E incluso podrás asociar el picor a todo menos a la calidad del agua. Puedes llegar a pensar que el culpable del picor eres hasta tú mismo. Te fiaste tanto, que olvidaste tu capacidad de discernir. Los terceros de “confianza”, se les llama. Avalan el producto, se les usa, y se dejan usar.
Y por eso deportistas y famosos, cuanto más importantes y famosos, y siempre respetables para el público objetivo de tu producto, mejor, salen en anuncios de televisión bebiendo refrescos, o incluso cerveza, o cocinando felices cuando no cocinan, manifestando emociones positivas que el público deducirá irremediablemente, y eso ya lo infiere el espectador, son producidas por el producto. España, no lo olvidemos, es muy importante para un cubano. Es quizá el país más importante del mundo para un cubano junto con los Estados Unidos. Y Sánchez es una pieza interesante, respetable para el público objetivo de izquierdas: se ha enfrentado al capitalista de Rajoy, y le ha vencido. Y ahí está, acechante, nuestro dictador, esperando a su presa, la visita de Sánchez para lograr, como no, su fin secundario, su aval, su sonrisa, su sello de Visto Bueno y, por ende, su objetivo primordial.
4. El desánimo por el cambio. El ánimo al cambio, del pueblo hacia la institución del Estado, ahora haciendo analogía con una pareja, crece cuando la vecina no comprende cómo te pega tu marido y no le abandonas, e incluso te apoya a dejarle y te hace ver otras opciones, o incluso te protege de tu marido. Pero si la vecina te dice que tu marido es fantástico, que los episodios de violencia diaria son algo matizable que puedes corregir poco a poco, o que parte de la culpa es tuya… ¿la mujer maltratada por ello se desanima al cambio? Cuando son varias las vecinas, todas con las que te cruzas, sin duda. En Cuba no entra un dirigente, un vecino, que no diga al pueblo lo que el Partido quiere que le diga. Recordemos que el cubano no sale de la isla (no tiene ni medios ni el permiso es tan obvio como pedir el visado del tercer país solamente), y recordemos que sólo ve y oye medios estatales, e Internet es un producto de híper-lujo en una sociedad que no tiene clase media ni poder adquisitivo.
Y recordemos que sólo visitan Cuba los líderes de países que hablan bien de Cuba, porque al que no lo hace, no le dejan entrar en la isla. El caso que se escapó de las manos de Raúl Castro fue Obama. Se reunió con la disidencia y abogó por los cambios en derechos humanos frente al mismísimo Politburó, frente a la televisión. Y tampoco fue tan grave, había tanto que ganar… Pero es que Obama era un extraterrestre, el político más inteligente que ha conocido el mundo desde que tengo uso de razón. Sánchez tendrá que trabajar más la preparación de su visita que Obama, y no es un menosprecio a Sánchez. Obama estaba profundamente asesorado, y se reunió varias veces con la disidencia para conocer la realidad de Cuba antes del viaje. D. Pedro Sánchez no ha tenido esa oportunidad. Y ahí está ubicado nuestro dictador. Marchamo tras marchamo van llegando líderes que sonríen, beben el producto, dicen cosas bellas y admiran a los Castro. Claro, que son Maduro y personal de esa “entidad”. Espera a Sánchez. Se frota las manos. Es la pieza deseada… España. ¿Lo conseguirá? ¿Sonreirá Sánchez, hablará bien del producto, y Cuba y su sistema serán la “chispa de la vida”?
Ahí espera nuestro dictador, conseguir que así sea, radiarlo por televisión en la isla, y al mundo entero. Desanimar al enemigo, y al que no lo es, hacia cualquier vía de cambio. Sánchez “no deberá” hablar mal de los derechos humanos en Cuba, ni exigir cambios que afecten a la vida diaria de la represión, libertad de expresión, de pensamiento, sindical… Eso sería una afrenta, y va a ser de las primeras cosas que van a estar vetadas, implícita o explícitamente. Sánchez comprenderá, antes de la visita, que si hace tamaña afrenta, cualquier objetivo que lleve a Cuba se malogrará, o que incluso estarán en peligro las empresas españolas y su negocio en la isla. El dictador juega con el miedo a perder del adversario. Porque el adversario teme perder, es un adversario electo, siempre en la cuerda floja. Él no. Él puede apostar fuerte, toda la banca, porque nuestro dictador es la banca.
5. La represión. Si el dictador hace bien sus cuatro primeras tareas, no le hará falta emplearse demasiado en la represión. Pero como el régimen de Cuba hace aguas en muchas de ellas de manera ostentosa, y en otras no puede nunca obtener el marchamo universal, sólo parcial, la represión por tanto es constante en la vida del que quiere el cambio, no cree en la Revolución como “la chispa de la vida”, sus emociones son de rabia por tanta impotencia y se le hace vivir en mayor miseria y dificultad por no aplaudir al sistema.
La cifras de represión en Cuba se cuentan por miles de detenciones políticas anuales (según CCDHRN, Federación Internacional de Derechos Humanos: 4.123 detenciones en 2011, 6.602 en 2012, 6.424 en 2013, 8.899 en 2014, 8.616 en 2015, 9.940 en 2016 y 5.155 en 2017), más de 100 presos políticos adoptados internacionalmente (CCDHRN, de la FIDH), de los que más de la mitad son de la UNPACU, decenas de miles de abusos y maltrato verbal, políticos y no políticos, cientos de golpizas, decenas de allanamientos por la fuerza o la intimidación, practicados desde el Estado y/o por los agentes uniformados, paramilitares o esbirros del Estado, apoyados por las asociaciones vecinales, ligadas éstas al Partido Comunista, y ratificado todo ello desde el poder judicial, dependiente del ejecutivo, pues en Cuba no hay separación de poderes, hecho que queda bien claro en el capítulo 117 k) de la nueva Constitución, donde define que el Ejecutivo puede, sin definir el proceso, suspender en cualquier momento al Presidente del Tribunal Supremo, máximo jerarca del poder judicial, entidad cuyos mecanismos de elección no están definidos en la Carta Magna ni separados del ejecutivo.
Esta situación de violencia institucional hay que ocultarla y es vital, por tanto, que la represión no se produzca ante las cámaras. Aquí nuestro dictador es tremendamente eficiente, el control de una zona puede ser absoluto. La agenda, milimetrada. Objetivo primordial: no dar lugar a la falta de control mediático y de la población. En este aspecto, Sánchez deberá anticipar su deseo de agenda con mucha antelación, se le hará a medida del dictador, y no podrá cambiarla. Ellos hacen lo contrario cuando vienen a nuestros países. Que se lo digan a Aznar.
Fidel volvió loco al equipo de Aznar en su visita a España. Era Fidel quien mandaba, cambiada, hacía y deshacía la agenda. Sánchez… ¿exigirá libertad de movimientos, irá donde el escenario no está preparado, programado, fuera de la Habana, a Oriente, al barrio de Altamira en Santiago de Cuba, donde el porcentaje de opositores es altísimo junto con un plantel de periodistas realmente objetivos según su criterio?... ¿o acatará las “normas” y dictado del régimen y les hará el juego más sencillo? Nuestro dictador da por sentado que nada ocurrirá que no esté previsto. De nuevo nuestro dictador impondrá su criterio, porque apostará todo por él. Nuestro mandatario, educado, buen invitado, con votantes que aún tienen sentimientos encontrados por el “padre abusador”, preferirá no contradecir. Se extrañará de tanto orden, e incluso pensará buenamente que es para agasajarlo. Nada más lejos de la realidad.
Es predecible pensar para el dictador que Pedro Sánchez no es el prototipo de persona que pueda hacer que la visita no sea tal y como el dictador la planea y busca. Sánchez irá con buenas intenciones, pero correrá el riesgo de provocar los peores efectos, el refrendo de la dictadura, servir a sus intereses. Querrá buscar negocio para España y riqueza para Cuba, y dará negocio y riqueza al Partido Comunista, y un dolor de cabeza y un riesgo altísimo para las empresas españolas. Esto es inevitable, ¿o acaso no es lo que hoy en día viene sucediendo desde hace décadas?
¿Conoce el Sr. Sánchez que la Ley de Inversión Extranjera en vigor obliga a las empresas a contratar con la Entidad Estatal de Empleo, pagando cifras de cientos y miles de euros, mientras ésta empresa estatal le hace llegar decenas al trabajador cubano? ¿Conoce el Sr. Sánchez que el empresario español no tiene la última palabra en el trabajador escogido y que la negociación es con el Estado? ¿Qué éste puede cambiar al trabajador sin previo aviso ni indemnización, por otro, en cualquier momento? ¿Y que esto sirve para que los disidentes pierdan el trabajo y su relación laboral, experiencia y años de conocimiento, sean papel mojado?
Todo puede salir mal, soy consciente. Me conformo con sólo una cosa. En febrero de 2019 hay un referéndum en el que se ratifica una nueva Constitución, de la que he hablado aquí. Del estudio serio de ésta se deduce que define una dictadura, cuyos controles y mecanismos están en el Partido Comunista (artículo 5) y en las Leyes de grado inferior ya vigentes. En efecto, nada en la Constitución infiere que las leyes se adapten a ella, subordinadas, sino indica explícitamente que la Carta Magna se refiere a las leyes ya creadas como las de grado superior, es decir, no las contradice sino que las menta como las que prevalecen por encima de principios que en la Constitución puedan ser mencionados, con la coletilla permanente de “salvo lo que expresen las leyes vigentes”, “o según dicten las leyes vigentes”, lo que otorga grado de constitucionales las leyes de grado inferior que serían, si hubiera esas coletillas en toda la Constitución, contradictorias con la Carta Magna.
Por ejemplo, ¿saben que un cubano no puede cambiar de residencia de una provincia a otra, que existe una persecución de este “delito”? La nueva Constitución, parece cambiarlo, pero al supeditarse a la ley vigente, de nada sirve, y dice: “Las personas tienen libertad de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio nacional, cambiar de domicilio o residencia, sin más limitaciones que las establecidas por la ley”, que son todas las impensables para un ser humano libre en un país.
La Carta Magna, por tanto, es papel mojado, por un lado, y define una dictadura, por otro. Una dictadura, porque la nueva Constitución define al Partido Comunista como “la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”, pero no hace mención alguna de cómo se eligen sus miembros, ni cómo ejerce esa función dirigente y superior del Estado. No se habla de sufragio universal para ninguno de los pilares del poder del país. Ni la Asamblea Nacional, ni el Partido Comunista. La Constitución Española sí, fue un punto vital para acabar con una dictadura. Una Constitución que, siendo papel mojado, si se refrenda por el pueblo masivamente (entre quienes voten) y si la abstención no es escandalosa, dará al régimen un aire “democrático” que le otorgará el oxígeno necesario para 20 años más, interna y externamente.
Votar “SI” es un deber, está en TV, te lo exige la vecina del CDR (Comités de Defensa de la Revolución), la del Partido, en tu trabajo, en toda la publicidad que el cubano ve. Ningún otro partido (porque no están permitidos) puede publicitar el NO, ni usar dichos medios para hacerlo, ni exponer sus motivos ante la mirada de miles o millones de cubanos. ¿Hablamos de un referéndum o de una pantomima?
La Constitución es papel mojado, define una dictadura, y el proceso de votación es, en definitiva, una pantomima. Toda la disidencia, toda, aboga por NO votar a favor, ya sea votar NO, votar en blanco, o no ir a votar. Tomás Núñez Magdariaga defendía antes de estar ahora al borde de la muerte, lo que la UNPACU y otras organizaciones han creado e impulsan juntas, sin protagonismos ni ideólogos identificados: Cuba Decide.
Cuba Decide promulga que todos los cubanos decidan el sistema, su raíz, sus mecanismos, la esencia de éste. Cuba Decide es una iniciativa similar al Proyecto Varela, proyecto común y conjunto, transversal, de toda la disidencia, concluso en 2003, ideado por varios grupos disidentes, diversos, y cuyo líder más destacado en el Oriente de la isla fue nuestro Coordinador Nacional de la UNPACU, José Daniel Ferrer. Al presentar más de 25.000 firmas en la Asamblea Nacional para ser escuchados, éste y otros 74 disidentes implicados en la obtención de las mismas fueron condenados a perpetuidad.
De hecho, José Daniel obtuvo una sentencia de 25 años de condena y estuvo 8 años en prisión hasta ser el último de los 75 que salió de prisión, sólo cuando lo hizo negándose a aceptar ser expatriado como le exigían y consiguieron de la mayoría del Grupo de los 75 por las condiciones de la negociación que Iglesia, Gobierno de España y Cuba acordaron, y cuya raíz humanitaria, positiva y resultados disipan cualquier crítica posible en la forma en que se llevó a cabo. Hemos sufrido tanto, tanta mentira, tanta manipulación, tanta cárcel y tanto abuso, que deseamos poder ser entendidos acerca del peligro que un falso refrendo de ese tipo traerá a nuestro país.
Pero esa pantomima será completa si Sánchez no encarga a juristas destacados el estudio de dicha nueva Constitución, no entiende del panfleto que se trata, y además de no decir nada en contra, declara, como le pedirá el dictador, que “…los procesos de cambio en Cuba son notables hacia una nación moderna y el cambio a la nueva Constitución supone un paso adelante para el pueblo cubano…”. Un gesto que le pedirán a Sánchez insistentemente, explícita o implícitamente, el dictador y sus esbirros.
No, Sr. Sánchez, eso no, si habla de la nueva Constitución, haga que juristas constitucionalistas con experiencia y objetividad analicen seriamente si esa Carta Magna es la de una democracia o la de una dictadura, y luego actúe en consecuencia. No hace falta que le diga “dictador”, pero cuando le pregunten por la Constitución, al menos indique que le gustaría ver diálogo entre las fuerzas que lo apoyan y las que no, y escuchar a ambas en el ámbito público en Cuba generando diálogo y debate, para hacerse una opinión de quién tiene razón, porque son muchas las voces que no están a favor de ella. Siente Ud. la polémica como algo real, porque la hay, no hace falta que entre a criticarla. Eso dará esperanza al cubano, y facilitará desmontar varios de los pilares sobre los que se sustenta el dictador… ¿Se puede dudar sobre lo maravillosa que es la nueva Constitución?
Yendo con las mejores intenciones a Cuba, por favor, no contribuya a 20 años más de dictadura en nuestra isla. No lo olvide Sr. Sánchez, prepárese, porque va a sentarse con un dictador.
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