USA Today publica el domingo un artículo donde explica que después del entusiasmo inicial tras la decisión del presidente Obama de restablecer las relaciones y ampliar el comercio con Cuba, las empresas estadounidenses están enfrentando los obstáculos y han comenzado a frenar sus gestiones para la inversión en la isla caribeña.
"Aunque empresas como MasterCard, American Express, Netflix y Twitter han anunciado planes para expandir sus operaciones en Cuba, no pueden prosperar en la isla hasta que dos industrias esenciales estadounidenses consiguan establecerse: La banca y las telecomunicaciones".
Y hasta el momento, sostiene la publicación, "los funcionarios en esos campos no se atreven a entrar en el arriesgado mercado cubano".
"Al capital no le gusta ir donde hay riesgo", dijo Alex Sánchez, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Banqueros de la Florida. "No va a Irán, no va a Irak y probablemente no irá a Cuba por un tiempo debido al riesgo".
Desde que Obama y Raúl Castro hicieron su histórico anuncio en diciembre, los diplomáticos de ambos países han estado trabajando para formalizar ese proceso.
"Las empresas estadounidenses pueden ahora vender más productos a Cuba y los empresarios cubanos pueden exportar sus productos al mercado estadounidense. Las empresas estadounidenses pueden establecer cuentas bancarias correspondientes en Cuba para facilitar esas operaciones, y los viajeros pueden utilizar sus tarjetas de crédito y débito en la isla, así como las empresas de telecomunicaciones de Estados Unidos pueden contribuir al desarrollo de la infraestructura de Internet de Cuba".
Pero existen las llamadas "banderas rojas" en el restablecimiento de relaciones, ya que Cuba permanece en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, lo que limita seriamente la capacidad de las empresas estadounidenses para hacer negocios con el país caribeño.
Sin embargo, se trata sólo del comienzo, dice USA Today. "Cuba no tiene un sistema judicial independiente al que las compañías estadounidenses puedan acudir en busca de soluciones si surgieran problemas legales".
"El Gobierno comunista tiene una larga historia de apoderarse de bienes extranjeros. Empresas estadounidenses aún enfrentan restricciones debido al embargo económico que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. A raíz de los ataques terroristas del 9/11 y la recesión en Estados Unidos, los reguladores estadounidenses han tomado medidas enérgicas contra las instituciones financieras que tienen que ver con los clientes involucrados en el lavado de dinero, el narcotráfico, el terrorismo y otros campos de alto riesgo".
"A causa de esos temores, ningún banco de Estados Unidos ha acordado tramitar las transacciones llevadas a cabo en Cuba. En la industria de las telecomunicaciones, sólo una empresa de Estados Unidos –IDT Corp. de Nueva Jersey– ha firmado un acuerdo con el Gobierno cubano", concluye la publicación estadounidense.