La ceremonia de los Oscar, retrasada hasta el 25 de abril debido a la pandemia de coronavirus que ha sacudido a toda la industria cinematográfica, se transmitirá en vivo desde "múltiples sitios", incluido Hollywood, anunció la Academia el miércoles.
A pesar de la epidemia de COVID-19, que aún impone restricciones en el área de Los Ángeles, "la Academia está decidida a presentar una ceremonia de los Oscar como ninguna otra, mientras enfatiza la salud pública y la seguridad de todos los participantes", dijo un portavoz de la Academia de Artes Cinematográficas y Ciencias, que presenta las prestigiosas estatuillas doradas.
"Para crear la actuación en vivo que nuestra audiencia global quiere ver mientras se adapta a las limitaciones de la pandemia, la ceremonia se transmitirá en vivo desde múltiples lugares, incluido el icónico Dolby Theatre que tradicionalmente acoge a los Oscar en el corazón de Hollywood, según el comunicado enviado a la AFP.
La Academia no ha dado más detalles a estas alturas sobre la ceremonia o la distribución de los sitios para esta 93 edición, la culminación de una temporada de premios al cine trastornados por la crisis sanitaria, entre el cierre de cines y el aplazamiento de muchas grandes producciones.
No es la primera vez que la ceremonia de los Oscar se celebra simultáneamente en varios lugares. En la década de 1950, la transmisión fue desde Los Ángeles y Nueva York.
Esta es la misma fórmula elegida este año por los organizadores de los Globos de Oro para la ceremonia de premiación, que se realizará el 28 de febrero.
Aunque el tamaño de la audiencia cae un poco más cada año, con un mínimo histórico de 23,6 millones. espectadores el año pasado en los Estados Unidos, los Premios de la Academia han sido tradicionalmente uno de los eventos más vistos en el país, superado solo por el campeonato de fútbol americano Superbowl.
Este año, el espectáculo fue confiado a Steven Soderbergh, director de la visionaria película "Contagio", de la Academia de los Oscar, cuyos líderes creen que esta pandemia es una oportunidad "para innovar y reimaginar" la ceremonia.
