La violación en grupo de una mujer finlandesa por cinco miembros del equipo de voleibol de Cuba el año pasado no fue algo casual y único, sino que tenía por lo menos un antecedente en ese colectivo, de acuerdo con lo que le confió una persona relacionada con la federación nacional de ese deporte a un colaborador del portal independiente Havana Times.
En su reportaje Voleibolistas cubanos reincidentes el autor, Ronal Quiñones, se refiere a un reportaje realizado por el diario italiano Corriere dello Sport con los deportistas condenados a cinco años de cárcel (Rolando Cepeda, Abraham Alfonso, Ricardo Calvo y Osmany Uriarte), y a tres años y medio (Luis Tomás Sosa), en las prisiones de Finlandia, donde cumplen sus sentencias.
Los voleibolistas se quejaban de no haber sido recluidos todos en un mismo penal, de tener que bañarse a la intemperie, de que ya no tenían recursos económicos para comunicarse con sus familias y de que Cuba los había abandonado a su suerte.
La fuente de Quiñones, “alguien que sí estuvo en el lugar y el momento de los hechos” y que prefirió el anonimato, le dijo que “era demasiado lo que se había hecho por ellos para que todavía se quejaran”, asegurando que los fondos de la entidad prácticamente se vaciaron en pagos a abogados, viajes del presidente (Ariel Sáenz) y comunicación con los familiares.
El interlocutor también le participó testimonios de “otros jugadores que fueron procesados, pero dejados en libertad porque no participaron en la violación”. (El único que llegó a ser encartado y luego liberado gracias al testimonio favorable de la víctima fue Dariel Albo Miranda, aunque otros dos fueron brevemente detenidos). “Sus compañeros los llamaron a la habitación que ocupaba Abraham Alfonso en Tampere, pero ellos no quisieron involucrarse, y a la larga fue lo mejor que hicieron”, le contó esta persona a Quiñones.
Pero lo más revelador de la crónica de Havana Times es que supuestamente no se trataba de la primera vez que los deportistas cubanos cometían un delito semejante. El autor continúa diciendo:
“Lo más sorprendente para mí no fue eso, sino que esa persona aseguró con indignación que no era la primera vez que ocurrían cosas similares, pues a inicios de ese mismo año en Canadá, cuando se celebró el preolímpico que dio la clasificación para los Juegos de Río de Janeiro-2016, sucedió casi exactamente lo mismo”.
“Sucede que en ese momento la chica no presentó una denuncia oficial (persuadida por las autoridades cubanas), pero también existió violación grupal. Ante la gravedad de los precedentes, mi fuente fue testigo de que el entrenador principal del equipo, Rodolfo Sánchez, les pidió a sus jugadores que “se portaran bien”, pues en definitiva se trataba de apenas tres días en Finlandia”.
El reportaje revela que uno de ellos incluso grabó escenas del delito en su celular personal.
El autor se pregunta “¿por qué la Federación cubana no fue más enérgica con ellos luego del primer incidente? Y encuentra una respuesta: “Es verdad que no se les puede amarrar, pero con esta generación se fue demasiado condescendiente, quizás por el miedo de que abandonaran el país, como hizo la mayoría de sus antecesores”.
(Con información de Havana Times y Corriere dello Sport)