La escritora cubana Wendy Guerra, cuya obra narrativa ha sido traducida a 13 lenguas pero no se ha editado en su país, salvo alguna obra reciente, afirmó hoy en Bilbao (España) que "el cuerpo es el único espacio de libertad" que tienen los cubanos.
Guerra compareció ante los medios de comunicación antes de intervenir en el Festival Internacional de las Letras de Bilbao, "Gutun Zuria", donde hablará sobre el erotismo en la literatura, tema central de esta octava edición del certamen bilbaíno de las letras.
En relación al erotismo, Wendy Guerra dijo que para ella, "lo erótico está en el cuerpo, que es el único espacio de libertad" que tienen los cubanos.
"Un espacio de libertad que no hemos tenido siempre –recordó–, porque los homosexuales en Cuba, en los años 70 del pasado siglo, sufrieron persecución y vejaciones; no los quemaron, pero los expulsaron".
La escritora y poeta, autora entre otras obras de Todos se van, que en 2006 obtuvo el Premio Bruguera, matizó: "Yo no soy gay pero mi mamá era bisexual y yo soy producto de todo ese mundo, de toda esa castración".
Expresó su deseo de hablar hoy en el festival, en su charla con la periodista Jasone Osoro, del "erotismo en la infancia porque es algo de lo que no se habla nunca, pero en la infancia hay un cuerpo y empieza el despertar erótico". "Encontrarme desnuda en el mar con otro niño para mí fue muy importante; ver que su sexo flotaba y el mío no, fue tremendo", confesó.
En su último libro, que sí se ha publicado en Cuba y que es "extremadamente erótico", ha decidido hablar del "incesto como parte del erotismo" en base a una relación consentida en 1920 entre el pianista cubano-catalán Joaquín Nin Castellanos y su hija Anais, protagonista de su obra.
Es una temática dura, reconoció, pero considera que la literatura "está aquí para hablar claramente de las cosas".
Cuestionada sobre la "castración" editorial que sufren sus obras en Cuba, donde apenas se publican, Guerra comentó que no cree que las vayan a publicar en su país porque, aunque no habla en ellas de política, sí lo hace "de la realidad misma".
"Hablan de dónde comen, qué se ponen, dónde hacen el amor los personajes y todas estas cosas les molestan a las autoridades relacionadas con este tema que, de algún modo, buscan castrarnos, vejarnos o quitarnos el aire para que nos vayamos al exilio".
Sobre las nuevas relaciones entre Cuba y Estados Unidos, opinó que Raúl Castro y Barak Obama "tienen muy claro lo que quieren", pero está "casi segura de que hay una mano negra entre Raúl y el pueblo cubano, que ya está muy acostumbrada a cortar cabezas".
"Raúl Castro –prosiguió– pide en sus discursos una y otra vez que la prensa hable, pero hay mucho miedo por las mismas leyes que el Gobierno que representa Raúl dictó hace muchos años sobre lo que no se debe decir, lo que no se debe hablar" en Cuba.
Reveló que los cubanos siguen "hablando en voz baja y en código, de Raúl, de Fidel, del hambre, de los problemas. Y Raúl hoy, no hace 20 años, tiene otra relación con los espacios que él quiere que sean liberados".