La cantante Chanel, nacida en Cuba y radicada en Cataluña desde los cuatro años de edad, fue elegida para representar a España en el Festival de Eurovisión, lo que ha desatado una tormenta política con tintes xenófobos, racistas e ideológicos.
En un sistema de votación que incluía jurado profesional, voto demoscópico y voto telefónico popular, la artista se impuso con la máxima puntuación de los expertos. Sus oponentes más cercanas ganaron el voto popular, y eran consideradas las favoritas por el público local.
Unas horas después, la artista se vio obligada a cerrar su cuenta de Twitter ante las amenazas y mensajes de odio recibidos.
La mayor parte de los periódicos españoles cuestionaron la decisión del jurado. Según El País, “triunfó una canción fabricada en el laboratorio de churros musicales de Miami. No es para sentirse satisfechos”.
El diario de centroizquierda, habitual defensor de la globalización, apeló a teorías nacionalistas para destacar que “había entre las tres favoritas dos propuestas originales, modernas, poderosas, diferenciales, reivindicativas, identificadas con la pluralidad de España y feministas, Rigoberta Bandini y Tanxugueiras”.
El debate sobre el resultado ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, donde partidos de extrema izquierda como Galicia en Común (forma parte de Podemos) y Bloque Nacionalista Gallego exigirán la comparecencia del presidente de Radio Televisión Española (RTVE) para aclarar supuestas irregularidades en el concurso. Pero también el conservador Partido Popular ha pedido explicaciones en el Parlamento.
Mientras tanto, el sindicato Comisiones Obreras (comunista) pidió “dejar sin efecto la elección de la canción que representará a España en el Festival de Eurovisión”. El otro gremio mayoritario español, Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), invitó en cambio a “apoyar sin fisuras la candidatura de España a Eurovisión, toca ganar el certamen”.
En un comunicado, la presidencia de RTVE dijo que era “consciente de la controversia sobre el proceso para elegir la canción que representa a España”, pero consideró que la discusión era “positiva”.
“En cualquier concurso competitivo son muchas las personas que no ven cumplidas sus expectativas. En todo caso, la grandeza de toda competición consiste en aceptar plenamente las reglas hasta sus últimas consecuencias”, añadió el organismo público, encargado del concurso nacional previo a Eurovisión.
El Mundo, de centroderecha liberal y segundo periódico del país, tituló “Chanel a Eurovisión, qué error, qué gran error”, mientras el diario Público, de extrema izquierda, dijo que la canción de Chanel era “profundamente machista”. ElDiario.es (izquierda radical) insistió en el debate chovinista al publicar que la canción había sido “fabricada en Estados Unidos”.
A favor de la hispano-cubana habló COPE, emisora radial de los obispos españoles: “Chanel ha hecho un trabajo sobresaliente, gana una buena candidatura (…) y solo dentro de tres meses se verá si es capaz de devolver el brillo perdido de España en este festival. Y los que braman por su triunfo tendrán que contentarse con irse a la calle de la llorería”.
