Yoan Moncada, un beisbolista cienfueguero de 19 años, ha sido firmado por el Boston Red Sox con un bono que se dice alcanzaría los $30 millones y que ha quedado pendiente del chequeo físico final. Cuando el trámite se oficialice, el cubanito habrá destrozado una marca previa, los $8.27 millones otorgados en enero por Arizona al lanzador derecho y tocayo suyo Yoan López.
Moncada, que juega tres posiciones del infield –con excepción de la primera base– debutó en la Serie Nacional de Cuba con Cienfuegos a los 17 años (bateó .277 en dos temporadas incompletas), fue compañero de Yasiel Puig y de Erisbel Arruebarrena, y logró salir de Cuba con un pasaporte acuñado por el Gobierno rumbo a una nación de América Central. Sujeto a las nuevas reglamentaciones de MLB –es menor de 23 años y actuó en menos de cinco campañas previas en su país–, Moncada obligará a Red Sox a desembolsar casi $60 millones al sumar los impuestos.
En Cuba, mientras tanto, mucha gente anda buscando a un jugador extraviado, el campo corto Luis Alberto Valdés, de Pinar del Río, que se coronó en la reciente Serie del Caribe y al parecer fue detenido cuatro días después, intentando escaparse por el mar con su familia.
Y si de buscar se trata, los directivos del Big Show ahora andan –como lo hizo en su momento el escritor Marcel Proust– en busca del tiempo perdido, porque la duración promedio de los partidos ascendió de 2:33 horas en el 1981 a un récord de 3:02 horas en el 2014.
Se pretende ahora, entre otras cosas, agilizar el proceso de revisión de las jugadas en videos y que los bateadores no se salgan una y otra vez del cajón ofensivo. Durante los cambios de lanzadores, los relevistas tendrán 2 minutos y 30 segundos para llegar desde el bullpen al montículo, hacer sus pitcheos de calentamiento y lanzar su primera pelota al siguiente bateador.
De acuerdo con el sitio web de MLB, las nuevas reglas comenzarán a aplicarse en los entrenamientos primaverales, pero las advertencias y las multas –hasta $500 por las demoras– se impondrán en mayo, ya que los entrenamientos y el primer mes de la temporada serán un periodo de prueba.
En Cuba, sin anuncios comerciales y con una pedestre revisión técnica de los batazos de jonrón, la lentitud hace también de las suyas. Los cuatro partidos dominicales transcurrieron desde las 2:39 horas del Granma-Matanzas, que ganaron los primeros en siete innings, hasta las 3:49 horas del Artemisa-Industriales, conquistado por los artemiseños 3x2 en diez capítulos.
Pero lo más curioso, para un turista, sería escudriñar en la anotación oficial las cifras de asistencia: Hubo 1.000 fanáticos en el estadio de Holguín, 1.200 en el de Nueva Gerona y 5.000 en la ciudad de Bayamo.
En un país donde –supuestamente– todo se controla, nadie sabe exactamente cuántos cubanos pagaron sus entradas, y cada anotador, con un vistazo a las gradas, "certifica" la asistencia.
Así, y ante tantos números redondos, el estadístico de turno en el viejo parque del Cerro le aplicó un poco de humor a su cálculo: "Hay, dijo, 11.111 personas en el graderío. Y el que lo dude, ¡que los cuente!".
