Los zapateros privados triunfan a pesar de los obstáculos existentes en la isla. En la actualidad tienen licencia, pero los pequeños empresarios nadan dentro de la ilegalidad debido a que su actividad necesita de un mercado negro que les provea de forma clandestina los materiales que necesitan para trabajar.
Es el punto más crítico de ese sector de privados. Un zapatero sorprendido por la policía con materiales para trabajar es multado con 1.500 pesos cubanos, aparte del decomiso de su mercancía.
Anselmo es uno de estos productores de zapatos y comenta que el año pasado fue tres veces arrestado en plena calle.
"Varias veces me ha detenido la policía. Las tres ocasiones que me agarraron con materiales me han decomisado todo y puesto una multa de 1.500 pesos cubanos (unos 60 dólares)", dijo Anselmo, que agregó: "Si no tengo comprobante de compra el policía me decomisa todo".
El vinil es el principal material para la fabricación de los zapatos artesanales. Antes se podía comprar en La Época (tienda que vende en divisas ubicada en el centro de la capital) a 7.60 pesos convertibles (CUC) el metro de vinil. Ahora es vendido de forma ilegal a 9 CUC.
Dentro de los materiales que buscan los zapateros, aparte del vinil, están las suelas, el pegamento, adornos o herrajes, hebillas y puntillas.
"No es fácil, todo cuesta dinero. Un metro de vinil cuesta 9 CUC y se compra más de uno para cada par de zapatos. La última vez que me detuvieron, la pérdida de fue de 2.000 pesos cubanos", contó Anselmo.
Dicha cantidad de dinero equivale a cuatro meses del salario promedio en Cuba.
Las suelas para tenis tienen un costo de 70 pesos cubanos y las de sandalias valen 10. Los pegamentos como el baje y el dermoduro cuestan entre 180 y 200 pesos la botella. La soleta y el leite –otros de los productos utilizados– tienen un precio de 80 pesos la botella. Las hebillas valen cinco pesos y los adornos y errajes cuestan 25.
"Si no existiera el mercado negro en Cuba, el sector privado no existiría tampoco. No somos la excepción. Nosotros, desgraciadamente, tenemos que llegar a ese mercado negro. ¿Dónde más venden hormas? En ningún lugar, pero en el mercado negro están a 10 dólares el par", resaltó.
A pesar de la ausencia de un mercado mayorista y la falta, además, de un mercado minorista, el negocio del calzado crece y es bien recibido por la población.
Ricardo lleva más de 15 años ejerciendo esta actividad y, hasta el momento, su negocio va en aumento. "Es verdad que tengo que pagar muchos impuestos pero como la venta no para, no hay pérdidas, más bien hay ganancia", dijo.
"Todos los meses tengo que pagar 2.300 pesos cubanos por el 10% de las ventas, venda o no venda. 120 de seguro social al mes, la licencia de 500 pesos al mes y el impuesto de 20 dólares semanales por el lugar", explicó Alain Delgado, socio de Ricardo en el negocio que llevan en la feria de La Palma.
Entre sus productos hay tenis deportivos, que llegan a valer 30 dólares, zapatos de vestir (18 dólares), sandalias (7 dólares) y chancletas (15 dólares). "La suerte es que vendemos bastante para poder pagar estos impuestos. Si no fuera así, vendería de manera ilegal", contó Ricardo.
Afirman que pueden llegar a vender más de 20 pares de zapatos en un día y las sandalias superan tres veces esa cantidad. "Superamos los 400 dólares por jornada pero no todo es ganancia; hay un por ciento alto de inversión", señalaron.
Una estructura para el buen funcionamiento de este sector no estatal todavía sigue pendiente. Los zapateros no son la excepción entre los vendedores privados y artesanos, pero "seguiremos hacia adelante", expresó Rodolfo, un zapatero de la zona de Los Pinos. "Prefiero que la policía me caiga atrás, que trabajarle al Gobierno".
[Este artículo fue publicado originalmente en Cubanet].