Una mujer de 28 años fue asesinada el pasado lunes de un corte en la garganta, en su casa de la comunidad de El Mamey, del municipio San Nicolás de Bari, en la provincia Mayabeque.
“La víctima se nombra Yudislaimi Valdés Silediro, asesinada este 3 de noviembre de 2025, por su pareja en el hogar que compartían, recordándonos que es el hogar, el lugar más peligroso para las mujeres en situación de violencia de género”, indicó a Martí Noticias, Iliana Álvarez, directora del Observatorio de Género Alas Tensas, que tiene su sede en Madrid.
“Aún más porque sabemos que en Cuba no existen refugios, ni hogares para acoger a las mujeres en situación de violencia”, expresó la directiva y envió sus condolencias a familiares y amigos de la víctima.
“Deja al menos una niña pequeña”, lamentó Álvarez.
El principal sospechoso del feminicidio es su pareja, del que no conocemos el nombre, intentó, sin éxito, quitarse la vida y fue capturado por la policía.
La experta señaló “que el crimen ocurrió en un entorno rural, un aspecto relevante porque estas zonas suelen convertirse en espacios de silencio donde las denuncias y los casos de violencia no siempre logran trascender o llegar a los canales de verificación”.
Las mujeres rurales enfrentan desafíos únicos debido al aislamiento, la falta de acceso a servicios, y el machismo cultural normalizado, factores que dificultan la denuncia y la protección de las víctimas.
Con el asesinato por violencia de género de Valdés Silediro, se eleva a 39 la cifra de estos crímenes cometidos en Cuba en 2025, de acuerdo a la compilación conjunta de los observatorios independientes Alas Tensas y Yo sí te creo en Cuba.
Además, se registró, el asesinato de un hombre por motivos de género, 15 intentos de feminicidio y tres casos en proceso de verificación, agregó Álvarez.
Asimismo, llamó la atención sobre el hecho de “que cada vez resulta más difícil registrar los feminicidios en Cuba, a las plataformas independientes, debido a la falta de transparencia institucional, la ausencia de estadísticas oficiales”, el rechazo de las fuentes cercanas a las víctimas a proporcionar información a los observadores y “la criminalización del activismo independiente”.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) ha manifestado preocupación por la violencia que sufren las mujeres en zonas rurales, a menudo agravada por la subordinación.
Por ello recomienda que los servicios de apoyo para víctimas de violencia sean accesibles para mujeres rurales, incluidos servicios especiales para comunidades aisladas.
En Cuba no se ha instrumentado una ley integral que atienda todas las formas de violencia. Tampoco existen refugios para mujeres acosadas por razón de su género.
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