Bernardo Sevilla Pool y su pequeña hija, forman parte de los tantos cubanos que sufren hoy la falta de misericordia, de un estado que poco le importa la vida de su gente.
Vendedores ambulantes, con licencia o no, sufren persecución por inspectores y policías para detenerlos y quitarles las mercancías, imponiéndoles excesivas multas.