GUANTÁNAMO, Cuba.- En la tarde de este sábado 8 de octubre se presentó en mi casa el señor Alayo, segundo jefe de la Seguridad del Estado en Guantánamo. Yo no estaba, así que se dedicó a sembrar miedo en mi esposa. Ella, preocupada, me llamó por teléfono y me dijo que la Seguridad sabía que iba a hacer un próximo viaje a las zonas perjudicadas por Matthew y que no lo iban a permitir porque allí había más de diez agencias de prensa y porque el periodismo que yo hago y el que se hace en CubaNet es un periodismo sucio, según le dijo Alayo.
Estoy convencido de que un periodismo sucio es el que oculta la verdad, calla los sucesos inconvenientes y rinde pleitesías vergonzantes a los poderosos. Ese no es el periodismo que hago ni el que escriben otros colegas más competentes que yo en CubaNet.
Acerca del término “sucio” creo que sí lo es penetrar en la casa de un ciudadano y, violando la ley, ocuparle computadoras, teléfonos, dinero, memorias flash, libros y otros objetos personales y llevárselos hace más de un año sin entregar siquiera un acta de ocupación. También lo es violar la Constitución al negarse a dar respuesta a los ciudadanos cuando se quejan por abusos como ése, asaltar a los opositores al salir de la Western Union y robarles el dinero recibido de sus familiares y hermanos del exilio y golpear a las Damas de Blanco. Sucio es escuchar los teléfonos de los ciudadanos sin orden judicial y enviarles mensajes intimidatorios como los que la Seguridad envía constantemente a Yoannis Beltrán Gamboa, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Guantánamo.
Pero, más allá de las limitaciones de alguien convertido en periodista para ganarse la vida honradamente, me pregunto, ¿cuál es el miedo? ¿Por qué impedir a una persona que sólo tiene un teléfono celular y una pequeña cámara fotográfica que vaya a Maisí? ¿Qué es lo que no debe conocer este reportero? Y por último, ¿por qué limitar el acceso de la prensa independiente a los lugares afectados por Matthew si esa prensa, según el gobierno cubano y sus testaferros, está desacreditada, no la lee nadie, no tiene repercusión en Cuba y, además, es “sucia”?
Cuba: candil de la calle y oscuridad de la casa
Este sábado 8 de octubre una nota de prensa del gobierno cubano publicada en primera plana del periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba dio a conocer que “en consideración a las graves afectaciones ocasionadas en Haití por el huracán Matthew y en correspondencia con los lazos de hermandad que nos unen, nuestro gobierno decidió enviar una brigada médica integrante del Contingente Internacional de Médicos Especializados en el Enfrentamiento de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, conformada por 38 profesionales con amplia experiencia higiénico-epidemiológica”.
La brigada, según el comunicado, cuenta con tres médicos especialistas, diez licenciados en Higiene y Epidemiología y diez técnicos en Control de Vectores, los que viajaron el sábado hacia Haití para laborar allí con los más de 600 colaboradores cubanos que ya están en el cercano país.
Algunos se han sorprendido porque a las zonas devastadas por Matthew, en el extremo más oriental de Cuba, todavía no ha llegado una brigada médica similar y se sabe que allí colapsaron los centros de salud y debido a la crecida de los ríos y a la falta de suministro de agua potable la situación higiénica y sanitaria no debe ser muy favorable. Precisamente este mismo sábado 8 de octubre ocurrió un accidente de tránsito en el poblado de Boca de Jauco, municipio de Maisí, uno de los lugares más perjudicados por Matthew, cuando un camión impactó el tensor de uno de los postes del tendido eléctrico que cayó sobre el vehículo matando a una mujer y lesionando a otras seis personas que tuvieron que ser trasladados urgentemente hacia Guantánamo, situado a más de doscientos kilómetros de Maisí. Estas personas se habían montado en el camión para acopiar agua potable.
En el hospital provincial de Guantánamo, ahora mismo, no hay especialistas en proctología y quienes atienden esa área médica son residentes, los que deberán trasladarse a Santiago de Cuba u Holguín para culminar sus estudios. Se trata de un área en estado crítico desde hace meses, pero a las solidarias y generosas autoridades cubanas no se les ha ocurrido aún enviar cuatro o cinco especialistas de otros lugares de Cuba para resolver este problema. Sin embargo la única proctóloga del hospital de Guantánamo está en Haití.
Y conste que este suscribiente no está en desacuerdo con ayudar a quienes lo necesiten pero si lo está en que se haga en perjuicio de las necesidades del pueblo cubano que es, en definitiva, quien sostiene esa “generosidad” del gobierno, porque nuestros dirigentes no tienen que sufrir la falta de médicos y tienen a su disposición clínicas de élite para su uso exclusivo donde no hay servicios sanitarios tupidos o sucios, ni cucarachas trepando por las paredes y la atención es similar a la de un país del primer mundo. Así cualquiera es generoso.
Estas son algunas de las verdades de mi periodismo “sucio” que no agradan. Desconozco si los miembros de la Seguridad del Estado, tan dedicados a golpear, reprimir y amenazar a quienes no piensan como ellos tendrán tiempo de leer a José Martí. Sería bueno que alguna vez lo hicieran. Quizás entonces hallarían frases como esa del Apóstol que asegura que la palabra no se hizo para ocultar la verdad sino para decirla.
Nota: Con posterioridad a la redacción de este artículo, el periodista de Cubanet Quiñones Haces fue citado para el martes a las 9 a.m por el capitán Gamboa a la sede provincial de la seguridad.