El dinero lavado se depositaba primeramente en el Royal Bank de Canadá, luego se enviaba a compañías fantasmas en Trinidad y finalmente pasaba a engrosar cuentas desconocidas en el Banco Nacional de Cuba.
El Herald explica que los fiscales presentaron nuevos cargos contra el fundador de la compañía basada en el Caribe, Jorge Emilio Pérez, "quien se encuentra fugitivo, y dos hombres de Miami-Dade sospechosos de defraudar al programa Medicare, financiado por los contribuyentes. A los acusados más recientes, Felipe Ruiz y Kirian Vega, se le presentaron cargos de lavar sus beneficios del Medicare a través de la tienda de cambio de cheques del acusado, quien hizo negocios con Caribbean Transfers".
"La nueva información sobre Caribbean Transfers, que según los fiscales tiene una licencia del gobierno cubano, se dio a conocer durante la audiencia de fianza de Ruiz celebrada el jueves. A Ruiz, un ciudadano estadounidense nacido en Cuba, se le negó la fianza debido a que un juez consideró que podría huir a Cuba u otro país", asegura la nota.
Hasta el momento, el Departamento de Justicia indica que no existen pruebas de la complicidad del gobierno cubano mientras los funcionarios de la isla niegan cualquier relación.
En el pasado mes de junio, Oscar Sánchez, dueño de una tienda de cambio de cheques, se declaró culpable de conspiración para lavar millones de dólares del Medicare en el Banco Nacional de Cuba.
Sánchez fue acusado bajo un único cargo de conspiración por desempeñar un papel fundamental en el blanqueo de las ganancias sucias de 70 empresas médicas del sur de Florida que enviaron facturas fraudulentas al Medicare por valor de 374,4 millones de dólares y recibieron pagos estimados en 70,7 millones. El dinero era depositado directamente en sus cuentas bancarias corporativas (Generalmente el Medicare ha preferido pagar primero y averiguar después, para no arriesgarse a retener el tratamiento a los necesitados).
Los fiscales dicen que el desafío para los “autores intelectuales del fraude al Medicare " era retirar esos fondos, ya que tendrían que revelar sus identidades a los bancos.
Según los documentos judiciales, muchos de ellos se dirigieron al negocio de cambio de cheques de Sánchez en Naples para lavar por lo menos 31 millones de dólares, depositados como reembolsos de Medicare entre 2005 y 2009. Conforme a su arreglo con los fiscales, al intermediario solo se le acusará de haber lavado entre 7 y 20 millones, lo cual contribuiría a reducir su pena de cárcel.