La dirigente del grupo opositor cubano Damas de Blanco, Berta Soler, afirmó este jueves en Washington que en su primer viaje al exterior busca el "apoyo moral y espiritual" de la comunidad internacional, y mostrar la verdadera realidad de la isla, donde denuncia una cruda represión.
"Estoy buscando un apoyo moral y espiritual por parte de los gobiernos amantes de la libertad, amantes de la paz, y de la comunidad internacional", dijo Soler, durante una reunión con los senadores cubanoestadounidenses Robert Menéndez y Marco Rubio.
"El gobierno de Cuba vende una imagen al exterior y yo traigo la verdadera historia de mi pueblo, porque soy una mujer que sufre día a día atropellos, golpizas, solamente por expresarme", dijo Soler, quien pudo salir en marzo de Cuba después que Raúl Castro aliviara las restricciones migratorias que impedían a los cubanos viajar libremente fuera de la isla.
Durante su estadía en Washington, Soler prevé reunirse con otros congresistas.
El viernes visitará el Departamento de Estado, donde será homenajeada por el Premio a los Defensores de los Derechos Humanos que el gobierno de Barack Obama les otorgó a las Damas de Blanco en 2011. El galardón es conferido por demostrar "valor excepcional y liderazgo en la defensa y la protección de los derechos humanos y la democracia frente a la represión gubernamental". Se prevé la asistencia de la secretaria de Estado adjunta para Democracia, Derechos Humanos y Asuntos Laborales, Uzra Zeya.
Soler ha dirigido desde la muerte de su líder histórica, Laura Pollán, a la agrupación, surgida de entre las esposas y madres de los presos de conciencia condenados a largas penas de prisión en 2003 y excarcelados 7 u 8 años después con la mediación de España y la Iglesia Católica.
Este martes ella, junto a otras tres damas de blanco, recogió el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia que les concedió a las Damas de Blanco el Parlamento Europeo en 2005. Entonces no se les permitió viajar a recibirlo.
El senador Menéndez dijo que durante la reunión Soler manifestó que "la mejor forma en que podemos ayudar a activistas de derechos humanos como las Damas de Blanco es manteniendo la presión económica sobre el régimen".
"Queremos una Cuba diferente, no queremos una Cuba con los Castro", exclamó Soler, asegurando que los cambios adelantados por el gobierno de Raúl Castro "son cosméticos".
Menéndez advirtió a las autoridades de La Habana contra represalias cuando Soler vuelva a la isla, pero la dirigente de las Damas de Blanco minimizó cualquier temor: "No hay miedo ninguno", dijo, "el amor por nuestra patria es más fuerte".
Washington aboga periódicamente por las Damas de Blanco y pide que cese la represión en su contra. El gobierno cubano, por su parte, las considera "mercenarias" pagadas por Estados Unidos.
"Estoy buscando un apoyo moral y espiritual por parte de los gobiernos amantes de la libertad, amantes de la paz, y de la comunidad internacional", dijo Soler, durante una reunión con los senadores cubanoestadounidenses Robert Menéndez y Marco Rubio.
"El gobierno de Cuba vende una imagen al exterior y yo traigo la verdadera historia de mi pueblo, porque soy una mujer que sufre día a día atropellos, golpizas, solamente por expresarme", dijo Soler, quien pudo salir en marzo de Cuba después que Raúl Castro aliviara las restricciones migratorias que impedían a los cubanos viajar libremente fuera de la isla.
Durante su estadía en Washington, Soler prevé reunirse con otros congresistas.
El viernes visitará el Departamento de Estado, donde será homenajeada por el Premio a los Defensores de los Derechos Humanos que el gobierno de Barack Obama les otorgó a las Damas de Blanco en 2011. El galardón es conferido por demostrar "valor excepcional y liderazgo en la defensa y la protección de los derechos humanos y la democracia frente a la represión gubernamental". Se prevé la asistencia de la secretaria de Estado adjunta para Democracia, Derechos Humanos y Asuntos Laborales, Uzra Zeya.
Soler ha dirigido desde la muerte de su líder histórica, Laura Pollán, a la agrupación, surgida de entre las esposas y madres de los presos de conciencia condenados a largas penas de prisión en 2003 y excarcelados 7 u 8 años después con la mediación de España y la Iglesia Católica.
Este martes ella, junto a otras tres damas de blanco, recogió el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia que les concedió a las Damas de Blanco el Parlamento Europeo en 2005. Entonces no se les permitió viajar a recibirlo.
El senador Menéndez dijo que durante la reunión Soler manifestó que "la mejor forma en que podemos ayudar a activistas de derechos humanos como las Damas de Blanco es manteniendo la presión económica sobre el régimen".
"Queremos una Cuba diferente, no queremos una Cuba con los Castro", exclamó Soler, asegurando que los cambios adelantados por el gobierno de Raúl Castro "son cosméticos".
Menéndez advirtió a las autoridades de La Habana contra represalias cuando Soler vuelva a la isla, pero la dirigente de las Damas de Blanco minimizó cualquier temor: "No hay miedo ninguno", dijo, "el amor por nuestra patria es más fuerte".
Washington aboga periódicamente por las Damas de Blanco y pide que cese la represión en su contra. El gobierno cubano, por su parte, las considera "mercenarias" pagadas por Estados Unidos.