El vicepresidente de Venezuela y yerno del fallecido presidente Hugo Chávez, Jorge Arreaza, calificó de "ejemplar" la conducta de los grupos paramilitares motorizados que han participado en la represión de las protestas populares, a los que la población llama “colectivos”.
Arreaza lamentó que de los 28 muertos que ha dejado la revuelta siete hayan sido motorizados, y dijo que con la denominación de “colectivos” los han "satanizado". "Ya no los llaman círculos del terror, ahora los intentan satanizar con el nombre de colectivos", dijo.
Aseguró que estos grupos se mantuvieron “tranquilos para no provocar violencia” cuando uno de ellos murió, en sus palabras, “de la manera más fascista posible“, degollado por una “guaya” (alambre) tensada en una barricada.
Los llamados “colectivos”, que según líderes opositores agrupan a elementos del bajo mundo venezolano, han complementado a la Guardia Nacional Bolivariana en la brutal represión de las protestas, disparando a mansalva contra civiles generalmente desarmados.
Fueron identificados en la muerte de una de las primeras víctimas de la represión, Roberto Redman, de 31 años, quien falleció el 12 de febrero luego de ser interceptado por un grupo de motorizados armados y recibir un disparo en la cabeza mientras se encontraba manifestado en la Avenida Arturo Uslar Pietri de Chacao, en Caracas.
Ese mismo día reprimieron a balazos, junto con la Policía Nacional Bolivariana, una protesta ante la Fiscalía General, cobrando las vidas de Bassil Alejandro Dacosta, alumno de Mercadeo en la Universidad Alejandro de Humboldt, y Neyder Arellano Sierra, que cursaba Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
El pasado miércoles, otras dos personas murieron y unas 15 resultaron heridas cuando los paramilitares arremetieron contra participantes en las “guarimbas” (barricadas) de La Isabelica, un distrito de Valencia, capital del estado Carabobo.
Guillermo Sánchez, de 42 años, se encontraba pintando la puerta de su casa. Cuando se percató de que llegaban los motorizados procedió a grabar con su celular, tras lo cual recibió un disparo mortal en el pecho.
El estudiante de Ingeniería de la Universidad de Carabobo Jesús Enrique Acosta Matute, de 20 años, se encontraba sentado en la puerta de la casa de un amigo cuando aparecieron colectivos motorizados y fue alcanzado por una bala en la cabeza.
Joaquín Acosta Matute, padre de Jesús Enrique, manifestó su indignación con declaraciones del gobernador del estado, el chavista, Francisco Ameliach, quien atribuyó las muertes en Valencia a francotiradores.
“Nos enteramos que a la altura de La Isabelica había unos francotiradores en el hecho”, dijo en entrevista con el canal gubernamental, Venezolana de Televisión. “Los cuerpos de seguridad alertaron a los trabajadores para que no marcharan, como no marcharon los francotiradores dispararon contra la propia gente que estaba armando las barricadas y hay un fallecido y varios heridos”
“Lo de los francotiradores es falso: a mi hijo lo mataron los motorizados”, denunció Acosta, quien relató consternado que los colectivos "entraron a las veredas echando tiros como locos y disparando a todos" .Aseguró que a Jesús Enrique lo asesinaron dentro de la casa de su amigo.
Por su parte Gina Rodríguez contó que su esposo, Guillermo Sánchez, fue atacado por el grupo de motorizados que de forma violenta dispersaron a los manifestantes. “Le propinaron el tiro y al caer le dieron patadas”, describió.
Arreaza lamentó que de los 28 muertos que ha dejado la revuelta siete hayan sido motorizados, y dijo que con la denominación de “colectivos” los han "satanizado". "Ya no los llaman círculos del terror, ahora los intentan satanizar con el nombre de colectivos", dijo.
Aseguró que estos grupos se mantuvieron “tranquilos para no provocar violencia” cuando uno de ellos murió, en sus palabras, “de la manera más fascista posible“, degollado por una “guaya” (alambre) tensada en una barricada.
Los llamados “colectivos”, que según líderes opositores agrupan a elementos del bajo mundo venezolano, han complementado a la Guardia Nacional Bolivariana en la brutal represión de las protestas, disparando a mansalva contra civiles generalmente desarmados.
Fueron identificados en la muerte de una de las primeras víctimas de la represión, Roberto Redman, de 31 años, quien falleció el 12 de febrero luego de ser interceptado por un grupo de motorizados armados y recibir un disparo en la cabeza mientras se encontraba manifestado en la Avenida Arturo Uslar Pietri de Chacao, en Caracas.
Ese mismo día reprimieron a balazos, junto con la Policía Nacional Bolivariana, una protesta ante la Fiscalía General, cobrando las vidas de Bassil Alejandro Dacosta, alumno de Mercadeo en la Universidad Alejandro de Humboldt, y Neyder Arellano Sierra, que cursaba Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
El pasado miércoles, otras dos personas murieron y unas 15 resultaron heridas cuando los paramilitares arremetieron contra participantes en las “guarimbas” (barricadas) de La Isabelica, un distrito de Valencia, capital del estado Carabobo.
Guillermo Sánchez, de 42 años, se encontraba pintando la puerta de su casa. Cuando se percató de que llegaban los motorizados procedió a grabar con su celular, tras lo cual recibió un disparo mortal en el pecho.
El estudiante de Ingeniería de la Universidad de Carabobo Jesús Enrique Acosta Matute, de 20 años, se encontraba sentado en la puerta de la casa de un amigo cuando aparecieron colectivos motorizados y fue alcanzado por una bala en la cabeza.
Joaquín Acosta Matute, padre de Jesús Enrique, manifestó su indignación con declaraciones del gobernador del estado, el chavista, Francisco Ameliach, quien atribuyó las muertes en Valencia a francotiradores.
“Nos enteramos que a la altura de La Isabelica había unos francotiradores en el hecho”, dijo en entrevista con el canal gubernamental, Venezolana de Televisión. “Los cuerpos de seguridad alertaron a los trabajadores para que no marcharan, como no marcharon los francotiradores dispararon contra la propia gente que estaba armando las barricadas y hay un fallecido y varios heridos”
“Lo de los francotiradores es falso: a mi hijo lo mataron los motorizados”, denunció Acosta, quien relató consternado que los colectivos "entraron a las veredas echando tiros como locos y disparando a todos" .Aseguró que a Jesús Enrique lo asesinaron dentro de la casa de su amigo.
Por su parte Gina Rodríguez contó que su esposo, Guillermo Sánchez, fue atacado por el grupo de motorizados que de forma violenta dispersaron a los manifestantes. “Le propinaron el tiro y al caer le dieron patadas”, describió.