Los cementerios de Camagüey y Pinar del Rio no escapan a la desidia gubernamental ni a las acciones inescrupulosas de las personas que roban esqueletos, adornos metálicos, los cristales de los féretros y hasta las flores de las coronas una vez que los familiares del fallecido se retiran del camposanto.
El cementerio de Camagüey ubicado en el casco histórico es uno de los más afectados dice el activista Jorge A Liriano en un reporte enviado a Martinoticias.
Los encargados de atender los servicios comunales no realizan labores de restauración a los pocos panteones que aún quedan con valor arquitectónico y no hay control para evitar el robo de esqueletos (fundamentalmente los cráneos).
La gente saquea las pocas figuras emblemáticas que quedan, rompe los féretros para quitarle los cristales, los adornos metálicos y hasta la tela interior de los mismos.
Los ángeles de mármol, las cruces y las cadenas de las tumbas y panteones también han sido sustraídos, advierte el activista.
Liriano explica que en Camagüey los que trabajan en el camposanto no tienen los instrumentos requeridos para trabajar, tampoco ropa, zapatos y mala remuneración económica.
La Empresa de Servicios Comunales en cada municipio del país es la encargada de administrar los cementerios, las funerarias y controlar a los trabajadores de ambas entidades pero según dijo a Martinoticias Raúl Luis Risco Pérez, residente en Pinar del Rio los dirigentes no se ocupan de frenar las acciones inescrupulosas que ocurren en los cementerios "a pesar de que ellos saben lo que sucede".
No es la primera vez que periodistas independientes y activistas de derechos humanos han denunciado la indolencia del gobierno ante el robo de objetos arquitectónicos en los cementerios y fundamentalmente el conocido Cementerio Colón en La Habana, sin embargo Risco considera que el problema no es solo en la capital.
"Es que en Cuba ni los muertos escapan a la crisis y al racionamiento", concluyó Risco.
El cementerio de Camagüey ubicado en el casco histórico es uno de los más afectados dice el activista Jorge A Liriano en un reporte enviado a Martinoticias.
Los encargados de atender los servicios comunales no realizan labores de restauración a los pocos panteones que aún quedan con valor arquitectónico y no hay control para evitar el robo de esqueletos (fundamentalmente los cráneos).
La gente saquea las pocas figuras emblemáticas que quedan, rompe los féretros para quitarle los cristales, los adornos metálicos y hasta la tela interior de los mismos.
Los ángeles de mármol, las cruces y las cadenas de las tumbas y panteones también han sido sustraídos, advierte el activista.
Liriano explica que en Camagüey los que trabajan en el camposanto no tienen los instrumentos requeridos para trabajar, tampoco ropa, zapatos y mala remuneración económica.
La Empresa de Servicios Comunales en cada municipio del país es la encargada de administrar los cementerios, las funerarias y controlar a los trabajadores de ambas entidades pero según dijo a Martinoticias Raúl Luis Risco Pérez, residente en Pinar del Rio los dirigentes no se ocupan de frenar las acciones inescrupulosas que ocurren en los cementerios "a pesar de que ellos saben lo que sucede".
No es la primera vez que periodistas independientes y activistas de derechos humanos han denunciado la indolencia del gobierno ante el robo de objetos arquitectónicos en los cementerios y fundamentalmente el conocido Cementerio Colón en La Habana, sin embargo Risco considera que el problema no es solo en la capital.
"Es que en Cuba ni los muertos escapan a la crisis y al racionamiento", concluyó Risco.