La nueva política de repatriación de cubanos que desembarcan en Islas Caimán y deben ser devueltos a Cuba ha tornado en demoras inesperadas, según indicó la semana pasada la Oficina del Gobernador Franz Manderson al digital compasscayman.com.
En los últimos meses, Islas Caimán y otras jurisdicciones que bordean el Mar Caribe han notado un marcado aumento de los inmigrantes cubanos en sus aguas territoriales. En parte debido a los temores por la eliminación de las política "pies secos / pies mojados", conocida como Ley de Ajuste Cubano, que cambiaría con el restablecimientos de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, en la actual Administración del presidente Barack Obama.
Desde finales de enero –indica la publicación digital– más de 75 inmigrantes cubanos han pasado por o aterrizado en Caimán Brac. Algunos han terminado en las aguas frente a Gran Caimán, tomado a menudo como un punto de escala en su viaje a América Central y, finalmente, a Estados Unidos.
Desde principios de 2014, el vicegobernador Manderson y otros funcionarios del Gobierno de las Islas Caimán han participado en conversaciones para volver a redactar el memorando de entendimiento en relación con los migrantes que se acordó en 1999 entre Cuba y Caimán.
"Las negociaciones entre la República de Cuba y las Islas Caimán han ido avanzando por la vía diplomática", dijo el Sr. Manderson, citado por compasscayman.com. "Aunque las negociaciones han estado tomando más tiempo del esperado, tenemos la esperanza de firmar un nuevo acuerdo en los próximos meses".
Después que se hiciera una revisión integral de la escritura de la constitución en Islas Caimán, asociada a políticas del gobierno local en 2007, muy poco ha cambiado de la situación cubana en el tema de los Derechos Humanos, indicó un reporte de ese año.
El memorando de entendimiento establece que la repatriación de los migrantes cubanos se supone que debe ocurrir dentro de 21 días. En la práctica, esto casi nunca sucede, y el proceso puede llegar a retrasarse durante meses debido a los trámites burocráticos.
Recientemente, las aplicaciones de algunos migrantes de asilo –requeridos para ser oídos con arreglo a las leyes de Derechos Humanos– han retrasado el proceso aún más. El Sr. Manderson ha dicho que Caimán está esencialmente a merced de la burocracia del Gobierno cubano en temas de repatriación.
El comité de Derechos Humanos en Caimán advirtió que mantener a los migrantes cubanos detenidos demasiado tiempo podría potencialmente llevar a violaciones de estos derechos.
"No es permisible culpar a retrasos en el Gobierno cubano, ni puede éste –el memorándum de entendimiento– operar como justificación para no cumplir con las obligaciones de derechos humanos", indicó el informe de 2007.
Entre los hallazgos realizados en aquel informe del Comité de Derechos Humanos estaba la recomendación de que se exija a las autoridades rescatar y traer a tierra todos los migrantes que se encuentran en peligro o en embarcaciones no aptos para navegar en aguas cercanas a Caimán.
La revisión del comité sugirió que los migrantes deben ser puestos bajo custodia, incluso si ellos no quisieran ayuda y no se requiere fuerza para traerlos.
Las actuales instalaciones de detención de migrantes en Fairbanks, dirigido por el Departamento de Inmigración, pueden albergar a unas 30 personas sin causar problemas de hacinamiento y de seguridad. A menudo, un solo barco cargado de inmigrantes cubanos lleva más de 30 viajeros.
El informe de 2007, coredactado por el actual Presidente de la Comisión de Derechos Humanos James Austin-Smith, sigue siendo la base de la política de las autoridades locales en relación con los inmigrantes cubanos en el mar.
Se indica que si la embarcación en la que viajan los migrantes se determina que está en condiciones de navegar, que se les permita continuar su viaje. Si se determina que es un peligro para la vida, entonces, la nave y sus pasajeros son detenidos y, finalmente, enviados de vuelta a casa –a menos que se considere que sean solicitantes de asilo legítimos.
Los residentes a menudo llevan alimentos y agua a los viajeros, e incluso piezas para reparar sus motores de los barcos para ayudarles a continuar su viaje.
"Esto refleja muy bien la sociedad de Caimán, el deseo de todo el mundo para ayudar a las personas cuando llegan en la travesía", dijo Austin-Smith durante una entrevista este mes con compasscayman.com. "Sin embargo todo es mucho más complejo".
"No se puede animar a la gente para hacerles creer que si llegan en estas embarcaciones no aptas para navegar pueden venir a Caimán y que aquí vamos a reparar sus barcos y les pondremos de nuevo en camino", dijo Austin-Smith.
Cualquiera que sea el acuerdo sobre la repatriación de migrantes que se haga entre el Gobierno cubano y el de Caimán, es probable que no cambie la situación actual, señaló Austin-Smith.
A finales de 2014 el anuncio del presidente Barack Obama sobre el cambio de su Administración en la política hacia Cuba trajo algunas preocupaciones de que la ley de "pies secos/pies mojados" terminaría y que, en el futuro, cualquier inmigrante ilegal será expulsado, así se encuentre en tierra o en el mar.