Un grupo de 26 cubanos que viajaban en un barco de madera de fabricación casera recibieron refugio temporal en las Islas Caimán cuando el mal tiempo interrumpió su travesía hacia Estados Unidos.
El grupo llevaba cuatro días de viaje cuando tuvieron que buscar refugio, el miércoles.
Los viajeros son cuatro mujeres y 22 hombres. Casi todos provenían de la ciudad de Santa Cruz Del Sur, en la provincia de Camagüey, en el sureste de Cuba.
Las autoridades de Caimán dijeron el sábado que el grupo podría quedarse en la isla hasta que el tiempo mejore.
Uno de los pasajeros en el bote, Laudmir Hernández, de profesión carpintero, dijo que el navío se construyó en sólo siete días antes de su lanzamiento y que es impulsado por un motor de cuatro cilindros de una antigüedad, un auto de la marca estadounidense Pierce-Arrow.
Tal como el resto de los pasajeros, Hernández dijo que la falta de oportunidades económicas lo obligó a realizar el peligroso viaje de 400 millas por el Caribe hacia la costa nortede Honduras.
Ciudadanos cubanos que intentan salir del país comunista se dirigen en números cada vez mayores por mar hacia Centro América y posteriormente realizan un viaje largo por tierra para llegar a Estados Unidos.
Bajo la política de "pies secos, pies mojados" de Washington, a los migrantes cubanos que logran llegar a suelo estadounidense se les permite quedarse, pero se devuelve a aquellos que son interceptados en el mar.
Hace pocos meses, un grupo de 32 cubanos migrantes estuvo a la deriva por tres semanas sin agua ni comida tras el colapso del motor de su bote. Quince sobrevivientes fueron rescatados por pescadores mexicanos.
Funcionarios estadounidenses afirman que en el último año llegaron más de 16.000 cubanos sin visas a la frontera con México. La cifra es la más alta en una década.