Veintiún años después de la conocida Primavera Negra, los cubanos están mucho más convencidos de la premura de un cambio de sistema, coincidieron tres exprisioneros políticos en declaraciones a Martí Noticias.
En los días 18, 19 y 20 de marzo de 2003, Fidel Castro ordenó los arrestos de 75 opositores pacíficos y periodistas independientes, los cuales, 15 días después, fueron sentenciados a penas de hasta 28 años de privación de libertad.
Veintitrés de ellos fueron excarcelados con licencia extrapenal por enfermedad entre 2005 y 2008, los cincuenta y dos restantes salieron entre 2010 y 2011, la mayoría al exilio.
Ahora, aunque el régimen ha fortalecido y ampliado su legislación restrictiva, los ciudadanos que demandan un cambio político en la Isla se han multiplicado, y, por consiguiente, más de mil personas están en prisión.
“La Primavera Negra de Cuba significó un punto de inflexión en la historia de la oposición democrática cubana que comienza su etapa civilista con la fundación del Comité Cubano Pro Derechos Humanos en 1976. Vino después el llamado Periodo Especial y se fue gestando un movimiento opositor de composición plural y descentralizado”, que el entonces gobernante Fidel Castro trató de descabezar, reseñó el exprisionero de la Primavera Negra, Librado Linares, quien extinguió su sanción el pasado año, aunque fue excarcelado bajo licencia extrapenal en 2010.
“El 11 de julio de 2021, se produce otro hito importante, pero esta vez no es del tipo tradicional, de las organizaciones opositoras tratando de expandirse, sino que adquiere una característica diferente: una dimensión social y espontánea a partir de la dureza de la vida diaria y la necesidad de cambio”, comparó el activista, residente en Camajuaní, Villa Clara.
“Entonces, de la misma manera que Radio Martí significó el medio de comunicación por excelencia en la Primavera Negra, antes y después, en el 11J lo fue el internet: el acceso libre a la comunicación, a la capacidad de coordinarse y de transmitir información” en tiempo real, recalcó Linares, líder del Movimiento Cubano Reflexión.
Linares indicó que la situación del momento puntual es similar a la del verano de 2021, la escasez, los apagones, la falta de libertades, el aumento de la desigualdad:
“Está pujando una sociedad civil emergente orientada a conquistar la libertad y la democracia y romper con el monopolio del Partido Comunista y su carga de segregación y postergación para el resto de los cubanos”.
Por otro lado, las condiciones económicas y sociopolíticas en la Isla han impulsado el mayor éxodo migratorio desde 1959.
“Aquí todo el mundo lo que quiere es un cambio, pero muchos eligen irse de Cuba porque si te tiras para la calle te meten preso. Entonces la gente prefiere arriesgar la vida escapando del país, antes de seguir aquí en esta odisea”, señaló otro de los prisioneros de la Primavera Negra, Eduardo Díaz Fleitas, quien cumplió este 18, los 21 años a los que fue sancionado en 2003.
El opositor, coordinador de la Alianza Democrática Pinareña recordó el operativo desplegado, en 2003, en su vivienda con el fin aterrorizar a su familia:
“Un registro que hasta los huecos de la pared revisaban. En el acto de registro el día 18 de marzo del 2003, el oficial de la Seguridad del Estado dijo, cuando encontraron los documentos del Proyecto Varela: ‘ya con eso tenemos para enjuiciarlo”.
El Proyecto Varela, ideado y dirigido por el presidente del Movimiento Cristiano Liberación, fallecido en 2011, Oswaldo Payá, abogaba por reformas políticas en Cuba a favor de las libertades fundamentales. Para muchos, fue el motivo principal de los apresamientos de la Primavera Negra.
Las sentencias dictadas contra los 75, no lograron acabar con la oposición política: surgieron nuevos opositores al régimen y la prensa independiente y el artivismo florecieron.
Es una tarea ardua para la Seguridad del Estado el control social. Si en 2003, la dictadura puso tras las rejas a 75 periodistas, opositores y bibliotecarios independientes, en el 2021, encarceló a más de 1.000 opositores y cubanos de a pie, aseguró Carlos Michael Morales, un manifestante del 11 de julio del poblado villaclareño de Caibarién, recientemente liberado por el cumplimiento de su sanción.
“En el 2003, la población cubana se mostraba un poco apática, no le interesaba mucho la política y aún creía en el régimen y estaban bajo su paternalismo. En la actualidad, la población tiene más conciencia de la triste realidad cubana y, a pesar de que tiene miedo, se ha dado cuenta que la solución al problema es un cambio de sistema. El pueblo cubano está más consciente y está preparado para el cambio que tanto hace falta en nuestro país”, subrayó Morales.
De las 75 personas condenadas en 2003, dos, José Daniel Ferrer y Félix Navarro, están en la cárcel de nuevo, por participar en las protestas del 11 de julio.
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