La policía española impidió el sábado una protesta de exiliados cubanos en Madrid durante el último concierto del grupo oficialista Buena Fe.
Los hechos se saldaron con la breve detención del activista Lázaro Mireles, justo en el momento de la llegada de los artistas al auditorio del sindicato comunista Comisiones Obreras, en la capital española.
Los uniformados rodearon la sede, donde se encontraban Marcelino Medina, embajador del régimen en Madrid, y Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España, según reportes de la agencia oficial cubana Prensa Latina.
“La policía me quería llevar detenido, y me metió a la fuerza en un furgón; pero me soltaron, después de hablar conmigo”, dijo Mireles a Martí Noticias.
Luego, a cierta distancia del teatro, continuó la manifestación de los exiliados, siempre rodeados por la policía.
“Lo que ha sucedido en Madrid es una muestra más del alto nivel de complicidad del régimen de La Habana con el socio-comunismo europeo. Hay que abrir los ojos de una buena vez. Justo en el instante de entrar Buena Fe, me detienen a la fuerza por orden del ministro del Interior [de España, Fernando Grande] Marlaska”, denunció Mireles.
El Ministerio del Interior no respondió inmediatamente a consultas sobre las denuncias. Según los activistas cubanos, la policía española tenía “listas” con sus nombres y fotos.
Los integrantes de Buena Fe comentaron en el concierto su accidentada gira española, y atribuyeron las cancelaciones al “odio”, de acuerdo con videos divulgados por asistentes.
“Son sucesos sobre los cuales no queremos abundar mucho, pero que han sido protagonistas estos días (…) Nuestras familias han estado profundamente preocupadas”, dijo Israel Rojas.
Los integrantes de Buena Fe se vieron obligados a cancelar varios conciertos en España, tras ser acusados de apoyar y justificar las violaciones de derechos humanos. En una entrevista en Madrid con el medio OnCuba, Rojas dijo desconocer si existen presos políticos en la isla.
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