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Activistas denuncian patrón de persecución contra sindicalistas en Venezuela


Diannet Blanco, expresa política, exige la liberación de su esposo, el activista humanitario Gabriel Blanco, detenido a principios de julio durante una manifestación en Caracas, Venezuela, el viernes, 12 de agosto de 2022.
Diannet Blanco, expresa política, exige la liberación de su esposo, el activista humanitario Gabriel Blanco, detenido a principios de julio durante una manifestación en Caracas, Venezuela, el viernes, 12 de agosto de 2022.

Miembros de la sociedad civil venezolana piden la activación de mecanismos internacionales de protección de derechos humanos para lograr la liberación de seis sindicalistas y activistas de derechos humanos detenidos a principios de julio e insisten en que en el país existe una “ola de detenciones selectivas”.

Al elevar su voz en las inmediaciones de la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Caracas, Diannet Blanco, expresa política y esposa del sindicalista y activista humanitario, Gabriel Blanco, expuso lo “duro” que ha sido revivir sus momentos de “injusto encarcelamiento”.

“Fui víctima de una detención arbitraria igual que mi esposo, sabiendo toda esa experiencia, todo ese aprendizaje que tuve encarcelada y todas las diligencias que se hicieron mientras estuve encarcelada, eso es lo que estoy haciendo actualmente por mi esposo”, dijo a la VOA en medio de una manifestación en el este de la capital venezolana.

Blanco fue interceptado por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en las inmediaciones de su vivienda y, sin presentar “ningún documento” u orden de aprehensión, le solicitaron acudir a la sede del organismo para una “entrevista”, pero se negó y, decenas de vecinos salieron a resguardarlo, detalló en ese entonces la ONG Provea.

Esa madrugada, funcionarios de la Dirección de Investigaciones Estratégicas de la Policía Nacional Bolivariana se presentaron con una orden de aprehensión en la que se le imputaban los delitos de “terrorismo y asociación para delinquir previstos en la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo (LODOFAT)”.

Néstor Astudillo, Reynaldo Cortez, Alcides Bracho, Alonso Meléndez, Emilio Negrín fueron los dirigentes sindicales privados de libertad el mes pasado. A la lista se suma Douglas González, directivo sindical de la empresa estatal Venalum, por incumplir con el régimen de presentación por delitos relacionados con un paro de trabajadores en 2018.

“Es otra acción represiva contra el movimiento sindical que está reclamando sus derechos”, comentó a la VOA Pedro Moreno, secretario ejecutivo de la Conferencia de Trabajadores de Venezuela (CTV).

“Un patrón”

Para la abogada y defensora de derechos fundamentales, Yajaira Forero, en el país se registra un “patrón” de persecución contra activistas sindicales por parte del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

“Ellos no son ningunos delincuentes, simplemente son personas que han venido denunciando la grave situación de violaciones a los derechos de los trabajadores, ellos han venido denunciando cómo trabajadores son despedidos injustamente”, expuso a la VOA.

Forero llamó a “no dejar solos” a los hombres y mujeres que “luchan por los derechos humanos” y considera importante “tocar todas las puertas” para lograr la liberación de los presos políticos.

Kelvi Zambrano, abogado y miembro de la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, reitera que en Venezuela persiste un patrón de detenciones arbitrarias y procedimientos contrarios a la Constitución y a la ley.

“Una persona solamente puede ser privada de su libertad si existe una orden emitida por un tribula de la República, previa motivación de la fiscalía general y si en efecto son sorprendidos cometidos un hecho punible, ninguno de estos dos supuestos se cumple”, explicó en referencia a varios casos registrados recientemente.

En Venezuela, la política antisindical ha ido avanzando progresivamente hacia formas más “represivas “y persisten amenazas para el ejercicio del derecho a la libertad sindical, mediante la criminalización, detenciones y procesos penales contra dirigentes sindicales, reveló una investigación de la Coalición Regional Observatorio para la Defensa de la Vida, ODEVIDA que, entre 2015 Y 2020, documentó 82 casos de violencia contra defensores de derechos laborales y líderes sindicales.

A pesar del escenario de criminalización de protestas, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó 3.892 protestas durante el primer semestre de este año y 1.642 de las manifestaciones estuvieron orientadas a la exigencia de derechos laborales.

Michelle Bachelet, Alta Comisionada para DDHH de la ONU, advirtió en junio que persiste la preocupación por las restricciones del espacio cívico y democrático en el país y pidió la liberación de quienes han sido detenidos de forma arbitraria.

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