El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, acordaron el viernes trabajar para eliminar todas las armas nucleares de la península coreana y, en el plazo de un año, continuar las conversaciones con Estados Unidos para declarar el final oficial de la Guerra de Corea, que devastó la península entre 1950 y 1953.
En una histórica cumbre, que incluyó la primera vez que un gobernante norcoreano ponía un pie en territorio del sur, Kim y Moon prometieron negociar un tratado de paz para reemplazar la tregua que ha mantenido una incómoda paz durante más de seis décadas. La firma de dicho tratado es uno de los incentivos que Corea del Norte ha exigido a cambio del desmantelamiento de su programa nuclear.
“South and North Korea confirmed the common goal of realizing, through complete denuclearization, a nuclear-free Korean Peninsula,” read a statement signed by North Korea’s leader, Kim Jong-un, and the South’s president, Moon Jae-in, after their meeting at the border village of Panmunjom.
The agreements came at the end of a day of extraordinary diplomatic stagecraft emphasizing hopes for reconciliation and disarmament that was broadcast live around the world, beginning with a smile and handshake that Mr. Kim and Mr. Moon shared at the border and extending to a quiet, 30-minute talk they had near the end of the day in a wooded area of the village.
"Corea del Sur y Corea del Norte confirmaron el objetivo común de hacer realidad, mediante una total desnuclearización, una península coreana libre de armas nucleares", dice el texto de la declaración conjunta firmada después de la reunión en la aldea fronteriza de Panmunjom.
Los acuerdos se concretaron al final de un día de extraordinarias ceremonias diplomáticas transmitidas en vivo que enfatizaban las esperanzas comunes de reconciliación y desarme, comenzando con una sonrisa y un apretón de manos que Kim y Moon compartieron en la frontera, y seguidas por una charla de 30 minutos casi al final del día en un área boscosa de la población.
La reunión fue matizada por algunos momentos sorprendentemente francos y otros muy prometedores como cuando Kim aseguró que había llegado“para poner fin a la historia de la confrontación". Sin embargo, el acuerdo fue escaso en detalles, horarios y próximos pasos.
El evento, que tuvo por sede la Casa de la Paz, un edificio para conferencias en el lado surcoreano de Panmunjom, fue seguido de cerca porque podría marcar la pauta para la cumbre aún más importante entre Kim y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dos líderes que con su ardiente retórica reciclaron el año pasado los temores a unaguerra nuclear.
La administración Trump ha endurecido las sanciones a Corea del Norte conayuda de China y, consciente de que Corea del Norte no ha cumplido sus promesas en el pasado, insistió en que Kim haga un progreso sustancial en el desmantelamiento de su arsenal nuclear antes de que pueda amainar la campaña de "máxima presión" de Washington.
Pero al acceder a alcanzar un tratado de paz este año, Moon facilitó el avance hacia una de las principales condiciones de Corea del Norte para renunciar a sus armas nucleares, y tal vez hacia medidas para retirar tropas de la Zona Desmilitarizada, la zona tampón fuertemente armada entre las dos Coreas, y para crear una zona de pesca conjunta alrededor de la disputada frontera marítima occidental, que ha sido escenario de sangrientas escaramuzas navales.
Moon también ofreció un incentivo económico, reafirmando las promesas hechas en el pasado por el sur de hacer grandes inversiones para ayudar a mejorar los sistemas viales y los ferrocarriles del norte.
Esos acuerdos habían colapsado mientras el norte persistía en desarrollar armas nucleares, y los asesores de Moon han dicho que tal asistencia solo se hará efectiva después de que Pyongyang avance hacia la desnuclearización y se levanten las sanciones.