“No importa cuál sea nuestra ideología o creencia: la cuestión urgente es salvar a Cuba”, dijo el lunes desde Santiago de Cuba José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU.
Al margen de cualquier diferencia, Ferrer y UNPACU convocaron el lunes en su Propuesta a la Nación Cubana a unirse en el esfuerzo para evitar una catástrofe económica y social en el país en medio de la crisis causada por el COVID-19.
Eliminar de inmediato todo obstáculo que impida el acceso de los cubanos a la ayuda humanitaria; cesar la represión contra los miembros de la sociedad civil independiente y el pueblo en general, y liberalizar la agricultura y la economía, “para que se produzcan de inmediato los alimentos y otros productos de primera necesidad, hoy tan escasos y caros”, son las principales medidas propuestas por UNPACU.
“Cuba vive una crisis muy grave y muy peligrosa, que puede terminar en una catástrofe de consecuencias incalculables”, declaró el líder de la Unión, entrevistado por la periodista de Radio Martí Ivette Pacheco. “El régimen se niega a dar los pasos necesarios para evitar una tragedia mayor, y los cubanos que en realidad amamos nuestra patria debemos actuar de inmediato”.
Por eso el grupo propone medidas urgentes “que solo pueden hacerse realidad si presionamos todos con energía; si conseguimos apoyo del pueblo y solidaridad internacional”, manifestó Ferrer.
Insistió en que hace falta darle toda la publicidad necesaria al proyecto. “Vamos a buscar el consenso necesario para las acciones que se requieran y presionar debidamente al régimen para que estas medidas se pongan en práctica lo antes posible”, declaró el activista de derechos humanos.
Bajo el título de Propuesta a la Nación Cubana, disponible en varios idiomas, UNPACU introduce su demanda planteando cinco puntos:
- Cuba enfrenta una crisis que puede terminar en catástrofe nacional
- Urge tomar medidas para evitar peores daños
- El régimen no da señales de la más mínima buena voluntad
- Sin lucha firme y comprometida no hay cambios positivos
- Salvar la Patria es deber de todo buen cubano, sea cual sea su ideología o creencia
El documento subraya que a seis décadas de constantes violaciones de derechos humanos, gestión económica fallida, explotación sistemática de los trabajadores y miseria generalizada, acaba de sumarse "un nuevo y difícil escenario marcado por la pandemia de SARS-CoV-2 y la consiguiente contracción económica a nivel mundial".
En Cuba "urgen profundas transformaciones económicas, políticas y sociales, si queremos evitar que nuestra ya larga y grave crisis toque fondo y se convierta en una catástrofe de terribles consecuencias para nuestro pueblo, y que afecte también a países vecinos, principalmente a Estados Unidos, adonde miles de cubanos desesperados pudiesen tratar de llegar”, reza la introducción de la propuesta.
Lejos de poner las tierras del país en manos de quienes podrían producir riquezas, dice UNPACU, el gobierno “opta prioritariamente por buscar fuentes de financiamiento externas en vez de potenciar el deseo y la voluntad de generar riquezas que acumulan desesperadamente los cubanos”.
La presunta fortaleza del régimen “se sustenta en nuestros temores, en nuestra confusión fabricada, en nuestra inacción y en la falta de la necesaria unidad entre quienes queremos una nación donde se respeten todos los derechos humanos y la dignidad plena de la persona”, manifiesta la organización.
Algunos aspectos abordados por UNPACU en el documento son:
- La defensa de un proyecto de economía social de mercado donde tanto el Estado como los mercados, abiertos al control y a la incidencia ciudadana, sirvan como mecanismos para generar prosperidad personal y pública.
- El derecho de los cubanos residentes fuera de la isla a invertir en su patria.
- Emprender “una verdadera reforma agraria que reconozca plenos derechos a quien trabaje la tierra, eliminando el latifundio estatal en cualesquiera de sus manifestaciones”.
En el tema de la propiedad de inmuebles, UNPACU defiende la jurisdicción de quienes han sido declarados dueños de su vivienda o finca después de 1959, descartando la expropiación y el pago de alquileres.
“Por el contrario, consideramos que hay que convertir a estos, y a todos los cubanos, en verdaderos propietarios, con capacidad para decidir libremente sobre el uso de su patrimonio o la compraventa”, manifiesta.
Además, reconoce el derecho de los dueños de las empresas expropiadas por el gobierno de Fidel Castro “a reclamarlas en procesos judiciales imparciales y desprovistos de ideología”.
Se declara a favor del sufragio universal, la liberación incondicional de los presos políticos, una nueva Constitución, salarios justos, sindicatos verdaderamente libres y libertad de expresión y de prensa.
En cuanto a la educación, dice que el adoctrinamiento político y el trabajo forzoso de los alumnos han de ser eliminados.
“Debe garantizarse la creación de centros de estudios privados, incluyendo los de carácter religioso”, indica la propuesta. “Son los padres o los estudiantes con mayoría de edad los que tienen el derecho a decidir la educación que desean recibir, pública o privada. Es necesario restablecer la autonomía universitaria y la libertad de cátedra”.
No serán negociables la salud pública, la educación ni la seguridad social, declara UNPACU, y también propone “legalizar la creación de hospitales, clínicas y consultas privadas para que los pacientes y los profesionales de la salud tengan el derecho de escoger donde reciben la debida atención y donde ejercen su profesión”.
El documento también propone abolir el Servicio Militar Obligatorio y contempla como trabajarán el ejército y la policía en una Cuba democrática.
“La misión de las Fuerzas Armadas debe ser defender la Patria, no servir a un determinado partido político”, subraya UNPACU. “Policías y militares ganarán mucho con la democratización de Cuba. No tendrían que perseguir a nadie por sus ideas y tendrían mejores condiciones de trabajo y una vida más digna y sin rencores, ganando el respeto de la ciudadanía”.
