La semana pasada el sacerdote cubano Alberto Reyes inició una protesta pacífica por los prolongados apagones en el país pero, dos días después, el arzobispo de Camagüey Wilfredo Pino le dijo al párroco que detuviera su iniciativa.
“El pasado domingo llamé por teléfono al padre Alberto Reyes... Le dije que por el bien de la Iglesia y por tu bien te prohíbo tocar la campana en el momento del apagón”, detalló a Martí Noticias el arzobispo.
El párroco había dicho que tocaría las campanas de su parroquia en señal de luto todas las noches que las autoridades cortaran la electricidad.
"Tocaré las campanas de la iglesia 30 veces, con el repique lento de los cortejos fúnebres, con el repique que anuncia muerte y luto: la muerte agonizante de nuestra libertad y de nuestros derechos, la asfixia y el colapso de nuestras vidas”, escribió el pasado 17 de mayo en su columna “He Estado Pensando”, que publica periódicamente en Facebook.
“Detrás de esta prohibición, sin dudaestá Caridad Diego Bello y su Oficina de Asuntos Religiosos al servicio del PCC [Partido Comunista de Cuba]”, comentó a ACI Prensa el cubano Osvaldo Gallardo, quien mantiene contacto con Reyes.
“Según mi opinión, él está en peligro porque es difícil ser profeta en Cuba... donde puede o no encontrar apoyo en la gente que lo rodea, incluso dentro de la misma Iglesia”, agregó.
Martí Noticias ha tratado de comunicarse con el sacerdote pero no ha sido posible hasta el momento. No obstante, este viernes el religioso publicó otra de sus columnas refiriéndose, una vez más, a la crisis económica, social y política que vive el país.
"Vivimos en un sistema que lo ha corrompido todo: la fraternidad, la verdad, la honestidad, la educación, el sistema judicial, las instituciones estudiantiles y obreras…, un sistema que ha destruido la alegría, la transparencia, la confianza de unos en otros. Vivimos en un sistema que ha corrompido a muchos, y los ha puesto al servicio del mal, y los ha conquistado para que apaguen las voces de la libertad que ellos también necesitan", escribió.
En sus palabras, Reyes habló de la necesidad de "rehacernos como pueblo" y "recuperar la propiedad de nuestras vidas y la libertad que permite, desde el propio esfuerzo, construir el presente y el futuro. Necesitamos aprender a progresar pensando en un nosotros, y enseñar a las generaciones nuevas a amar lo bello, lo noble, lo verdadero, lo justo, de modo tal que pueda sanarse el corazón herido de este pueblo y recuperarse lo que hoy está perdido".
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