El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reunieron este viernes en Anchorage, Alaska, en un primer acercamiento personal con el propósito de poner fin a la guerra en Ucrania.
La cita de ambos mandatarios generó expectativa mundial, la prensa internacional siguió paso a paso todos los detalles del encuentro, desde el primer saludo en la pista de la base militar conjunta Elmendorf-Richardson y el insólito trayecto que ambos compartieron en la limusina presidencial.
La anticipada reunión tuvo lugar en el Centro de Eventos Arctic Warrior. Por la parte estadounidense asistieron Marco Rubio, Secretario de Estado; Scott Bessent, Secretario del Tesoro; Howard Lutnick, Secretario de Comercio; John Ratcliffe, Director de la CIA; y Steve Witkoff, Enviado especial presidencial para negociaciones con Rusia.
Por la parte rusa estuvieron el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov; Asesor de Política Exterior, Yuri Ushakov; Ministro de Defensa, Andrey Belousov; Ministro de Finanzas, Anton Siluanov; y el representante Económico, Kirill Dmitriev.
"No me corresponde negociar un acuerdo para Ucrania, pero sin duda puedo sentar las bases para negociarlo", había dicho Trump en un intento por esclarecer el alcance real de este encuentro.
El Kremlin destacó el simbolismo de celebrar la reunión cerca del Cementerio Nacional de Fort Richardson en Anchorage, Alaska, donde están enterrados nueve pilotos soviéticos.
Precisamente, la elección de ropa del ministro de Asuntos Exteriores ruso causó revuelo mediático a su llegada a Anchorage con un suéter con la inscripción "СССР" (URSS).
Lavrov declaró que Moscú acudía a la cumbre "con una posición clara".
Entre los temas más importantes en la agenda de las partes destacaba el posible alto al fuego en Ucrania, el control de armas nucleares estratégicas, la cooperación económica y las garantías de seguridad para Ucrania fuera del marco de la OTAN.
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