La cubana Heydi Sánchez Tejeda, deportada a Cuba en abril mientras aún estaba en proceso de regularizar su estatus migratorio en Estados Unidos, recibió finalmente una noticia esperanzadora: su solicitud de reunificación familiar fue aprobada bajo la categoría IR-1, destinada a cónyuges de ciudadanos estadounidenses.
Sánchez Tejeda había sido expulsada del país a pesar de encontrarse bajo libertad condicional migratoria (I-220B) y de ser madre de una niña de menos de un año de edad, a quien debió dejar atrás en Tampa. Su caso generó indignación pública y una ola de solidaridad tanto dentro como fuera de la comunidad cubana en EE.UU.
La aprobación de la reclamación fue confirmada tras una entrevista migratoria reciente en Tampa, donde su esposo, Carlos Yuniel Valle, recibió la noticia con emoción: “Aceptaron la reclamación. Gracias a Dios. Se me aguaron los ojos”, declaró a Telemundo.
Sin embargo, el proceso legal no ha concluido. El expediente de Heydi ha sido transferido al Centro Nacional de Visas (NVC), que coordinará una futura entrevista en la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
Antes de poder regresar, Heydi deberá solicitar dos perdones migratorios, uno por su presencia ilegal previa y otro por su deportación, lo que podría demorar varios años.
No obstante, su abogado espera lograr un procesamiento expedito por razones humanitarias, debido a la separación forzada de madre e hija.
En declaraciones a Martí Noticias, la mujer agradeció las muestras de apoyo pero pidió a la comunidad mantenerse alertas porque "la lucha todavía continúa para que yo pueda estar con mi familia".
Apoyo político y nuevos obstáculos
La familia ha contado con el respaldo de la congresista demócrata Kathy Castor, quien calificó la deportación como “cruel e ilegal” y solicitó al gobierno un parole humanitario urgente para la madre.
Aunque la visa IR-1 no se ve directamente afectada por las recientes restricciones migratorias impuestas por la administración de Donald Trump, el clima actual ha generado incertidumbre adicional. Nuevas limitaciones han restringido el otorgamiento de visas a ciudadanos cubanos, especialmente en categorías de turismo y estudio.
“Lo más duro lo vive nuestra hija”
Carlos Yuniel Valle, quien cuida solo de la niña desde la deportación de su esposa, lamentó el costo emocional que esta separación ha tenido para su familia:
“Lo más duro lo está viviendo nuestra niña. Aparte de Heydi, que está sufriendo en Cuba por no estar con su hija”, dijo a Martí Noticias.
Heydi ha compartido públicamente el impacto psicológico y físico de esta separación forzada. En mensajes emotivos, ha descrito el dolor de no poder amamantar a su hija ni responder a sus súplicas cuando la niña le pide que regrese.
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