Tras su arribo a los Estados Unidos, Carlos Amel Oliva Torres, líder juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), expuso las razones por las que se vio obligado a solicitar asilo político, mientras que José Daniel Ferrer, coordinador general de esa organización opositora, recalcó desde la isla la honestidad y el valor del activista.
Oliva Torres dijo a Radio Televisión Martí que la decisión de abandonar la isla obedece a la fuerte persecución a que fue sometida su familia.
"Ellos atacaron al estilo mafioso más clásico y cruel, a lo que sabían que me dolía más, que era mi familia", precisó el joven.
En varias ocasiones la vivienda del opositor fue allanada en presencia de sus dos hijos menores, y una gran parte de sus bienes ocupados por las autoridades. Sufrió arrestos y amenazas por parte de la Seguridad del Estado.
También su hermano Ernesto Oliva fue víctima de arbitrariedades.
El joven dijo que fue muy difícil tomar la decisión de abandonar el país.
"Sabían (se refiere a la Seguridad del Estado) que yo podía enfrentar cualquier costo por la lucha, pero que me costaba mucho trabajo asumir que por mi causa mi familia, mi madre y mi esposa tuvieran que sufrir", precisó.
Salieron de Cuba dos días antes de que José Daniel Ferrer fuera puesto a cumplir prisión domiciliaria.
Sobre la decisión de la familia Ferrer apuntó que no los juzga porque "no hay cosa que duela más" que no poder explicar a los hijos pequeños que no pueden alimentarse bien, ni pueden tener una medicina que necesitan en un momento dado, o un teléfono, porque la policía política, como venganza al activismo de los padres, "te roba todo eso y te golpea".
Oliva fue galardonado en 2018 con el Premio Joven Cubano Influyente, que otorga el Instituto Político para la Libertad, con sede en Lima, Perú.
Ferrer destacó que tanto él como su esposa, la exportavoz de UNPACU Katerine Mojena, son personas "comprometidas, honestas, capaces", y lo han demostrado por años.
"Somos amigos, hermanos de lucha y queremos una Cuba democrática", concluyó Ferrer.