La discóbola cubana Yarelys Barrios, exmedallista de plata en Pekín-2008, desmintió este sábado haberse dopado para la competencia, poniendo en duda la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI), y dijo sentirse disgustada y sola.
En una entrevista concedida al diario local Guerrillero, Barrios, acusada de consumir acetozolamida, un diurético prohibido por las autoridades olímpicas, aseguró que su juego “siempre ha sido limpio”, y que tenía esperanzas de que hubiera una equivocación en su caso.
“El único doping que conozco es el sol que he cogido en la pista y las pesas que he levantado en mi vida”, aseguró.
Visiblemente descontenta con el proceso de investigación del COI, Barrios señaló que no pudo asistir a la apertura de las muestras de orina que la señalan.
"No pude asistir a la apertura de las muestras; de la embajada en ese país (Suiza) fueron por mí, pero creo ni siquiera pudieron llevar el número de la muestra. Cuando esta dio positiva solicité que se analizara la segunda, aunque sé que es la misma que en un inicio se divide en dos. Por supuesto, esta otra arrojó el mismo resultado”, explicó al Guerrillero.
Barrios asegura que no tomó nada en 2008, menos un medicamento que “lo afloja a uno, lo debilita, hace perder peso, y nunca he necesitado eso, ¿a quién se le ocurre? También se usa para «borrar» otra sustancia, pero de esa no hay rastro en mis análisis, y además, ¿quién va a usar eso en plena competencia?”
La atleta dijo que tras el primer resultado positivo pidió una revisión de la manipulación y el transporte de la muestra. Luego pidió revisaran la segunda.
"Solo el médico y el entrenador de entonces pueden dar fe de mi comportamiento y disciplina. Solicité también que se revisaran las muestras de Cuba y no se pudo", subrayó.
Disgustada con el INDER
Barrios, con siete años de trayectoria deportiva, explicó al diario oficialista que se enteró de la decisión del COI por un amigo, y que su familia lo hizo por la televisión, y que no recibió antes una llamada del INDER.
“Estoy muy descontenta, porque nadie ha venido a preguntarme, a escucharme. Me he sentido sola”, dijo la atleta, quien se declara “revolucionaria”.
La discóbola, con planes de retirse del deporte después de su participación en las olimpiadas de Río de Janeiro, ha quedado muy afectada tras la decisión del COI.
“Es una vergüenza muy grande para mí, mi familia, mis amigos y mi pueblo. He dicho que hay cosas en la vida que uno no sabe explicar. Es mejor que antes de que te acusen, te den un tiro en la frente”, concluyó.
