La Fiscalía Militar de Santiago de Cuba negó que el preso político Maikel Mediaceja Ramos haya sido golpeado en la prisión de Boniato donde cumple 6 años de privación de libertad por “atentado” y “lesiones”.
Desde hace varios años, la familia del preso denuncia el caso en busca de una respuesta del gobierno. La tía del reo de conciencia, Odalis Mediaceja, presentó un reclamo ante el órgano militar, pero los funcionarios prometieron esclarecer los hechos y no lo han hecho.
En un audio enviado a Radio Televisión Martí, el activista encarcelado, miembro de la Unión Patriótica de Cuba, asegura que el 14 de julio de 2018, tras pedir asistencia médica, varios reos pertenecientes al “Consejo de Reclusos”, lo sacaron de su celda y le propinaron una paliza de la que salió con dos costillas y un dedo de la mano fracturados.
En ese momento, una médica que lo atendió extendió un certificado por las lesiones, pero, según relata Mediaceja Ramos, fue cambiado por las autoridades del penal y un nuevo documento firmado por el doctor de otro centro penitenciario y donde no están reflejados los daños infligidos fue enviado a la Fiscalía Militar.
Las quejas de sus familiares solo han conseguido que Mediaceja pierda, temporalmente, sus beneficios a la llamada telefónica o al pabellón conyugal. Los agresores nunca han sido castigados.
“La dirección de la prisión, encabezada por el teniente coronel Alain Rivero Montero es cómplice de la golpiza que me dieron y de la falsificación del certificado médico”, señala Ramos Mediaceja en su declaración grabada a través de una llamada telefónica.
Lo mismo sucedió con el prisionero político Yosvany Rosell García Cazo, participante en las protestas del 11 de julio en Holguín, quien denunció haber sido objeto de abusos en prisión por negarse a llevar el uniforme de preso común y vestirse de blanco en el primer aniversario de las protestas.
“En una carta que Yosvany hizo pública, narra que lo metieron en una oficina, lo empujaron, y en el piso, le pegaron y patearon en la cabeza. Yo fui a la delegación de Cárceles y Prisiones de aquí, de Holguín, a formular una queja”, dijo a Radio Martí su esposa, Mailín Rodríguez Sánchez.
“Allí me dijeron que tenían información de que mi esposo no había sido tocado en ningún momento”, añadió.
En la carta, fechada el 3 de septiembre, el cuentapropista holguinero relató los desmanes que sufrió a manos de sus carceleros.
"(...) aproximadamente 10 esbirros iniciaron la violencia fisica contra mí, aplicando técnicas de luxación, golpes a mano abierta para no partir, ahorcamiento, y se paraban con sus botas encima de mi cabeza, manos y pies, contra el piso. En medio de ese acto de cobardia, me pusieron la ropa de preso, me esposaron hasta donde el hueso no permitía cerrar más las esposas, y me llevaron para la companía sin ninguna de mis pertenencias", escribió.
García Cazo cumple 15 años de privación de libertad por el delito de sedición en la cárcel El Yayal (Cuba Sí), en la provincia oriental.
Cuba se jacta de cumplir con las Reglas de Bangkok que preceptúa que los sancionados no pueden ser objeto de castigos corporales ni es admisible emplear contra ellos medida alguna que signifique humillación, o que redunde en menoscabo de su dignidad.
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