El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, señaló a Cuba entre los gobiernos que participan en la trata de personas, durante una reunión virtual este martes del grupo de trabajo interinstitucional del presidente Joe Biden para monitorear y combatir ese flagelo.
El canciller estadounidense añadió que el tráfico humano es, por definición, un problema global, y señaló que el informe anual del Departamento de Estado muestra que las víctimas provienen de todas partes del mundo.
“Tenemos que encontrar más formas de ejercer presión efectiva sobre los gobiernos que participan o permiten la trata de personas: China y Cuba, Corea del Norte, Rusia. La reciente Ley bipartidista de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur, que reprime las ganancias que Beijing puede generar del trabajo forzoso en Xinjiang, es un ejemplo de cómo podemos hacer esto”, opinó el Secretario de Estado.
Blinken declaró que los traficantes operan en prácticamente todos los países, incluso en los Estados Unidos, y que debido a que este es un problema global, se debe tener una coalición global para enfrentarlo, una que abarque el gobierno, las empresas, la sociedad civil y otras partes de la sociedad.
El pasado julio, en la presentación del Informe sobre el Tráfico Humano para el 2021, el Secretario de Estado dijo que el reporte de ese año se centraba en la trata auspiciada por estados, y que documentaron 11 países donde el gobierno mismo es el traficante. Uno de esos países es Cuba.
“Por decimo año consecutivo, el informe documenta como el gobierno cubano se ha beneficiado monetariamente de misiones médicas extranjeras explotadoras. Envían doctores y otro personal médico al extranjero, no se les informa de los términos de sus contratos, confiscan sus documentos y salarios y amenazan a sus familiars si tratan de irse”, Blinken explicó en una conferencia de prensa en aquella ocasión.
El Reporte del Departamento de Estado norteamericano sobre el Tráfico Humano para el 2021 informó que el gobierno de Cuba no cumple totalmente con las normas mínimas para la eliminación de la trata y no está haciendo esfuerzos significativos para hacerlo, incluso considerando el impacto de la pandemia en su capacidad de lucha contra la trata; por lo tanto, Cuba permaneció en el Nivel 3.
Además, el informe arrojó que el gobierno aprovechó la pandemia aumentando el número y el tamaño de las misiones médicas y se negó a mejorar la transparencia del programa o abordar las violaciones laborales y los delitos de trata a pesar de las persistentes acusaciones de observadores, ex participantes y gobiernos extranjeros de que funcionarios cubanos participaron en abusos.
El reporte indicó además que el gobierno cubano no informó haber investigado, enjuiciado ni condenado delitos de trata. Las autoridades no informaron sobre la identificación de las víctimas y carecían de un paquete integral de servicios para las víctimas, asi como que no protegieron a las posibles víctimas de la trata de ser detenidas o acusadas por actos ilegales que sus traficantes les obligaron a cometer. El gobierno tampoco criminalizó todas las formas de trabajo forzoso o tráfico sexual.
El Departamento de Estado dijo, además, que a pesar de la falta de esfuerzos significativos, el gobierno cubano sí tomó algunas medidas para abordar la trata añadiendo que algunos informes indicaron que el gobierno continuó capacitando a agentes del orden, fiscales y jueces sobre delitos de trata.