Con casi 500 millones de hablantes y un alcance global, el español siempre ha sido uno de los idiomas clave para la propaganda del Kremlin. Pero las redes en español cobraron aún más importancia después de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. La prohibición occidental de medios financiados por Rusia como RT y Sputnik no frenó el impacto del Kremlin en España y América Latina a través de canales de redes sociales, canales de Telegram e ‘influencers’ locales que favorecen el lado ruso.
Este artículo analiza el impacto de la propaganda del Kremlin en el mundo hispanohablante con la ayuda de dos verificadores de datos y dos expertos que explican cómo Rusia está consiguiendo difundir relatos falsos sobre el conflicto en España y sobre todo en Latinoamérica, cuya historia la convierte en terreno fértil para los mensajes anti-estadounidenses.
Un claro enfoque en América Latina
“"¡Gracias por la victoria!": Residentes de Mariúpol agradecen a Putin la liberación de la ciudad” ; “Rusia: EE.UU. intenta desviar atención de autoría del sabotaje al Nord Stream con bulos baratos” ; “Estalla en Ucrania otro escándalo de compras con sobreprecio para el Ejército.” Estos son algunos de los recientes titulares en la portada digital de RT en Español, el canal en español de la cadena estatal RT, antes conocida como Russia Today.
Lanzado en 2009, años antes que canales de noticias en español como DW Español o France 24 Español, RT en Español se ha convertido en una herramienta informativa clave para que el Estado ruso difunda sus mensajes entre los hispanohablantes.
Aunque el canal de noticias está actualmente bloqueado en los televisores y en el espacio en línea de la UE, Estados Unidos, Canadá y otros países, RT sigue prosperando en América Latina. Según la compañía, su canal noticias por cable 24/7 registró una audiencia de 18 millones de personas en 2018 y sus cuentas en las redes sociales tienen más de 25 millones de seguidores, lo que convierte a RT en Español en uno de los servicios de noticias extranjeros más seguidos de la región. A diferencia de otros medios de noticias estatales, RT en Español es una herramienta de propaganda al servicio de la agenda de política exterior del Kremlin y ha ayudado a Vladímir Putin a transmitir su mensaje en un momento en el que está más aislado que nunca.
RT en Español tiene más éxito que cualquiera de los otros servicios de RT, que incluyen el inglés, el árabe, el alemán y el francés. Esto demuestra tanto la popularidad del canal en América Latina como la importancia que Moscú concede al público hispanohablante.
Según Vladimir Rouvinski, profesor asociado de la Universidad Icesi de Colombia, tres razones explican el atractivo de RT para el público hispanohablante: el déficit de medios de comunicación no-occidentales en América Latina, el sentimiento antiamericano en la región y el desconocimiento de las realidades de la Rusia actual.
"El Gobierno ruso intenta fomentar la idea de que Rusia es más o menos otra versión de la Unión Soviética, una Unión Soviética 2.0 que lidera la pelea contra la potencia hegemónica que es Estados Unidos", afirma Rouvinski.
La estrategia informativa del Kremlin hacia América Latina se basa en la idea de que todo el hemisferio occidental forma parte del área prioritaria de preocupación política, económica y social de Washington, explica Rouvinski. En otras palabras, Rusia tiene interés en la región por su proximidad a Estados Unidos.
“La estrategia informativa del Gobierno ruso tiene que ver con el intento de disminuir la influencia que tiene Estados Unidos y la de los valores occidentales asociados con Washington o con Europa aquí América Latina”, dice Rouvisnki.
Un análisis elaborado por el Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council antes de la invasión de Ucrania reveló que la palabra clave más utilizada en los subtítulos noticieros del sitio web de RT en Español es "EEUU". El estudio también revela que los enlaces de noticias compartidos por la página de Facebook de RT en Español se centraban más en Estados Unidos que en cualquier país de América Latina.
"El hilo conductor de la comunicación de RT en la región es el cuestionamiento del imperialismo estadounidense", afirma Iria Puyosa, investigadora principal del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council. Puyosa explica que parte de la estrategia rusa consiste en culpar cualquier problema social a los países occidentales y presentar una narrativa según la cual Putin es un "líder global que trae estabilidad y progreso" y podría crear un nuevo orden mundial en el que el Sur Global tenga una silla en la mesa.
Desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania, la maquinaria propagandística del Kremlin se ha centrado en difundir narrativas que justifiquen la guerra. Otra investigación del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council muestra que los medios estatales rusos dominan la conversación en las redes en la región cuando se trata de la guerra, siendo RT en Español el tercer dominio más compartido en Twitter para los mensajes en español que hablan de la guerra, después de YouTube y El País. Sputnik Mundo, otra agencia estatal rusa de noticias en español, se encuentra entre los 15 primeros. Sin embargo, es importante señalar que algunas señales indican de que se trata de actividad no auténtica creada por la coordinación de cuentas sospechosas.
Según Puyosa, éstos son los tres principales mensajes: 'Ucrania amenaza a Rusia como títere de la OTAN y Estados Unidos'; 'Ucrania es un régimen nazi'; y 'Rusia libra una guerra antiimperialista contra Europa y Estados Unidos'.
Rouvinski afirma que RT en Español y Sputnik Mundo se diferencian de otros canales extranjeros de noticias de 24 horas como DW Español o France 24 Español en que la mayoría de sus contenidos son críticas contra EEUU y Occidente en lugar de información imparcial. "Están ganando espacio", dice Rouvinski. "Están mucho mejor posicionados ahora como fuente alternativa a medios más tradicionales como la BBC o la CNN y algunos medios locales".
Para Rouvinski, estos medios han erosionado la democracia liberal en la región. "Aumentan la polarización porque nunca hablan del consenso", dice.
Más allá de los medios tradicionales
RT y Sputnik llegan a su audiencia a través de medios tradicionales, pero también a través de las redes sociales y de aplicaciones de mensajería. El Kremlin utiliza además otras estrategias, como granjas de trolls y bots y personas influyentes locales, para difundir las mismas narrativas prorrusas. Por eso, quienes trabajan para desacreditar la desinformación creen que los mayores riesgos se encuentran en Internet.
Julio Montes, cofundador y director de Maldita.es, empresa española independiente de verificación de hechos, dice que el consumo de los medios de comunicación rusos de propiedad estatal suele provenir de quienes ya están convencidos de las narrativas que se difunden. “El consumidor de RT o Sputnik ya es un consumidor que ha entrado y que consume esos contenidos porque previamente ha sido convencido de determinados relatos,” dice Montes. “Por eso en Maldita pensamos que tenemos que trabajar mucho más en localizar y detectar esas narrativas desinformadoras.”
La guerra entre Rusia y Ucrania creó un terreno fértil para la difusión de estas narrativas y los verificadores de datos vieron que se compartía mucha información falsa sobre el conflicto en varios canales.
Olivia Sohr, directora de impacto y nuevas iniciativas de la organización argentina de verificación de datos Chequeado, afirma que muchos de estos artículos van dirigidos a hispanohablantes. Aunque tanto Rusia como Ucrania participan en estas guerras informativas, la mayoría de las falsas narrativas difundidas en Internet son antiucranianas. Un análisis realizado por Chequeado sobre las narrativas más comunes difundidas durante los primeros seis meses de la guerra reveló que los canales digitales más comunes donde circuló la desinformación son Facebook, Instagram, TikTok, Telegram y WhatsApp.
"La gran mayoría de la desinformación que vimos fueron vídeos y fotos fuera de contexto", dice Sohr. "Por ejemplo, fotos del conflicto de Gaza presentadas como si fueran del conflicto en Ucrania; fotos o vídeos de conflictos anteriores de 2014, por ejemplo, en la misma región, pero presentados como si fueran actuales".
Múltiples estudios han rastreado el uso de cuentas de redes sociales, en Telegram y Twitter en particular, para difundir y promover narrativas favorables al Kremlin. Estos estudios sugieren la presencia de campañas de propaganda rusa a gran escala y coordinadas en las redes sociales.
Uno de estos estudios desvela redes de canales de Telegram que difunden propaganda y desinformación del Kremlin sobre la invasión rusa de Ucrania a una audiencia mundial en diferentes idiomas. Otro detalla cómo las embajadas rusas en América Latina y España son uno de los principales amplificadores de los medios del Kremlin.
"Han utilizado las redes sociales desde que las redes sociales existen", dice Puyosa. "Lo que es nuevo es la forma en que están trabajando con las embajadas". Ella explica que es una forma de conseguir que los medios de comunicación locales informen sobre el mensaje del Kremlin, ya que procede de un funcionario del gobierno. "Así consiguen un mayor alcance", dice. "Llegan a personas que no siguen estos medios y que sólo reciben las noticias de su periódico y canal de televisión habituales".
Estos mensajes se propagan además por las redes sociales. Durante el primer año de guerra, Maldita.es ha desmentido más de 170 bulos y desinformaciones sobre el conflicto. También han visto cómo canales de Telegram con gran alcance en España y Latinoamérica han estado difundiendo desinformación, y cómo sus mensajes cambiaron cuando Rusia invadió Ucrania.
“Teníamos localizados los grupos que estaban desinformando sobre todo en el tema del COVID y las vacunas,” explica Montes. "Cuando Rusia invadió Ucrania, esos grupos – todos – viran y empiezan a apoyar la invasión rusa".
Llegan los 'influencers'
Otra táctica que parece estar utilizando el Kremlin para eludir los bloqueos televisivos en Occidente es recurrir a personas influyentes simpatizantes con gran número de seguidores en las redes sociales. Un análisis de la Institución Brookings sobre la difusión de propaganda rusa en plataformas muestra que siete de las 15 cuentas más retuiteadas en su conjunto de datos de usuarios destacados son influencers independientes en español que no están afiliados a RT o Sputnik.
Una investigación del periódico español El Confidencial describe el viaje de los YouTubers españoles Rubén Gisbert y Liu Sivaya a la región de Donbás controlada por Rusia, donde pudieron filmar e "informar" desde el terreno. La zona está actualmente vedada a la mayoría de los medios de comunicación occidentales, ya que se necesita autorización rusa y escolta para entrar siquiera en ella.
El artículo describe cómo estas personas influyentes compartieron narrativas prorrusas. La embajada rusa en España incluso ha compartido sus contenidos. Sivaya, cuyo canal de YouTube tiene casi 200.000 suscriptores, publicó un vídeo desde Mariupol en el que describía como "liberada" y "renacida" la ciudad ucraniana, donde miles de personas murieron por los bombardeos rusos y fueron enterradas en fosas comunes. Gisbert, cuyo canal de YouTube tenía 476.000 suscriptores en el momento de escribir este artículo, ha aparecido en RT para criticar la cobertura occidental de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.
"[El Kremlin está] también distribuyendo noticias utilizando influencers locales: personas que son YouTubers, que tienen un canal de noticias de televisión popular, que tienen más de 100.000 seguidores en Twitter", dice Puyosa. "Esas personas están trabajando junto con Rusia, probablemente debido a alguna alineación ideológica o por encargo, o en algunos casos probablemente ambas cosas".
Por eso Montes cree que es un error centrarse sólo en canales oficiales como RT y Sputnik. "Es mucho más efectivo difundir narrativas desinformadoras a través de influencers que tienen sus comunidades creadas y que sirven como viralizadores de bulos y manipulaciones," dice.
El interés del Kremlin por los contenidos en español no sorprende a Montes debido al gran número de hispanohablantes que hay en el mundo. Más de 496 millones de personas tienen el español como lengua materna, incluyendo más de 62 millones sólo en Estados Unidos.
"Somos un mercado muy interesante para la desinformación", dice Montes. "Las mismas narrativas que se crean para Latinoamérica tienen impacto en Estados Unidos y en España, y a través de España, en Europa".
¿Se puede contener la desinformación rusa?
En febrero de 2022, la UE anunció que prohibiría a RT y Sputnik operar en sus 27 países miembros debido a la "manipulación sistemática de la información y la desinformación por parte del Kremlin." Las empresas de telecomunicaciones canadienses siguieron esta medida, al igual que las estadounidenses, lo que provocó el cierre de RT America, el canal en inglés de RT en Estados Unidos.
Meta y TikTok también impidieron el acceso a los contenidos de RT y Sputnik en las redes sociales a los usuarios de la Unión Europea, incluido el Reino Unido, mientras que YouTube bloqueó globalmente todos los medios de comunicación rusos financiados por el Estado.
A la luz de estas políticas de los países occidentales y de las empresas tecnológicas, ¿deberían los países latinoamericanos seguir su ejemplo? Las fuentes de este artículo creen que no. Consideran que los bloqueos pueden ayudar al Kremlin y que no son muy eficaces, ya que existen numerosas formas de eludir el bloqueo.
"Cuando bloqueas, la gente dice '¡Ves! Estos imperialistas no quieren que oigas lo que dicen porque dicen la verdad'", dice Puyosa. "Les estás dando la razón y haciendo más creíbles sus herramientas".
Además, un estudio elaborado por nuestro director de investigación Richard Fletcher y otros investigadores sobre la audiencia de RT y Sputnik en el extranjero antes de la invasión rusa de Ucrania muestra que la huella de sus sitios web es muy limitada. Analizando 21 países, incluidos países latinoamericanos y países occidentales que acabaron prohibiendo estos servicios en su territorio, el estudio muestra que ninguno de los dos medios llegó a más del 5% de la población digital mensual de ninguno de estos países.
Para Montes, es necesario revisar cómo se concibe y se define lo que es un medio de comunicación. Sostiene que para regular la desinformación debe haber parámetros claros de cumplimiento para determinar qué se considera un medio de comunicación y qué no, de modo que estos criterios sean claros y estén a disposición del público. "Tenemos un gran problema de reglas del juego", afirma Montes. "Todo es un medio de comunicación y a la vez nada lo es".
Entender qué tipo de desinformación y relatos falsos generan interés y por qué la gente cree en ellas es clave para frenar su influencia, explica Sohr. "Podemos enfocarnos en darle herramientas a las personas para que sepan identificar cuándo una foto o un vídeo son falsos", dice. Pero incluso si lo hacemos, la próxima crisis informativa será más difícil de contener, ya que las imágenes generadas por inteligencia artificial mejoran por momentos.
“¿Cómo nos preparamos para la próxima crisis?” pregunta Sohr. “Para que los ciudadanos tengan mejores herramientas, para que cuando se encuentren con una desinformación puedan desmentirla y puedan saber en qué fijarse, si son las manos, si son los ojos, si es la metadata que viene con la imagen, o los sistemas que encontremos para poder diferenciar qué es real de qué no”.
Tanto para Rouvinski como para Puyosa, en lugar de prohibir los medios procedentes de Rusia, la mejor respuesta reside en la educación y la concienciación, así como en seguir ofreciendo una diversidad de contra-mensajes y puntos de vista. "La forma más correcta es fomentar la concienciación sobre por qué [los medios de comunicación estatales rusos] hacen lo que hacen", afirma Rouvisnki. "Creo que lo que hay que hacer es educar mejor a la opinión pública latinoamericana para que entienda lo que hay detrás de lo que ellos están haciendo".
[Este artículo fue publicado originalmente por el Reuters Institute de la Universidad de Oxford, el 30 de marzo de 2023]
Foro