Tres exdirectivos de la empresa Camargo Correa, una de las constructoras más importantes de Brasil, fueron condenados hoy a penas que van de quince a nueve años de cárcel por su participación en las corruptelas en Petrobras, informaron fuentes judiciales.
Las sentencias fueron dictadas por el juez federal Sergio Moro y las penas más duras fueron aplicadas al expresidente de la empresa Dalton Avancini y al antiguo vicepresidente Eduardo Leite, ambos condenados a quince años y diez meses de prisión.
Asimismo, en la que ha sido la primera sentencia dictada contra empresarios por este sonado caso, fue dictada una pena de nueve años y seis meses contra el expresidente del Consejo de Administración de la compañía João Ricardo Auler. Los antiguos directivos de la compañía fueron hallados culpables de los delitos de corrupción activa y pasiva, lavado de dinero y
fraude en licitaciones.
En la misma decisión, fueron condenados a prisión el exdirector de Abastecimiento de Petrobras Paulo Roberto Costa, el cambista Alberto Yousseff y Jayme Alves de Oliveira, uno de sus empleados. En el caso de Costa, la pena aplicada fue de doce años de cárcel, mientras que Yousseff fue condenado a ocho años y cuatro meses y en el caso de Alves de Oliveira el castigo fue fijado en cuatro años.
De acuerdo a la sentencia, todos los reos condenados obtendrán diversos beneficios, como una anticipación de los plazos para el cumplimiento de las penas en prisión domiciliaria, gracias a sendos acuerdos de cooperación y delación firmados con las autoridades judiciales. Camargo Correa es una de las más importantes constructoras de Brasil, fue fundada en 1939 y opera en una veintena de países, con una fuerte presencia en América Latina.
La constructora forma parte de una veintena de grandes empresas privadas implicadas en las corruptelas que desde hace un año y medio se investigan en Petrobras. Por el caso también se investiga a medio centenar de políticos,
entre quienes figuran los presidentes de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y del Senado, Renan Calheiros.
Según las investigaciones, las compañías privadas implicadas en el caso obtenían contratos amañados con Petrobras, inflaban sus valores y las diferencias eran repartidas entre los políticos que amparaban las corruptelas y algunos exdirectivos de la estatal.