"En la financiación del proyecto portuario de Cuba, Brasil tiene sus intenciones de convertirse en el socio principal de la isla y que el puerto de Mariel sea la entrada comercial principal y punto de trasbordo", comentan en un artículo este martes los periodistas Tracy Wilkinson y Vincent Bevins en Los Ángeles Times.
Los periodistas recuerdan que "hace treinta y cinco años, este puerto en la costa del noroeste de Cuba se elevó a prominencia internacional cuando, en cuestión de días, decenas de miles de cubanos abordaron barcos desvencijados y cruzaron el mar hacia la Florida, en una maniobra hostil manejada por Fidel Castro para anegar las costas estadounidenses".
Hoy en día, Mariel es un hervidero de expectativas –escriben Wikilson y Bevins–, ya que el Gobierno cubano, con asistencia internacional, trata de reinventar Mariel como una encrucijada del comercio y del comercio mundial.
No cabe duda que ahora, señalan, con el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos el puerto será la entrada principal para el comercio con la nación vecina.
Brasil tiene como objetivo al pagar gran parte de los $1.000 millones, modernizar un puerto de aguas profundas que podría convertirse en el más grande del Caribe y construir una milla cuadrada de zona especial de desarrollo para la producción industrial y energética.
Pero Brasil no está solo: China, Singapur y otros países están planeando entrar en acción también. Existen cerca de 100 propuestas de proyectos industriales. China desea construir una fábrica automotriz; Brasil quiere fabricar productos farmacéuticos y varias empresas están planeando la fabricación de energía solar y eólica.
De hecho, ya Argentina envía carne congelada a Mariel para el transbordo a Europa, que es más rápido que el envío directamente.