Miami, EEUU — Vladimir Putin cumplió con su amenaza y este jueves por la madrugada las tropas rusas empezaron a atacar a Ucrania. El presidente de Rusia, a través de un discurso televisado, anunció el inicio de una operación militar en el este de Ucrania, aunque los bombardeos se han visto en prácticamente todo el país.
En las últimas horas, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas -en Nueva York- los representantes de los países insistían en las consecuencias catastróficas si comenzaba una guerra entre Rusia y Ucrania, especialmente por el impacto que eso podría suponer en todo el mundo.
Una de las regiones que podría ver los efectos de este conflicto sería América Latina. El martes, cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el paquete de medidas contra Rusia para presionar al Kremlin con el objetivo de que desistiera en sus intentos de invadir Ucrania, el precio del petróleo alcanzó su valor máximo en siete años.
Escasez de petróleo en América Latina por las sanciones
La razón de este aumento drástico obedecía al temor de que en algunos países, incluidos los latinoamericanos, se interrumpiera el suministro de crudo principalmente porque Rusia es el segundo país mayor exportador de petróleo después de Arabia Saudita. También ocupa el puesto número tres como el mayor productor de crudo en todo el mundo.
El experto en Relaciones Internacionales e investigador de Estudios Latinoamericanos en la Escuela de Guerra, Evan Ellis,dijo a Voz de América que en los últimos tiempos Rusia había intensificado sus relaciones comerciales con algunas naciones de la región como parte de su estrategia geopolítica.
“Las industrias clave de Rusia, como la industria militar, nuclear o petrolera, ofrecen algún tipo de valor a la región”, dijo el analista y veterano de guerra.
Por lo tanto, si se cierra el grifo a la distribución de petróleo ruso en todo el mundo, algunas industrias y la población en general podría ver un impacto inmediato ante la falta de suministro del crudo.
Un impacto económico desigual
El conflicto bélico a mayor escala también tendrá un efecto en las economías de los países latinoamericanos. Sin embargo, explicó a VOA el economista Benjamín De Yurre, no se puede analizar la situación financiera como un bloque monolítico.
“Se tiene que ver cómo está la situación económica de los países, pero sí se puede decir que los que están con una deuda muy alta van a tener consecuencias mucho más complejas”, dijo De Yurre, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Central de Venezuela.
Pese a eso, algunos países productores de petróleo de América Latina, como Brasil y México, podrían beneficiarse ante la falta de crudo importado pero, alerta De Yurre, “los precios se dispararían”, como se está viendo ahora.
El papel de América Latina en el conflicto
Otro de los interrogantes en medio de este conflicto entre Rusia y Ucrania es el papel que podría jugar América Latina en tanto que altos funcionarios del Kremlin habían anunciado la posibilidad de desplegarse militarmente, a través de tropas o activos militares, en Venezuela o Cuba.
En declaraciones a VOA, Ellis subrayó que las acciones que Rusia pretende llevar a cabo en la región latinoamericana serían muy básicas, ya que, a su juicio, el Gobierno de Putin no tiene tantos recursos para desplegarse militarmente.
“Si Putin envía tropas a Ucrania y destapa una guerra, también tendría interés en distraer a Estados Unidos con algo en su patio trasero. Pero no va a enviar misiles nucleares o no va a entregar sistemas S-400 que podrían provocar una escalada (militar) en la región que puede estar fuera de su control”, manifestó Ellis convencido de que se materializará un “compromiso simbólico para desplegar tropas o establecer una base”, pero no va a ir “más allá”.
Rusia tiene poca capacidad militar, pero no hay que bajar la guardia en Latinoamérica
Fabiana Perera, profesora adjunta de la Universidad de Georgetown e investigadora del Instituto de Guerra Moderna (MWI) -un centro de investigación de la Academia Militar de Estados Unidos-, también apuntó en una declaración escrita sobre la poca capacidad armamentística de Rusia como un factor determinante para pensar que el Kremlin pueda desarrollar actividades militares trascendentales en la región.
“(En los últimos tiempos) Rusia ha aumentado su papel como exportador de armas a la región. Sin embargo, la relación está desequilibrada: si bien Rusia es un proveedor de armas clave para Cuba, Nicaragua y Venezuela, la región en su conjunto representa menos del 15% de las exportaciones de armas rusas”, expone.
Pese a eso, aclara, que la “relación de Rusia con Cuba, Nicaragua y Venezuela es lo suficientemente fuerte como para que la amenaza del despliegue de actores militares sea creíble”.
Este escenario, a su juicio, se ha dado en tanto que Estados Unidos ha centrado sus estrategias en otros lugares y no en América Latina. “Esta es una consecuencia de la inversión rusa en la región en la última década, una época en la que Estados Unidos ha centrado la mayor parte de sus esfuerzos en otros lugares , en su propio detrimento”, dijo convencida de que “América Latina es importante para la seguridad de Estados Unidos”.
Por su parte, Max Bergmann, investigador del Centro para el Progreso Estadounidense, considera que lo que pretende Rusia es forjar aliados en América Latina para hacer frente a Estados Unidos.
“Tenemos que darnos cuenta que Rusia es una fuerza contra la democracia y que esa es una posición global que ellos defienden, ya sea en América Latina o en África. Si Rusia se ve afectada por las fuertes sanciones de Estados Unidos, buscará formas de socavar a EE. UU. para amenazar al país norteamericano con el traslado de fuerzas militares en América Latina”, concluyó.