Autoridades de Nuevo Laredo y el estado mexicano de Tamaulipas decidieron realizar un censo de los migrantes cubanos que han quedado varados en esa ciudad fronteriza, después de que Estados Unidos suprimiera en enero la política de pies secos y pies mojados que les proporcionaba estatus legal al entrar a ese país por la frontera.
Medios locales informan que en la junta que tomó la decisión participaron funcionarios municipales y estatales del Instituto Nacional de Migración (INM), Bienestar Social, Protección Civil y la Policía Federal, entre otros organismos.
El encuentro se produjo por una recomendación del gobernador del estado de Tamaulipas para que los cubanos recibieran atención.
El censo se necesita debido a que no se conocen exactamente las identidades, la situación migratoria y la cifra de los cubanos, la cual oscilaría entre 600 y 1.100.
Una vez censados se procedería a apoyarles con alimentos, seguro médico y ayuda para continuar sus procesos de regularización. La mayoría aún tienen esperanzas de ser recibidos en EE.UU.
En la reunión se informó que el 99 por ciento de los isleños se encuentran legalmente en la ciudad, ya sea porque tienen permisos vigentes, o porque están en trámites ante el INM o se han amparado contra las deportaciones.
Algunos han estado durmiendo a la intemperie, a medida que se han ido agotando los recursos en la iglesia y las casas de migrantes que desde hace dos meses los acogieron.
Estos albergues se ocupan también de atender a los migrantes centroamericanos y los deportados desde EE.UU., pero debido a la masiva presenciade los cubanos, se encuentran a su máxima capacidad.
(Con información de Tamaulipas Hoy y Reforma)