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Los expulsados de Cuba, primer terremoto de Piñera


El escritor y nuevo canciller chileno, Roberto Ampuero.
El escritor y nuevo canciller chileno, Roberto Ampuero.

Para los chilenos, el incidente con los diputados nacionales en Cuba ha tenido las características de un sismo diplomático de varios grados de intensidad.

Santiago de Chile. Tal como en la pasada entrega de poder de Michelle Bachelet a Sebastián Piñera, éste ha heredado otro terremoto, esta vez, de fuerte carácter político.

Para los chilenos, el incidente con los diputados nacionales en Cuba ha tenido las características de un sismo diplomático de varios grados de intensidad y se ha trasformado en un asunto de suma importancia para el flamante nuevo canciller, el escritor Roberto Ampuero.

El actual ministro de Relaciones Exteriores de Chile es un exmilitante comunista que tuvo un brusco despertar político en la isla caribeña, al vivir como diplomático chileno enviado por Salvador Allende, las veleidades de Fidel Castro y comprobar la falacia de la Revolución Cubana.

Sus vivencias y su desencanto el escritor los plasmó en su novela "Nuestros años verde olivo", el libro que fue -y continúa siendo- censurado en Cuba.

Los expulsados

Hoy una de las primeras tareas en la mesa de Ampuero, es el caso del trato conferido a los diputados chilenos, expulsados de Cuba por el gobierno de Raúl Castro.

El diputado electo democristiano Miguel Ángel Calisto, que este domingo asumió su escaño, fue expulsado de la isla por las autoridades cubanas, mientras que el parlamentario conservador Jaime Bellolio no pudo subir al avión que debía trasladarlo de Miami a La Habana.

Ambos estaban invitados a la entrega del Premio Oswaldo Payá, que otorga la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, dirigida por la opositora cubana Rosa María Payá, hija del fallecido disidente, muerto en sospechosas circunstancias en la Isla.

La Habana negó también el ingreso al país al expresidente colombiano Andrés Pastrana y al exmandatario boliviano Jorge Quiroga, a quienes mandó de vuelta a Bogotá a su llegada al aeropuerto internacional José Martí de La Habana.

Los dos diputados han sido ampliamente entrevistado estos días por los medios de prensa chilenos.

Jaime Bellolio ha recalcado que contaba con toda la documentación para ingresar a la isla, mientras que Miguel Ángel Calisto ha declarado que se sintió bastante "intimidado por el régimen de terror" de La Habana.

La izquierda

El partido Socialista ha tratado de minimizar el incidente de los expusados señalando que "aquí hay intentos de dar algunas dificultades".

Guillermo Teillier, optó por respaldar la acción cubana culpando a Calisto y Bellolio.

Manifestó: "La presencia de diputados chilenos en un acto hostil a Cuba en La Habana es evidente que es una provocación. Y curiosamente se produce en vísperas de la elección de la mesa de la Cámara cuando ya se había producido un acuerdo".

Las palabras de Teillier provocaron la molestia de los diputados DC, quienes comentaban las dificultades de suscribir un acuerdo con los comunistas si estos apoyaban la detención de uno de sus diputados.

La parlamentaria comunista Camila Vallejos recalcó que "se pretendió usar el incidente en Cuba para poner en riesgo el acuerdo sobre la nueva mesa de la Cámara Baja, ya que se estuvo en una situación de mayoría delicada".

Vallejo afirmó en El Diario de Cooperativa que se buscaba poner en riesgo el acuerdo de la centroizquierda para la presidencia de la Cámara Baja y la conformación de las comisiones, utilizando la situación de los diputados expulsados de Cuba.

Indicó la parlamentaria -quien visitó Cuba y fue recibida por Fidel Castro en abril de 2012-: "Claramente se está buscando generar un hecho, respecto a la situación en Cuba, para poner en riesgo no solamente el acuerdo que se está teniendo, sino que también insistir en señalar que Cuba es una dictadura, cuando no se señala lo mismo de otros países".

Vallejo agregó que "aquí se está tratando de relacionar este hecho (el de la expulsión) con que Cuba es una dictadura, entonces hay, obviamente, un doble estándar, un oportunismo, una falta de ética y moral al aprovechar esta situación para establecer supuestas características o afirmaciones respecto a un país que a mí me parece que no lo son".

Los afectados

Miguel Ángel Calisto relató : “Estoy emocionalmente afectado. Me sentí violentado. Es complejo cuando te toman detenido y tú no has hecho nada. Fui a tomar desayuno y me detuvieron; me llevaron a sala para interrogarme. Después de un interrogatorio extenso me dijeron que guarde mis cosas, que me llevaban al aeropuerto. En el aeropuerto me volvieron a hacer otro interrogatorio. Y ahí me llevó la policía hasta la puerta del avión”

La situación de Calisto se sumaba a la del diputado UDI Jaime Bellolio, a quien se le impidió el ingreso a La Habana. El parlamentario había viajado a recibir el mismo galardón de Oswaldo Payá.

Jaime Bellolio declaró: “Espero que la comunidad internacional siga reaccionando, al igual que el nuevo gobierno chileno". La Cancillería comunicó que se citó al embajador de Cuba en Santiago, Jorge Lamadrid, para entregarle una nota formal de protesta y expresarle “personalmente la más profunda molestia del gobierno por los hechos sucedidos”.

Repercusiones

Señala el Mercurio "La deportación de los diputados desde Cuba no sólo provocó preocupación entre sus camaradas del partido y en el Gobierno, sino que la compleja situación también repercute en el acuerdo para la conducción de la Cámara anunciado por la Nueva Mayoría, el Frente Amplio y el Frente Regionalista".

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