Una fuerte advertencia sobre la creciente influencia de China en Cuba se lanzó este martes durante una conferencia de prensa celebrada en Miami, en la se denunció que el régimen cubano ha convertido a la isla en un "portaaviones de espionaje" al servicio del Partido Comunista Chino.
"China está haciendo en Cuba lo que la Unión Soviética hizo en el pasado, pero con objetivos aún más amplios: hegemonía económica, militar y tecnológica en el hemisferio", afirmó Luis Zúñiga miembro de la Directorio Democrático Cubano.
Al mismo tiempo, se refirió a las protestas estudiantiles en Cuba como "rajaduras en la columna vertebral del sistema comunista".
Por su parte, Rafael Marrero, autor del libro La Última frontera, alertó que China mantiene al menos 12 sitios de inteligencia de señales (SIGINT) activos en el territorio cubano, incluyendo bases en Bejucal, Calabazar, La Habana, Santiago de Cuba, Mariel, Matanzas, Cienfuegos e Isla de la Juventud.
Estos sitios tendrían la capacidad de interceptar telecomunicaciones, realizar vigilancia cibernética, espionaje industrial y militar, y hasta operar ataques de pulso electromagnético.
"Cuba ya no exporta tabaco ni ron como principales productos. Su principal exportación es el espionaje. La inteligencia cubana ha hecho del robo de propiedad intelectual una moneda de cambio con potencias como China y Rusia", explicó Marrero.
El experto advirtió que el régimen ha entregado infraestructura crítica a empresas chinas como Huawei y ZTE, y que estas tecnologías están siendo usadas para espiar tanto dentro de la isla como en Estados Unidos.
Según el autor, los chinos están interesados en el posicionamiento estratégico de Cuba, sus minerales críticos (como el níquel) y su proximidad geográfica a EE.UU.
"Tienen capacidad de rastreo de hasta 8,000 millas desde la isla y podrían interrumpir telecomunicaciones y logística estratégica norteamericana desde territorio cubano", advirtió.
Los ponentes señalaron que esta amenaza no está siendo adecuadamente atendida por la administración.
"No se puede seguir negando la existencia de esta nueva crisis de los misiles, que ya no es con Rusia, sino con China", dijo Marrero.
Orlando Gutiérrez Boronat, por su parte, añadió que "es hora de cerrar el ciclo de oxigenación del castrismo" y que EE.UU. debe dejar de permitir que el régimen use el éxodo como estrategia de supervivencia.
Ambos expertos pidieron que el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y la Dirección Nacional de Inteligencia actúen de inmediato para contrarrestar la amenaza china desde la isla.
"Estamos ante una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos. La respuesta debe ser inmediata y contundente", concluyó Marrero.
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