Taiwán se muestra profundamente dividida entre gobierno y oposición sobre la cumbre celebrada con China, con interpretaciones encontradas de los resultados de la reunión que mantuvieron ayer sus presidentes, Ma Ying-jeou y Xi Jinping, la primera en los últimos 66 años.
La Cumbre Ma-Xi "afectará las decisivas elecciones parlamentarias y presidenciales de enero de 2016 y el futuro de los lazos entre China y Taiwán, pero su alcance aún es incierto", dijo a Efe Wong Ming-hsian, de la Universidad Tamkang. Las críticas de la oposición se centran en el acuerdo sobre la consolidación del Consenso de 1992 (China y Taiwán reconocen que hay una sola China, pero respetan diferentes interpretaciones) y del rechazo de la independencia como base del desarrollo pacífico de los lazos.
"Lamentamos que el único resultado de la reunión Ma-Xi busque enjaular a Taiwán en un marco político que restringe el derecho de los taiwaneses a elegir su futuro", dijo hoy la candidata presidencial del opositor Partido Demócrata Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, favorita para los comicios presidenciales de enero de 2016. Tsai no acepta el "Consenso de 1992", aunque promete, que en caso de ser elegida, mantendrá el "status quo" con China y respetará la Constitución de la isla, proclamada en 1947, que incluye a China continental en su territorio y usa como nombre oficial "República de
China".
"La cumbre es un claro mensaje a Tsai y su partido de que, si llegan al poder, no deben desviarse del Consenso de 1992, ya que ha hecho posible todos los logros de paz en los últimos años", dijo a Efe el especialista en China, Chang Wu-ueh, de la Universidad Tamkang.
Para el Presidente Ma, la cumbre es histórica porque le permitió hablar de la "República de China" (término anatema para Pekín), la "Constitución" (señal de soberanía), los misiles chinos y que el "Consenso de 1992" incluye no sólo reconocer que hay una China sino también el derecho taiwanés a interpretarla a su modo (como la República de China (Taiwán)). Ma también subrayó como logros del encuentro las promesas chinas de acelerar las negociaciones de un acuerdo comercial y del intercambio de oficinas representativas, y un eventual desbloqueo de limitaciones al espacio internacional de la isla.
Los políticos y medios críticos del acercamiento taiwanés a China, subrayan hoy las deficiencias y limitaciones en los logros del encuentro. El rotativo "Tiempos de Libertad" en su editorial de hoy afirmó que la cumbre "reafirma el concepto "una China" y deja de lado "las diferentes interpretaciones"" y el diario "Tiempos de Taipei" salió con el titular "El presidente Ma humilla a la nación".
Los diarios independientes, no independentistas y económicos señalan el carácter histórico de la cumbre, los beneficios económicos y la reafirmación del Consenso de 1992 como base de las relaciones mutuas. La posible llegada al poder de una presidenta del independentista PDP en 2016 es probable teniendo en cuenta los sondeos y China, en la cumbre, ha dejado claro que rechaza el alejamiento del "Consenso de 1992".
El desarrollo del encuentro entre Ma y Xi también dejó al descubierto las grandes diferencias y desencuentros entre China y Taiwán en el tema de democracia, por la censura en China de parte del discurso de Ma y la ausencia de Xi de la rueda de prensa posterior.
Sin duda, esta cumbre marcó el mayor acercamiento gubernamental en los últimos 66 años y, por parte china, se habló de un mejor trato internacional hacia Taiwán, la aceptación de hablar de temas conflictivos y promesas de concesiones, aunque condicionadas al mantenimiento del "Consenso de 1992".