El doctor en ciencias biológicas Ariel Ruiz Urquiola, a quien la organización Amnistía Internacional declarara hace sólo una semana “prisionero de conciencia”, podría encontrarse en huelga de hambre.
Reivindicar sus derechos en la cárcel de menor severidad a donde fue trasladado el lunes 11 de junio, sería el detonante de la huelga de hambre, pero la familia de Ruiz Urquiola supone que el científico persigue un objetivo mayor.
“Yo creo que el detonante fue que no lo dejaran trabajar, pero al final me parece que es por la libertad”, dijo este lunes a Radio Martí Omara Ruiz Urquiola, hermana del investigador.
En noviembre de 2016 el biólogo protagonizó una huelga de hambre y sed frente al Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, en La Habana, para protestar por la falta de medicamentos para enfermos de cáncer, entre ellos su hermana.
Omara recibió el pasado domingo una llamada de otro preso para informarle de la decisión del activista medioambiental.
“Ese otro preso que me llamó, y por las cosas que él me dijo yo estoy segura de que sí es verdad, me dio varios detalles para que yo identificara la veracidad de la noticia. Además, en el estado que yo dejé a Ariel, de un momento a otro yo temía que esto sucediera”, manifestó.
El lunes 11 de junio, el mismo día que Amnistía Internacional lo declarara preso conciencia, Ariel Ruiz Urquiola fue trasladado de la prisión Kilo 5 hacia el campamento Cayo largo (Consolación del Sur, Pinar del Río), institución penal con un régimen de menor rigor, o abierto, donde los reclusos supuestamente tienen derecho salir a trabajar al aire libre y realizar llamadas telefónicas.
“Trabajar es la oportunidad que ellos tienen de llamar por teléfono, por ejemplo, y todos los otros presos salen a trabajar, menos él”, denunció la joven profesora, quien precisó que salir a trabajar “es una manera de socializar”.
Según la hermana del biólogo, el recluso que la llamó le contó que “Ariel abrió la maleta y empezó a regalar toda la comida porque él dijo que ya no iba a comer más, que era su libertad o el nirvana. El nirvana es estar en un estado en que no me importa nada y me puedo morir”, advirtió.
Un prisionero de conciencia
Ruiz Urquiola fue condenado a un año de privación de libertad, pena máxima por el supuesto delito de “desacato”, figura delictiva con la que el régimen cubano durante décadas ha puesto tras las rejas a muchos de sus opositores.
Antes de ser condenado a prisión, el biólogo había manifestado públicamente su desacuerdo con prácticas erróneas de las autoridades de la isla, como la tala indiscriminada de árboles, la caza de especies en extinción y la contaminación de las fuentes acuíferas en el Valle de Viñales (Pinar del Río), declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
Su tesis doctoral sobre la identidad genética de las tortugas marinas puso en evidencia malos manejos y violaciones del desaparecido Ministerio de la Industria Pesquera de Cuba.
Antes de ser enjuiciado el 8 de mayo, en un proceso casi sumario, Ruiz Urquiola fue desalojado de un terreno en Viñales, que había obtenido en usufructo y donde trabajaba en un proyecto de protección y desarrollo de especies.
Decirle que se estaban comportando como la "guardia rural" (término que las autoridades de la isla catalogan de negativo asociándolo a la policía rural de Fulgencio Batista) a los supuestos "guardabosques" que se presentaron en su terreno para amenazarlo, fue el pretexto usado por el régimen, en un juicio denunciado como "sin garantías" para encarcelarlo por un año en una institución penal de Pinar del Río.
Hace sólo una semana Amnistía Internacional exigió al régimen cubano su liberación “incondicional e inmediata”, considerándolo un “prisionero de conciencia, encarcelado únicamente por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión”.
Un día antes de conocerse el informe de Amnistía, su hermana Omara denunció a Martí Noticias un intento de la policía política para socavar, a través de la condición homosexual del científico, el apoyo que se había ganado de gran parte de la población penal, por su firme posición ante la violación de sus derechos. La joven aseguró que “la visibilidad del caso” en medios internacionales incidió en su trasladado a la cárcel de menor rigor, el campamento Cayo largo, donde se encuentra.
(Con reporte de Yolanda Huerga)