Familiares y prominentes figuras del exilio cubano asistieron este sábado a una misa de recordación en la Iglesia católica Corpus Christi de Miami, en celebración del legado de Lincoln Díaz-Balart, uno de los representantes cubanoamericanos con mayor impacto en la esfera política en los Estados Unidos.
Cientos de personalidades asistieron al servicio religioso que honra al prominente político, entre las que destaca la presencia del secretario de Estado, Marco Rubio.
También acudieron el senador republicano por la Florida, Rick Scott; la excongresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, la representante demócrata Debbie Wasserman Schultz, los activistas Orlando Gutiérrez-Boronat, Jorge Luis García Pérez Antúnez y Ramón Saúl Sánchez; la congresista estatal Ileana García; el productor musical Emilio Estefan, el abogado Marcel Felipe, de Inspire America, entre otros.
FOTOGALERIA. Misa de recordación de Lincoln Díaz-Balart
Mario y José Díaz-Balart, hermanos del congresista Lincoln Díaz-Balart, confesaron a Martí Noticias el profundo pesar que les deja la partida de su hermano.
"Él nos preparó. Dejó esta vida con una actitud de amor, de fortaleza, de agradecimiento a nuestra comunidad y siempre luchando por esta causa de la libertad. Ese era el compromiso moral de él, y que, por cierto, sigue, esa lucha sigue (...) su afán por la libertad de Cuba", dijo el congresista Mario Díaz-Balart.
José Díaz-Balart, un destacado periodista de la cadena estadounidense NBC, dijo que los principios que rigieron a su hermano se mantienen en pie: "Lo que él logró, lo que el soñó y por lo que más que todo luchó, esos principios siguen vivos".
Los Díaz-Balart son parte de una familia que ha dejado profunda huella en la historia de Cuba y de las generaciones cubanas en el exilio y esta misa de recordación evidenció la admiración que despertó Lincoln más allá del espectro político, en toda la comunidad de Miami y la Florida.
Al entrar a la iglesia, Ros-Lehtinen ofreció declaraciones a Martí Noticias en las que destacó cómo el abogado, nacido en La Habana en 1954, impulsó una iniciativa crucial en la política de los Estados Unidos hacia Cuba, al codificar como ley los decretos presidenciales sobre el embargo contra el régimen cubano.
La excongresista cubanoamericana opinó que la Ley Helms-Burton debió llamarse la Ley Lincoln Díaz-Balart.
La noticia de su fallecimiento el pasado 3 de marzo, en Miami, tras una larga enfermedad, ha conmocionado a la comunidad cubanoamericana y a sus colegas en el Capitolio, donde esta misma semana varios representantes demócratas y republicanos le han rendido homenaje.
También el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, ordenó que el viernes se mantuvieran las banderas de los Estados Unidos y del Estado de Florida izadas a media asta en el Capitolio estatal en Tallahassee, y en todos los edificios, instalaciones y terrenos locales y estatales del condado de Miami-Dade.
En su sólida carrera política destacan su paso por la Cámara de Representantes de Florida entre 1986 y 1989, por el Senado estatal entre 1989 al 1992; y de ahí al Congreso en Washington donde mantuvo su escaño hasta el 2011.
Este sábado, el representante cubanoamericano Carlos Giménez fue uno de los que destacó la dedicación de Lincoln Díaz-Balart como servidor público.
En declaraciones a Martí Noticias elogió la labor de Díaz-Balart como representante estatal, y como congresista de los Estados Unidos.
El productor musical Emilio Estefan dijo a Martí Noticias que el compromiso de Lincoln Díaz-Balart con la libertad de Cuba fue indiscutible.
Estefan, quien es una de las figuras más sobresalientes de la comunidad cubana y latina en EEUU, destacó que el excongresista jamás olvidó el sufrimiento de quienes quedaron en la isla bajo el régimen comunista.
"Nunca nos olvidamos de nuestros países. Cada día pensamos en lo dichosos que somos de vivir en libertad pero nunca sin olvidar la gente que está luchando por su libertad y que no están solos", declaró el afamado productor.
De hecho, a lo largo de su vida, dentro y fuera de la política, Lincoln Díaz-Balart se mantuvo como un ferviente defensor de la causa por la democracia en Cuba y apoyó a los defensores de derechos humanos en la isla a través del Instituto La Rosa Blanca, fundado el 28 de enero de 1959 en Nueva York, por su padre, el intelectual y estadista cubano Rafael Díaz-Balart.
Otro de sus mayores logros como servidor público fue conseguir la aprobación de la Ley de Ajuste Nicaragüense y Ayuda a Centroamérica de 1997 (NACARA), que otorgó residencia legal a cientos de miles de inmigrantes en los Estados Unidos que corrían el riesgo de ser deportados.
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