Caracas, la capital, y la ciudad occidental de Barquisimeto fueron los escenarios escogidos por el mandatario socialista Hugo Chávez y el opositor Henrique Capriles para cerrar en la jornada sus respectivas campañas electorales para la elección presidencial del próximo domingo y que por ley deben concluir este jueves a la medianoche.
Se espera que Chávez cierre su campaña al final de la tarde en la avenida Bolívar, la más grande del centro de la capital, para luego dirigir un discurso final en las cercanías del Palacio de Miraflores o la sede de gobierno; mientras Capriles hará su manifestación en Barquisimeto a partir de las 17:00 (2200GMT).
Los dos aspirantes han estado toda la semana final de la contienda recorriendo al menos dos distintas localidades por día, bregando fuerte por los votos, y solicitando a sus simpatizantes no quedarse en casa y que salgan a sufragar.
Algunos sondeos previos a la elección mostraron a Chávez con una venta de 10 puntos porcentuales, mientras otras lo colocaban casi igual con Capriles, un abogado de 40 años.
La ley electoral venezolana prohíbe desde una semana antes de la votación la publicación de nuevas encuestas.
En Caracas, desde muy temprano se pudo ver el despliegue de la organización del acto de Chávez en el centro de la ciudad, con al menos dos arterias viales claves cerradas por la policía y la guardia nacional para facilitar el paso rumbo a la avenida Bolívar de cientos de personas con camisas rojas, que llevan pintado, por ejemplo, el rostro del presidente o algunas de sus consignas.
Decenas de buses llegados de distintas zonas de la provincia intentaban ingresar al centro también transportando a manifestantes que exhibían tricolores amarillo, azul y rojo como la bandera del país.
Poco antes de que comenzara el acto del presidente, el cielo sobre el centro de la ciudad se oscureció por un torrencial aguacero e hizo que muchos de los simpatizantes de Chávez buscaran resguardo en edificios cercanos.
El presidente, quien busca el domingo su tercera relección, ha dicho que aspira ganar con al menos 10 millones de votos.
Pero Henrique Capriles parece haberle presentado un reto, por primera vez desde que el mandatario se alzó con su victoria inicial en diciembre de 1998, porque ningún otro aspirante en el pasado logró acercarse a los potentes márgenes de intención de voto de Chávez, más allá de las persistentes denuncias de fraude electoral por parte del oficialismo.
"Sigamos adelante, el domingo a votar, a ganar", gritó Capriles ante una multitud en la localidad de San Carlos, en el estado occidental de Cojedes, una primera parada antes de su cierre en Barquisimeto. "Vengo a pedirles su confianza...quiero pedirles una cosita, quiero pedirles que aquí todos voten, que aquí nadie se quede sin votar", agregó Capriles, parado sobre una pequeña tarima rodeado de cientos de personas y llevando su tradicional gorra con los colores de la bandera de Venezuela.
Inés Quintero, una historiadora y escritora de 57 años, aseguró en una entrevista con AP que "estamos en un momento en que se están plasmando de manera muy clara, nítida, rotunda, dos expresiones que tienen que ver con la concepción de la cultura política" del país.
"Simplemente de manera visual, no hay que ser muy profundo, (una propuesta es) la pluralidad, la diversidad... la otra propuesta es más uniforme, más monolítica, más mesiánica", agregó Quintero al referirse a los proyectos de Capriles y Chávez, respectivamente.
El columnista opositor y ex dirigente de izquierda, Teodoro Petkoff, se refirió a los temores de que pueda haber brotes de violencia el día de los comicios y aseguró que la mayoría de los militares actuarán apegados a la Constitución, respetando los resultados. "Creo que en la fuerza armada existe un sentimiento mayoritario de respeto al resultado electoral", dijo Petkoff en diálogo telefónico con la AP.
En los pasados comicios presidenciales, en 2006, Chávez logró una segunda relección con 7,3 millones de votos, más de tres millones de boletas por encima de su más cercano rival, el candidato opositor Manuel Rosales, con 4,2 millones de boletas, según datos de las autoridades electorales.
Mientras, la red de clínicas populares con médicos cubanos creada en Venezuela por Hugo Chávez, se ha convertido en un tema de gran controversia en vísperas de las elecciones en ese país, según destaca un reportaje difundido por la cadena informativa qatarí Al Jazeera.
El reportaje contrasta las opiniones de quienes alegan que el denominado programa Barrio Adentro ha sido beneficioso para los venezolanos pobres y quienes sostienen que la medida, de carácter populista, mina el sistema de salud nacional y es un medio de penetración del comunismo castrista.
Jusair Méndez, un estudiante venezolano, dijo a Al Jazeera "que el sistema de salud pública es malo. No importa lo que uno tenga, los médicos cubanos le diagnostican a uno gripe y lo mandan a su casa sin medicinas".
Sin embargo, Clara Platt, otra residente del bario de San Agustín del Sur, en Caracas, declaró que "en el pasado, si uno era pobre y se fracturaba una pierna, era un problema porque no podía costearse atención médica privada".
Otros señalan, en cambio, que el personal de salud cubano que Chávez mantiene en Venezuela a cambio del petróleo que envía a la isla, perjudica a los médicos venezolanos debido a los bajos salarios pagados a los cubanos.
Por otro lado, en Caracas, el responsable del grupo paramilitar pro oficial, MRTA, Alberto Carías, alias El Chino, declaró al diario español ABC que da por segura la victoria electoral de Chávez, y si la oposición la desconoce la enfrentarán con plomo.
El Chino, guerrillero marxista leninista, confesó que el grupo es aliado político de ETA y de las comunistas FARC. Además, advirtió que la oposición venezolana no va a ganar nunca y lo calificó como un sueño remoto e irreal.
El Chino está incluido como referencia en el libro "El Palestino", del español Antonio Salas, quien infiltró el grupo, y ofrece detalles de los entrenamientos de los etarras con guerrillas de las FARC, así como sus vínculos con grupos terroristas.
Preguntado qué harán si la autoridad electoral venezolana declara ganador al opositor Henrique Capriles, respondió que pasarán a la resistencia activa con todas las células disponibles para denunciar a la extrema derecha.
Se espera que el mensaje de ambos candidatos en la jornada reitere lo que ha sido el corazón de sus respectivas campañas: Chávez mantiene que él echará en Venezuela los cerrojos al socialismo para que permanezca por siempre en el país y que inclusive radicalizará ese socialismo hacia el mar de la felicidad que sería Cuba y que si Capriles gana será el retorno de la "ultraderecha" y el "imperialismo", y que eliminará los programas sociales que él implantó para los más pobres, lo que el opositor niega y asegura que el país se cansó de las promesas incumplidas y los insultos del mandatario y que Venezuela requiere menos discursos y más acción eficiente para encarar problemas como la alta criminalidad e inflación, entre otros.
La tasa de homicidios de Venezuela, un país de 29 millones de habitantes, es de 50 por cada 100.000 habitantes para el 2011, los datos oficiales más recientes y que colocan a esta rica nación petrolera entre las de mayor número de homicidios en América Latina. La inflación en los últimos 12 meses fue de 18,1%, la más alta de la región.
Al menos 19 millones de venezolanos están inscritos para votar este domingo. En Venezuela la victoria se consigue con mayoría simple en una sola vuelta.
Se espera que Chávez cierre su campaña al final de la tarde en la avenida Bolívar, la más grande del centro de la capital, para luego dirigir un discurso final en las cercanías del Palacio de Miraflores o la sede de gobierno; mientras Capriles hará su manifestación en Barquisimeto a partir de las 17:00 (2200GMT).
Los dos aspirantes han estado toda la semana final de la contienda recorriendo al menos dos distintas localidades por día, bregando fuerte por los votos, y solicitando a sus simpatizantes no quedarse en casa y que salgan a sufragar.
Algunos sondeos previos a la elección mostraron a Chávez con una venta de 10 puntos porcentuales, mientras otras lo colocaban casi igual con Capriles, un abogado de 40 años.
La ley electoral venezolana prohíbe desde una semana antes de la votación la publicación de nuevas encuestas.
En Caracas, desde muy temprano se pudo ver el despliegue de la organización del acto de Chávez en el centro de la ciudad, con al menos dos arterias viales claves cerradas por la policía y la guardia nacional para facilitar el paso rumbo a la avenida Bolívar de cientos de personas con camisas rojas, que llevan pintado, por ejemplo, el rostro del presidente o algunas de sus consignas.
Decenas de buses llegados de distintas zonas de la provincia intentaban ingresar al centro también transportando a manifestantes que exhibían tricolores amarillo, azul y rojo como la bandera del país.
Poco antes de que comenzara el acto del presidente, el cielo sobre el centro de la ciudad se oscureció por un torrencial aguacero e hizo que muchos de los simpatizantes de Chávez buscaran resguardo en edificios cercanos.
El presidente, quien busca el domingo su tercera relección, ha dicho que aspira ganar con al menos 10 millones de votos.
Pero Henrique Capriles parece haberle presentado un reto, por primera vez desde que el mandatario se alzó con su victoria inicial en diciembre de 1998, porque ningún otro aspirante en el pasado logró acercarse a los potentes márgenes de intención de voto de Chávez, más allá de las persistentes denuncias de fraude electoral por parte del oficialismo.
"Sigamos adelante, el domingo a votar, a ganar", gritó Capriles ante una multitud en la localidad de San Carlos, en el estado occidental de Cojedes, una primera parada antes de su cierre en Barquisimeto. "Vengo a pedirles su confianza...quiero pedirles una cosita, quiero pedirles que aquí todos voten, que aquí nadie se quede sin votar", agregó Capriles, parado sobre una pequeña tarima rodeado de cientos de personas y llevando su tradicional gorra con los colores de la bandera de Venezuela.
Inés Quintero, una historiadora y escritora de 57 años, aseguró en una entrevista con AP que "estamos en un momento en que se están plasmando de manera muy clara, nítida, rotunda, dos expresiones que tienen que ver con la concepción de la cultura política" del país.
"Simplemente de manera visual, no hay que ser muy profundo, (una propuesta es) la pluralidad, la diversidad... la otra propuesta es más uniforme, más monolítica, más mesiánica", agregó Quintero al referirse a los proyectos de Capriles y Chávez, respectivamente.
El columnista opositor y ex dirigente de izquierda, Teodoro Petkoff, se refirió a los temores de que pueda haber brotes de violencia el día de los comicios y aseguró que la mayoría de los militares actuarán apegados a la Constitución, respetando los resultados. "Creo que en la fuerza armada existe un sentimiento mayoritario de respeto al resultado electoral", dijo Petkoff en diálogo telefónico con la AP.
En los pasados comicios presidenciales, en 2006, Chávez logró una segunda relección con 7,3 millones de votos, más de tres millones de boletas por encima de su más cercano rival, el candidato opositor Manuel Rosales, con 4,2 millones de boletas, según datos de las autoridades electorales.
Mientras, la red de clínicas populares con médicos cubanos creada en Venezuela por Hugo Chávez, se ha convertido en un tema de gran controversia en vísperas de las elecciones en ese país, según destaca un reportaje difundido por la cadena informativa qatarí Al Jazeera.
El reportaje contrasta las opiniones de quienes alegan que el denominado programa Barrio Adentro ha sido beneficioso para los venezolanos pobres y quienes sostienen que la medida, de carácter populista, mina el sistema de salud nacional y es un medio de penetración del comunismo castrista.
Jusair Méndez, un estudiante venezolano, dijo a Al Jazeera "que el sistema de salud pública es malo. No importa lo que uno tenga, los médicos cubanos le diagnostican a uno gripe y lo mandan a su casa sin medicinas".
Sin embargo, Clara Platt, otra residente del bario de San Agustín del Sur, en Caracas, declaró que "en el pasado, si uno era pobre y se fracturaba una pierna, era un problema porque no podía costearse atención médica privada".
Otros señalan, en cambio, que el personal de salud cubano que Chávez mantiene en Venezuela a cambio del petróleo que envía a la isla, perjudica a los médicos venezolanos debido a los bajos salarios pagados a los cubanos.
Por otro lado, en Caracas, el responsable del grupo paramilitar pro oficial, MRTA, Alberto Carías, alias El Chino, declaró al diario español ABC que da por segura la victoria electoral de Chávez, y si la oposición la desconoce la enfrentarán con plomo.
El Chino, guerrillero marxista leninista, confesó que el grupo es aliado político de ETA y de las comunistas FARC. Además, advirtió que la oposición venezolana no va a ganar nunca y lo calificó como un sueño remoto e irreal.
El Chino está incluido como referencia en el libro "El Palestino", del español Antonio Salas, quien infiltró el grupo, y ofrece detalles de los entrenamientos de los etarras con guerrillas de las FARC, así como sus vínculos con grupos terroristas.
Preguntado qué harán si la autoridad electoral venezolana declara ganador al opositor Henrique Capriles, respondió que pasarán a la resistencia activa con todas las células disponibles para denunciar a la extrema derecha.
Se espera que el mensaje de ambos candidatos en la jornada reitere lo que ha sido el corazón de sus respectivas campañas: Chávez mantiene que él echará en Venezuela los cerrojos al socialismo para que permanezca por siempre en el país y que inclusive radicalizará ese socialismo hacia el mar de la felicidad que sería Cuba y que si Capriles gana será el retorno de la "ultraderecha" y el "imperialismo", y que eliminará los programas sociales que él implantó para los más pobres, lo que el opositor niega y asegura que el país se cansó de las promesas incumplidas y los insultos del mandatario y que Venezuela requiere menos discursos y más acción eficiente para encarar problemas como la alta criminalidad e inflación, entre otros.
La tasa de homicidios de Venezuela, un país de 29 millones de habitantes, es de 50 por cada 100.000 habitantes para el 2011, los datos oficiales más recientes y que colocan a esta rica nación petrolera entre las de mayor número de homicidios en América Latina. La inflación en los últimos 12 meses fue de 18,1%, la más alta de la región.
Al menos 19 millones de venezolanos están inscritos para votar este domingo. En Venezuela la victoria se consigue con mayoría simple en una sola vuelta.