No le creían cuando anunciaba a amigos y colegas que el desastre del socialismo cubano se les instalaría en Venezuela, como un vidente que predice la catástrofe pero poco puede hacer para impedirla. Hoy, esta realidad no quiere verla solo él. Quiere que la vea el mundo. Por eso la filma.
Selfiementary es el nombre que ha dado el cineasta venezolano Carlos Caridad a sus incursiones cámara en mano en la realidad venezolana actual: protestas, abusos de la Guardia Nacional, mercados desabastecidos, votaciones, veladas por los muertos. Nada le es ajeno.
Carlos Caridad estudió cinematografía en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba, a inicios de la década del 90, y ha dedicado toda su vida profesional a este arte.
¿Qué es un selfiementary?
La idea está inspirada en una visión del cineasta francés Francois Truffaut del cine del futuro hace unos 50 años, donde el artista filmaría la realidad como un diario o una autobiografía, y su número de espectadores dependería de la cantidad de amigos que tuviera, explicó en el programa 1800 Online, de Radio Martí.
“Eso me pareció increíble, porque es justamente lo que esta pasado ahora con las redes sociales e Internet”, comenta maravillado.
Carlos Caridad comenzó el proyecto en 2016 con tímidos intentos, pero no fue hasta marzo de este año que lanzó su canal de Youtube y publicó sus cortometrajes consistentemente.
“Me costaba salir en cámara; me costaba hablarle a la cámara; me sentía como un loco, a veces ridículo, pero cuando vi que estalló la crisis institucional a finales de marzo, yo dije: ‘Tengo que sacar mi canal, y aquí tengo que empezar a registrar esto desde un punto de vista personal’”, cuenta.
Sabe que no puede competir con la inmediatez y recursos de los medios de comunicación, pero puede imprimirle a sus videos una mirada personal difícil de hallar en la prensa, y lo hace.
“Ellos tal vez tengan que aferrarse a una visión objetiva, mientras yo quiero trasmitir lo que trasmite, lo que siente, lo que vive una persona que está dentro de una marcha o que tiene que ir al supermercado y no consigue productos, o cuando tiene que ir buscar una medicina y no consigue”, detalla.
La realidad te cambia los planes
Antes de salir a filmar, acostumbra a estructurar sus ideas, trata de organizarse, pero la Guardia Nacional siempre le rompe los planes.
“Yo llego a las marchas, empiezo a hablar o empiezo a tratar de hacer lo que tenía planeado y enseguida rompe la represión”, asegura. “Siempre trato de estructurar algo de antemano, pero nunca me ha servido de nada”.
Acostumbra a unirse a las marchas, cámara en mano y micrófono encendido. Se acerca a la primera fila de la protesta tanto como puede.
“Todo el mundo sale asfixiado y últimamente la cantidad de gases que se lanzan al cuerpo de los manifestantes en insólita”, cuenta y en su canal de Youtube están los videos para probarlo. Cuando la represión se agudiza, toma un mototaxi para alejarse como pueda del caos y salvar la vida y la memoria de su cámara.
Carlos Caridad ha notado que cada día se acorta más el tiempo del que disponen los manifestantes para protestar pacíficamente antes de que las fuerzas represivas del gobierno comiencen a lanzar perdigones o gases lacrimógenos.
“Cuando los periodistas salimos a filmar y a recoger los testimonios de la gente, es muy probable que o te roben la cámara, o te disparen perdigones, o te lleven detenido un buen rato”, dice.
Tampoco han faltado las advertencias del gobierno. Hace poco un colega chavista del Ministerio de Cultura se le acercó en medio de una marcha de la oposición con un recado del poder: “Ponte mosca (pon atención), porque ya me dijeron que te diera la primera advertencia sobre tu trabajo”, recuerda Carlos.
Pero eso no lo para. Terminada la entrevista, comenta, saldrá a filmar el paro de 48 horas, convocado por la oposición. También quiere captar en cámara la marcha del viernes y lo que sea que pase el domingo, día de la Asamblea Constituyente de Maduro.