Un grupo de acreedores privados quiere iniciar conversaciones con Cuba en torno a los más de $ 1000 millones de su deuda comercial, impaga desde la década de 1980, un obstáculo clave si el país caribeño espera atraer inversiones extranjeras a gran escala.
Deuda comercial se denomina a la que se contrae con acreedores del sector privado, generalmente bancos comerciales.
El sitio de noticias económicas y financieras CNBC informa que para subrayar la seriedad de sus intenciones, el Comité de Acreedores del llamado Club Cubano de Londres ha contratado al prestigioso abogado estadounidense Lee Buchheit, del bufete neoyorquino Cleary Gottlieb.
Buchheit, conocido por reestructuraciones de deudas internacionales complejas como la de Grecia, dijo que Cuba "tendrá que limpiar esos establos de Augias" antes de que inversores de calibre consideren poner su dinero en la isla.
Julian Adams, de Adelante Asset Management, director del Comité ad hoc del Club de Inversores de Londres que poseen deuda cubana morosa, dijo que los acreedores prefieren una solución negociada. Sin embargo, si esto no sucediera, podrían recurrir a los tribunales. Las medidas que podrían gestionar en ese caso incluyen congelamiento de activos e interrumpir los pagos internacionales y el comercio de Cuba.
Adams dijo que la Comisión puso sobre la mesa en enero "una oferta de buena fe", en un esfuerzo por resolver el antiguo problema, que impide la activación de Cuba en los mercados internacionales de capital. La Habana tiene para responder 50 días a partir del pasado 5 de febrero.
Los acreedores comerciales dicen que la oferta hecha a los cubanos es aún más generosa que la que acordaron al renegociar su deuda con el Club de París, con más tiempo para hacer el primer pago, y que podrían estar dispuestos a cambiar sus tenencias de deuda por inversiones futuras.
Pero CNBC observa que no está claro si el gobierno cubano desea realmente la inversión extranjera a gran escala.
Recuerda que durante el deshielo de las relaciones entre EE.UU y Cuba bajo la administración Obama, cientos de empresas internacionales, muchas de ellas estadounidenses, fueron a Cuba en busca de oportunidades, y sin embargo el número de transacciones concretadas fue muy bajo, principalmente en la esfera del turismo y que pudieran reportar divisas rápidas al régimen comunista, escaso de efectivo.
Un representante del gobierno de Raúl Castro no respondió a una solicitud de comentario de CNBC.