En medio de la pandemia del COVID-19, el gobierno cubano está enviando casa por casa a personas que entregan las facturas de electricidad, gas y agua a la población y, de paso, pedirán "donaciones" para el Estado.
Al explicar que no apela con el mismo fin a “las personas jurídicas estatales” porque, obviamente, manejan fondos públicos y eso sería como pasar dinero de un bolsillo al otro, el viceprimer ministro y ministro de Economía Alejandro Gil Fernández dejó claro el martes que, pese a todas las medidas para mutilarlo, el sector privado está dando empleo hoy por hoy al sector estatal.
Las llaman “donaciones en moneda nacional”, y todo indica que esta vez el gobierno descarta a donantes extranjeros por la lección aprendida en una campaña similar hace poco más de un año, a raíz del tornado que azotó La Habana en enero de 2019.
“El Banco Financiero Internacional tiene una cuenta habilitada con el número 0300000005093523 para los interesados en realizar aportes monetarios” desde el extranjero, reportaba entonces el sitio oficial Cubadebate. “También pueden escribir a la dirección electrónica: donacionxlahabana@mincex.gob.cu”.
En junio de 2016, ese banco fue absorbido por GAESA, el grupo empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), a manos de quién podrían ir a parar aquellas donaciones sin fiscalización pública, y desde su lanzamiento la campaña estuvo condenada al fracaso.
La noche del martes, al presentar el tema de las actuales donaciones requeridas por el gobierno ante la crisis del coronavirus, el Noticiero Nacional de Televisión dijo que Gil Fernández se había referido a “otras medidas vinculadas con el interés de varias personas de hacer donaciones” en efectivo en moneda nacional.
“Hemos conciliado con el Banco Central de Cuba y con el resto de las entidades involucradas, y hemos considerado abrir cuentas bancarias en los territorios, en los niveles provinciales, para que las personas naturales que deseen hacer donaciones en moneda nacional, pesos cubanos o pesos cubanos convertibles”, se le ve decir a Gil Fernández en una reunión encabezada por el gobernante Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero.
Esos recursos “se van a utilizar por las instancias territoriales para el desarrollo, el fomento, de la producción de alimentos”, añadió el ministro. Antes el reportaje informaba del envío a domicilio de las facturas de electricidad, agua y gas; de cómo se podía entregar el pago a los portadores y, además, la opción de donar efectivo ahí mismo en CUC y CUP.
Fue entonces cuando dijo que, en el caso de las personas jurídicas estatales, su ministerio emitiría una regulación para darles cabida cuando cobran fondos privados pagados por cuentapropistas.
“Porque se dan algunos casos de trabajos […] que son trabajos voluntarios, que están haciendo entidades estatales a entidades del sector no estatal: se cobra por ese servicio, básicamente en la agricultura; se cobra por la fuerza de trabajo, o sea, por el servicio que se le presta al sector no estatal, y lo que se está planteando es que los recursos que se ingresan por ese servicio que se presta se puedan depositar también en las cuentas de donativos”, declaro Gil Fernández.
Hace poco más de un año, el propio ministro pronosticaba tiempos difíciles para la economía cubana cuando aún el coronavirus no representaba una amenaza ni siquiera en China, observa en su reportaje del miércoles para el noticiero de Radio Televisión Martí el periodista Luis Guardia.
“Estamos previendo que no se va a cumplir el plan de importaciones”, dijo el viceprimer ministro el 13 de abril de 2019, “porque no se logran concretar los créditos debido, entre otras razones, a los atrasos de pagos de deudas”.
Como ya acostumbran a hacer los dirigentes cubanos en las más disimiles circunstancias, hace cuatro meses Gil Fernández culpó otra vez al “bloqueo” estadounidense de los problemas económicos del país, pero también dejó escapar una no muy velada crítica al modelo de “economía planificada” esgrimido por su gobierno.
“El plan de la economía no puede ser una camisa de fuerza, sino un proceso que se va ajustando”, declaró el alto funcionario el 9 de enero en el programa de propaganda gubernamental Mesa Redonda de la televisión cubana.