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Comedores sociales en Cuba, un "mecanismo de sobrevivencia" también en crisis (VIDEO)


A pesar de su mal funcionamiento y de la precaria ración de alimentos que ofrecen, los SAF se volvieron indispensables para miles de familias en pueblos y ciudades de Cuba. (Collage con fotos de Facebook)
A pesar de su mal funcionamiento y de la precaria ración de alimentos que ofrecen, los SAF se volvieron indispensables para miles de familias en pueblos y ciudades de Cuba. (Collage con fotos de Facebook)

Los comedores del Sistema de Atención a la Familia en Cuba enfrentan una crisis marcada por la escasez, denuncias de corrupción y abandono estatal. Usuarios reportan raciones mínimas y de mala calidad, lo que agrava su situación en un contexto de inseguridad alimentaria.

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Creados durante el mandato del fallecido dictador Fidel Castro, los comedores SAF (Sistema de Atención a la Familia) evidencian la desigualdad social que se entronizó en Cuba, y que no ha parado de agravarse en los últimos años.

A pesar de su mal funcionamiento y de la precaria ración de alimentos que ofrecen, siguen siendo instituciones fundamentales en pueblos y ciudades del país, adonde acuden los más necesitados en su lucha diaria por la sobrevivencia.

“Al principio, funcionaban bien, había picadillo, a veces traían pollo, jamonada pero todo empezó a marchar mal. Se perdieron los insumos, nunca más trajeron sal, ni aceite, ni sofrito. Empezaron a escasear las proteínas”, dijo a Martí Noticias, Luis Miguel Gómez Hernández, un usuario de uno de estos comedores en Gibara, Holguín.

“Solo arroz blanco y chícharos hervidos sin sal, sin grasa, sin ninguna sazón y así nos hemos mantenido desde que [Miguel] Díaz Canel tomó el poder. Solamente cuando cualquier dirigente anuncia que viene a Gibara, los dirigentes más chiquitos se preocupan y traen un poco de picadillo, morcilla de puerco, de sangre salada, de res”.

“La ración es muy pequeña y se da dos veces, almuerzo y comida juntos, y la persona se va con hambre del lugar”, relató el Gómez Hernández.

La resolución de 2021 para modificar los precios máximos minoristas de las Unidades del Sistema de Atención a la Familia afirma que no se permite variar las normas definidas según los requerimientos alimentarios y el completamiento de las kilocalorías necesarias.

“La comida es mala, no tiene proteína ni grasa. Serán menos días de vida que vamos a tener porque no tiene ningún alimento”, lamentó otro comensal del mismo lugar, José Antonio Verdecia de 57 años, enfermo de anemia hemolítica grave.

Los comedores sociales o populares ofrecen comida, supuestamente, a un precio accesible, a personas que enfrentan inseguridad alimentaria.

“Unas veces cuesta ocho pesos, diez pesos, pero ha llegado a costar hasta 20 pesos por día. Se le va la chequera de 1,000 pesos que le dan”, detalló Gómez Hernández.

“Somos asistenciados, unos con 1,200 pesos, otros con 1,500, que no alcanza para nada. Cada cuatro meses daban una jaba de alimentos crudos como arroz, espaguetis, pero hace más de cuatro o cinco meses que no la dan. Los asistenciados se caen en la calle, desmayados de hambre”, aseguró.

La cocina de un comedor social en el oriente de Cuba.
La cocina de un comedor social en el oriente de Cuba.

Después de la pandemia, una alta proporción de ancianos y otras personas pasaron a ser vulnerables debido a los bajos ingresos y la ausencia de familiares más jóvenes en sus núcleos familiares a causa de la migración, entre otras razones.

Denuncias de corrupción y abandono

Con el empeoramiento de la situación económica, la demanda creció mientras que los recursos asignados por el Estado llegan a cuentagotas y las donaciones de mypimes y empresas estatales se redujeron.

“Las cooperativas agropecuarias, que eran las encargadas de surtir la vianda y algunos huesos para sopas, dejaron de hacerlo porque el Estado les paga con un cheque, pero para cobrarlo tardan hasta seis meses y, entonces, el campesino deja de dar nada”, apuntó Gómez Hernández.

“Los SAF están abandonados. Hay mucho descontrol en los comedores. La falta de suministros es grandísima. No hay fiscalización, no hay una inspección, ni control de calidad, el relajo sigue”, añadió.

En ese sentido, Verdecia señaló que en “El deleite”, su comedor, son 74 comensales y ha visto llegar suministros para varios días, pero se agotan en poco tiempo.

“Entran cosas y desaparecen porque yo he visto entrar galones de aceite ahí. Entra el pollo, el picadillo y dan un día o dos días y ya se desaparecen esos productos. Entran huevos -hasta 20 cestos de huevos- y nada más hay dos días de huevo. A un huevo por persona, a ver cuántos días van a ser, porque cada cesto tiene 30 huevos. Alguien se los está llevando. Yo prefiero que trabajen mujeres ahí, que roban menos”, opinó.

El primer ministro cubano, Manuel Marrero, anunció este miércoles ante la Asamblea Nacional del Poder Popular que a partir de septiembre se implementará un incremento de pensiones para los jubilados como parte de una medida parcial que pretende aliviar la compleja situación económica de este sector vulnerable.

“Claro, que yo preferiría que me dieran una chequera que me permita vivir, para mantenerme y no tener que venir más a este comedor”, recalcó.

Gómez Hernández indicó que, además de mala administración, hay corrupción. “El que compra la comida trae un saco de arroz y uno de chícharo, proteína ninguna, el resto del dinero lo gasta en ron. ¿Ese dinero para qué lo coge?”, se cuestionó.

comensales esperan la entrega de alimentos en un Comedor del Sistema de Atención a la Familia en Cuba.
comensales esperan la entrega de alimentos en un Comedor del Sistema de Atención a la Familia en Cuba.

Preguntado por Martí Noticias sobre el asunto, Armando Bermúdez, el administrador de “El deleite” respondió: “Aceite todos estos días han tenido y ajo. Se dio potaje y arroz blanco con picadillo. Se dio huevo también unos días. Cuando hay abastecimiento, nosotros les damos. Díaz atrás comieron viandas, ensalada de repollo. Yo tengo entendido que en Holguín es donde estaban dando, potaje y ‘bungos’".

Las personas que se vinculan a este programa, son aprobadas por el Consejo de la Administración Municipal, visto el parecer de la Dirección de Trabajo y Seguridad Social del municipio.

“Todas las personas que optan por el servicio no son admitidas, se hace una investigación. Si el asistenciado falta tres días al comedor le dan baja de comida”, destacó Gómez Hernández.

“En el caso mío, soy opositor, quedé con una mano atrofiada y me sometí a una ‘tabla 2’, me están dando el alimento por ahí con una chequera de 1,200 pesos”, explicó en referencia a los menús donde se describen los precios de los alimentos que, supuestamente, se venden a través del SAF.

Una situación semejante denunció el coordinador del Movimiento Cubano Reflexión, Librado Linares, desde Camajuaní, Villa Clara.

“Del proyecto original a lo que existe ahora hay un trecho grande. Era una política social inclusiva, enfocada en atender a personas en situación de vulnerabilidad: adultos mayores, discapacitados, embarazadas, sin apoyo familiar, pero ha pasado de ser, con el decursar del tiempo, no de justicia social, sino un mecanismo de sobrevivencia”.

"No piden lujos, solo quieren alimentarse como seres humanos"

“Las quejas sobre la calidad son constantes. Ellos van una vez al día, ahí le dan almuerzo y comida, pero malamente les alcanza para una sola comida al día”, apuntó.

“Perdido el plato fuerte. Se repite mucho la comida, arroz y chícharo, arroz y sopa aguada, y los niveles de subnutrición de muchos de estos ancianos son bastante altos. Depende también la calidad de la administradora”, precisó Linares.

Un usuario de El Crisol, uno de estos comedores SAF de la capital holguinera, se quejó de la calidad de los alimentos y el servicio en el lugar en un mensaje enviado a Martí Noticias.

“Allí, donde deberían protegerse las vidas más frágiles, solo hay desdén, abandono y una miseria sostenida con burocracia, apatía e impunidad”, dijo el comensal, que prefirió no identificarse por temor a represalias.

“Los comensales del SAF no piden lujos, solo quieren vivir. Solo quieren alimentarse como seres humanos. Sin embargo, llevan semanas comiendo chícharos con agua y sal, sin arroz, sin proteínas, sin aceite, sin pan”, subrayó.

“A veces el chícharo está podrido, otras veces infestado de gorgojos. En ocasiones, tan duro que ni los dientes más fuertes podrían masticarlo. Pero la constante es esta: nadie responde, nadie supervisa, nadie se responsabiliza. Ni el Gobierno Municipal, ni la Dirección de Trabajo, ni los responsables del programa social que, en teoría, debería protegerlos”, concluyó el usuario de El Crisol.

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    Yolanda Huerga

    Yolanda Huerga nació en Bayamo, Granma, Cuba. Se graduó en Filología y Lingüística en la Universidad de Oriente en 1989. Durante casi 20 años trabajó en el sistema de bibliotecas públicas de la isla. En 2003, fundó junto a otras mujeres el movimiento Damas de Blanco, organización que recibió en 2005 el Premio a la Libertad de Conciencia Andrei Sakharov del Parlamento Europeo. En 2005 viajó a Estados Unidos junto su hijo y su esposo, el poeta y periodista Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años durante la Primavera Negra de Cuba. Desde 2008 trabaja en Miami, en la Oficina de Transmisiones a Cuba, como periodista de Radio Martí. Recibió en 2021 el Premio Burke a la Excelencia Periodística que otorga la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales.

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