La IV edición del Festival de Cine INSTAR comienza el próximo lunes, paralelamente, en diferentes ciudades del mundo: Barcelona, París, Miami, Nueva York, Ciudad de México, Buenos Aires y Sao Paulo y desde ya ha despertado críticas del oficialismo.
El evento, organizado anualmente, desde 2019, por el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR), fomenta la producción cinematográfica independiente, en particular, en países donde la libertad de creación y de expresión son subyugadas.
“Estamos viendo que el cine independiente cubano ya tiene un carácter transnacional e invitamos al festival materiales de países que tienen sistemas autoritarios. Van a ver materiales de Venezuela, de Nicaragua y también la vista de Cuba a través de una persona que no es cubana”, dijo a Martí Noticias, la directora y fundadora de INSTAR, la artista Tania Bruguera.
“Esta cuarta edición tiene un formato diferente. Esperamos quedarnos con este formato, por un tiempo un poco más largo, pues va a ser un festival, que se realiza simultáneamente en ocho ciudades del mundo; en Cuba será por internet dándole el acceso a quienes quiera ver las películas por Festhome y estamos buscando este formato como una especie de reflejo de la vida que van llevando muchísimos de los artistas y cineastas jóvenes que están una parte en Cuba y otra parte, muy grande, en el exilio”, agregó.
Junto a la selección de obras de cubanos participan otras piezas como “Agwe”(2021) del haitiano Samuel Frantz Suffren, “And How Miserable is the Home of Evil”(2023) del iraní Saleh Kashefi, “Hojas de K.” (2022) de la nicaraguense Gloria Carrión Fonseca y “Ventanas”(2023) del venezolano Jhon Ciavaldini.
La premisa que encausa la IV edición de INSTAR, que se extenderá hasta el 10 de diciembre, es la interacción de los cineastas cubanos con otras cinematografías.
“La primera edición se hizo en la sede de INSTAR en La Habana, con un poco de asedio, y fue curada por [la actriz y productora] Lynn Cruz. Después de la pandemia volvimos a abrir en 2021, el segundo festival que fue, puramente, online porque todavía estábamos en las secuelas de la pandemia y el tercero fueron una serie de presentaciones y proyecciones que se hicieron en la Documenta, en el 2022, con más de 160 materiales audiovisuales, que recogían la historia del cine independiente en Cuba, desde los 70, los 60 hasta el día de hoy”, apuntó la artivista, en referencia a la participación en la mayor exposición mundial de arte contemporáneo, que se celebra cada cinco años en Kassel, Alemania, desde 1955.
El Festival de Cine INSTAR contará con “clases magistrales, debates, charlas que se transmitirán por las redes del Instituto y una programación también de películas que podrá ser vista online”, explicó el cineasta José Luis Aparicio, quien desde 2021 funge como curador y director artístico de la celebración.
“Este año contamos, por primera vez, con una sección en concurso donde quince títulos producidos entre 2020 y el año en curso, optan por el Premio Nicolás Guillén Landrián, que será decidido por un jurado internacional que integran el guionista, novelista y productor de cine cubano, residente en España, Alejandro Hernández, el crítico de cine e historiador brasileño, residente en Francia, Paulo Antonio Paranaguá y la académica bosnia, residente en el Reino Unido, Dunja Fehimovic”, anunció.
Entre las producciones concursantes están “Abisal” (2021) de Alejandro Alonso, “Mujeres que sueñan un país” (2023) de Fernando Fraguela Fosado y “Veritas” (2022) de Eliecer Jiménez Almeida que desencadenó airadas críticas del oficialismo al Festival de Cine INSTAR.
“Veritas” es un documental que indaga en la experiencia de los integrantes de la Brigada de Asalto 2506, que invadió la Isla en 1961 por Bahía de Cochinos, denominada por el discurso oficial como la invasión de Playa Girón.
El medio La Jiribilla, órgano oficial del Ministerio de Cultura (MINCULT), publicó una diatriba en la que acusa a INSTAR de exaltar el terrorismo contra Cuba: “El documental ‘Veritas’ es uno de los materiales “estrella” en el llamado IV Festival de Cine INSTAR: proyecto subversivo que pretende pasar como privativo de luchadores cubanos contra el totalitarismo, y que, en realidad, es financiado por las agencias de inteligencia de los Estados Unidos y ha sido organizado por Tania Bruguera”.
Del mismo modo, Liz Cuesta, esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel y funcionaria del MINCULT, usó sus redes sociales para llamar “infelices y poco creativos” a los que se unieron al festival INSTAR.
Por su parte la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) publicó el 29 de noviembre un "pronunciamiento" en el que se queja de que"el llamado Instituto Internacional de Artivismo Hannah Arendt se ha propuesto exhibir poco más de una decena de producciones audiovisuales que pretenden reescribir la historia y falsear las realidades de una nación, que en medio de la creciente y sostenida hostilidad de las administraciones estadounidenses e incontables obstáculos, defiende su inalienable derecho a la soberanía, la autodeterminación y la independencia".
Aparicio señaló que además de las obras competidoras, hay alrededor de trece ofertas especiales de películas cubanas anteriores al 2020 “que complementan un fresco, un panorama bastante completo de lo que es la producción en la isla fuera de instituciones oficiales”.
De estas presentaciones especiales destacan cinco producciones de la pareja de cineastas cubanos, exiliados en 1965, Fernando y Miñuca Villaverde.
“Exhibiremos cinco películas de ellos que van desde la ficción al documental, al cine experimental, a lo híbrido, realizadas en Estados Unidos, sobre todo en Nueva York, en las décadas del 70 y el 80 del siglo pasado. Algunas de estas películas son hitos en el cine cubano de la diáspora y estuvieron asociados con el movimiento del cine undergrown neoyorkino, cine experimental norteamericano de la época”, indicó el director artístico.
La fiesta de los cineastas independientes se inaugura en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), con una conferencia del crítico Dean Luis Reyes, y la muestra del documental “La opción cero”, de Marcel Beltrán, sobre cubanos que emigraron a través de la arriesgada ruta de la selva del Darién, entre Colombia y Panamá.
“Esta es la primera vez que el Festival de Cine INSTAR, se concibe desde el exilio, desde la emigración de todo su equipo de trabajo y creo que es por eso que hemos conseguido un festival que no tiene un centro, sino que se expande de manera rizomática hacia varios rincones del planeta y que esperamos que siga creciendo en próximas ediciones y que intente un poco simbolizar, reflejar la actual situación de los cineastas, los artistas y los ciudadanos cubanos en general luego del gran éxodo migratorio de los últimos años y digamos el gran exilio de Cuba, que ha venido, desarrollándose en las últimas seis o siete décadas”, resaltó Aparicio.
El representante de INSTAR agradeció a los cineastas y a sus productores y compañías distribuidoras por proporcionar sus obras y a todas las instituciones y centros culturales que abrieron sus puertas para llevar a cabo el evento “que viene, un poco, a romper esa maldición que muchas veces se piensa que existe respecto al exilio, y a los artistas y cineastas exiliados que cada vez son más dueños, de posibilidades para producir sus películas en cualquier parte del mundo”.
“Esperamos que con el festival podamos contribuir a solucionar ese otro conflicto, que es la distribución de estas películas y también contribuir a que se desarrolle el pensamiento y la reflexión respecto al cine cubano y que se estrechen sus lazos con otras cinematografías”, concluyó.
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