Con la batería de un motorina y un inversor de carro un cubano creó un sistema para producir energía en su casa en Camagüey, donde los apagones promedian 20 horas diarias desde hace varios meses.
“Hay que aprender de todo para poder sobrevivir aquí”, dijo el hombre de 30 años y estomatólogo de profesión que pidió ser identificado solo como Leo por temor a represalias del gobierno. Lleva más de un año trabajando en su invento, con el que espera abastecer de corriente la mayor parte de su vivienda algún día, si lograra comprar los equipos necesarios, entre ellos un panel solar.
Los sistemas solares fotovoltaicos y otras fuentes de energías renovables son una apuesta del gobierno cubano para paliar la crisis del destrozado sistema de generación eléctrica, que atraviesa una de las peores crisis de las últimas décadas.
Pero historias como la de Leo muestran que los retos que enfrentan los cubanos para autoabastecerse de energía son muchos y a veces insalvables en la isla comunista, y no basta con el "pensamiento creativo" al que han apelado en varias ocasiones las autoridades cubanas.
Leo inicialmente creó un sistema para almacenar corriente en una batería que, cuando hay apagón, provee electricidad a su casa por algunas horas. La batería se conecta a un inversor que a su vez se conecta a los equipos eléctricos. Gastó aproximadamente 1.000 dólares (el equivalente a unos 14 años de salario mínimo en Cuba). Con el sistema puede encender un par de ventiladores, las luces y la televisión.
El joven compró todo en AliExpress, un mercado chino en línea, con la ayuda de un amigo que vive fuera. El pedido llega a Estados Unidos y una agencia de envíos se los lleva. En Cuba revenden ese tipo de piezas en plataformas como Facebook, o en las Mypimes y tiendas estatales como Copextel, pero a precios mucho más elevados.
Para lograr un sistema con el que pueda conectar la cocina eléctrica, el aire acondicionado y el refrigerador necesita una inversión mucho mayor, idealmente con paneles solares y otro tipo de baterías.
Leo quisiera instalar un sistema híbrido, con el que varios paneles solares puedan cargar la batería en los horarios de la mañana. Según sus cálculos, necesitaría una inversión de al menos 3.500 dólares para baterías, paneles, inversor y controlador de carga.
“Terminar el sistema ideal por el momento no me va a ser posible, principalmente por el tema de la inversión, pero lo que yo quisiera es independizarme por completo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Mientras menos tenga que depender de ellos, para mí es mejor", comentó.
El SEN colapsó tres veces seguidas a finales del año pasado dejando a todo el país a oscuras. Las autoridades achacan la situación a la falta de combustible y las frecuentes averías en las viejas centrales termoeléctricas.
La falta de infraestructura, las regulaciones restrictivas, la ausencia de proveedores y mantenimiento, junto con fenómenos sociales que generan riesgo de roturas o robo de los paneles, así como los apagones constantes que impiden generar energía conectada a la red, hacen inviable el uso de sistemas fotovoltaicos en Cuba, según expertos.
Un ingeniero eléctrico exprofesor e investigador en la Universidad Tecnológica de La Habana (CUJAE) que pidió no ser identificado por temor a represalias del gobierno dijo que en la isla "cuando compras un panel solar, viene la empresa eléctrica y te instala un metrocontador bidireccional".
Esto significa que "si se va la corriente, esa energía la tienes que devolver al sistema, no es que la tengas almacenada. Por lo tanto tu sistema fotovoltaico no da energía a tu casa de igual forma", indicó.
Es el mecanismo legal para hacerlo. La opción para ser "independiente" del SEN es "estar desconectado de ellos, pero ¿cómo escondes un panel solar?, añadió.
Además, según el experto, "en Cuba no hay una infraestructura creada para darle mantenimiento a los paneles solares. Eso sin contar que en todos los barrios crían palomas, juegan fútbol en la calle, y un pelotazo que dañe una sola celda del panel es un problema que después no hay cómo resolver. Son equipos muy sensibles".
Leo, por su parte, dijo que "pensar que lo poco que has podido ir reuniendo lo tengas que destinar a estos sistemas es difícil, pero aquí las cosas lo único que hacen es empeorar". Así que su consejo es que "todo aquel que pueda y tenga la posibilidad, que haga algo porque los que sufrimos los apagones somos nosotros", concluyó.
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