En medio de una nube de gases lacrimógenos y mientras entona las notas del himno nacional, un delgado y pequeño violinista acompaña en primera fila a cientos de manifestantes que casi a diario se enfrentan con piedras y otros objetos a las fuerzas de seguridad de Venezuela.
La singular protesta de Wuilly Arteaga, de 23 años, quien es conocido como el "violinista de las marchas", conmovió al país y lo convirtió en uno de los íconos de las manifestaciones contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro que se han extendido más de dos meses en varias ciudades.
Arteaga ofreció el domingo un concierto en una plaza del este de la capital, donde estuvo acompañado por un grupo de jóvenes motivados por su iniciativa de manifestarse de forma pacífica a través de la música.
"Venezuela merece la pena y merece que nos unamos", dijo el violinista entre llantos mientras cientos de personas le aplaudían y ondeaban banderas venezolanas al grito de "¡sí se puede!".
El músico alcanzó mayor notoriedad el 24 de mayo cuando apareció ante las cámaras llorando luego que un soldado de la guardia nacional en motocicleta le destrozara las cuerdas y el puente de su violín y lo arrastrara a él por el suelo.
Su llanto conmovió al país entero, generó múltiples reacciones desde el exterior y movió a importantes figuras del espectáculo como la cantante colombiana Shakira, quien durante un programa en una radiodifusora en Miami autografió un violín para el joven venezolano tras afirmar que le ponía la "piel de gallina" saber lo que ocurrió.
Luego del incidente el violinista logró retornar a las protestas después que Paolo Lena, un constructor de 32 años, le obsequió un violín que había comprado hace cinco años para su hijo pequeño.
"Sé que mi música lleva un ambiente de paz y por eso es que yo seguiré tocando", dijo Arteaga a The Associated Press. Reconoció que, aunque las protestas le dan miedo, está dispuesto a seguir en las calles para acompañar a los manifestantes.
El violinista, que es oriundo de la ciudad costera de Valencia, en el estado Carabobo del centro del país, estudió música durante dos años en el reconocido Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, y luego completó su formación por su cuenta.
Hace cuatro años Arteaga abandonó su ciudad natal y se mudó a la capital venezolana, donde comenzó a tocar en las calles y en locales comerciales para poderse mantener.
"Él es un héroe porque sin miedo está dando la cara por mucha gente que no se atreve a protestar", dijo Lena al celebrar que Arteaga haya podido retornar a las calles gracias al violín que él le obsequió.
El constructor afirmó que el joven músico simboliza la "esperanza" para muchos venezolanos que aspiran que a través de las manifestaciones callejeras se dé un cambio en Venezuela.
(AP)