La audiencia titulada "Cuba: Evaluación de los cambios repentinos de la Administración" citada este miércoles en el Subcomité de Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de Estados Unidos contó con el testimonio de funcionarios del Departamento de Estado, de Comercio y del Tesoro de Estados Unidos.
El debate reflejó la profunda preocupación de una mayoría de los congresistas participantes por la forma secreta en la que se negoció, al margen del Congreso y el Departamento de Estado, la nueva política; el haber cedido a La Habana demasiado a cambio de muy poco; y las consecuencias de los cambios en la política estadounidense, especialmente en cuanto a la mejoría de los Derechos Humanos en la isla y la mayor inyección de dólares para el régimen castrista.
A favor de la decisión de la administración Obama de cambiar la estrategia para Cuba se manifestaron definidamente cinco legisladores: Ted Poe (Texas), Karen Bass, (California), Gregory Meeks (New York), Alan Lowenthal (California) y Mo Brooks (Alabama). Ellos coincidieron en que la política anterior de aislamiento no funcionó para precipitar cambios en Cuba.
Más de una docena de congresistas de ambos partidos expresaron entretanto su disgusto porque las negociaciones se hubieran hecho secretamente y sin exigir ninguna concesión del Gobierno cubano, antes bien, cediendo las cartas que Estados Unidos tenía para negociar.
El debate fue convocado por el presidente del Comité de Asuntos Exteriores, el republicano por California Ed Royce.
La congresista republicana por la Florida Ileana Ros-Lehtinen fue una de las voces más críticas durante la audiencia. Detalló una serie de hechos ocurridos mientras el Gobierno de Obama negociaba con el régimen de los Castro. Entre ellos, la captura en julio de 2013 del buque norcoreano que llevaba escondido armamento cubano en sus bodegas, los repetidos arrestos de varios activistas cubanos, la reapertura de la base de Lourdes y la presencia del barco espía ruso en Cuba.
El representante por Nueva York Elliot Engel celebró la liberación de Alan Gross y las medidas de Obama, pero consideró que la diplomacia no puede ser asunto de una sola vía, sino de toma y daca. Llamó la atención sobre que la política de Estados Unidos hacia Cuba debía ser más abarcadora hasta conseguir elecciones libres, prensa libre, liberación de los presos políticos y que termine el acoso a los disidentes. Explicó que el Presidente tiene la autoridad para restablecer las embajadas pero el Congreso tiene la autoridad de eliminar el embargo y normalizar las relaciones enfatizando que antes debe haber una apertura en Cuba.
Jeff Duncan, de Carolina del Sur, criticó severamente lo que considera "falta de transparencia del Presidente" al negociar con Cuba.
De igual manera el representante por Nueva Jersey Albio Sires, dejó saber su decepción por las nuevas medidas que no exigen al Gobierno cubano nada a cambio, pues a su juicio lo que Estados Unidos está negociando no conduce a nada, sino que más bien alivia a los dictadores de la presión económica. Opinó que la nueva política debió servir para que el Gobierno estadounidense presionara a un Gobierno que está comportándose de manera "brutal".
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores, el republicano Ed Royce, inquirió si el tema de los Derechos Humanos había sido un asunto a considerar para iniciar la normalización. Se preguntó cómo es posible que los cambios aseguren una mejoría para los cubanos si no ha habido señal de que el Gobierno cubano quiera ceder.
Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, quien presidió las recientes conversaciones bilaterales en La Habana, explicó en reiteradas ocasiones que se trata de construir un canal directo de comunicación, que los intereses y valores de Estados Unidos estarán mejor representados con una embajada, que en muchos países es considerada como algo irritante.
Jacobson insistió en que el cierre de la Base de Guantánamo no está sobre la mesa de la negociaciones y que en este primer paso solo se discute el proceso de normalización de las relaciones entre ambos países.
Royce indagó si la Oficina de Transmisiones a Cuba, a cargo de las operaciones de Radio y TV Martí había sido parte de las discusiones, puesto que el cierre de esta oficina fue una de las demandas en el discurso de Raúl Castro en la CELAC. Opinó que las transmisiones estadounidenses a la isla son vitales mientras no se permita la libre operación de medios independientes en la isla.
La Secretaria de Estado Adjunta respondió que se trata de un asunto que la parte cubana ha presentado siempre en su lista de impedimentos que obstaculizan para mejorar las relaciones, pero que no hay planes para eliminar las transmisiones a Cuba.
Jacobson explicó ampliamente que están al tanto de la situación de los Derechos Humanos en Cuba, el modelo reciente de las detenciones breves, y dijo que esto debe acabar. Aseguró que muchos países de la región, a partir del anuncio de la nueva política de Obama hacia Cuba, han mostrado su voluntad de cooperar para interceder ante el Gobierno cubano a fin de mejorar la situación de los Derechos Humanos en la isla.
Habló específicamente de su gestión con las autoridades panameñas para asegurar la participación de activistas de la sociedad civil cubana en la próxima Cumbre de las Américas, en la que también participará por primera vez el Gobierno cubano. En cumbres anteriores los representantes de las sociedades civiles habían estado representados a través de organizaciones no gubernamentales adscritas a la Organización de Estados Americanos (OEA), ahora, ya esto no es un requisito, de manera que los activistas cubanoas podrán estar en el encuentro.
La preocupación de que la Administración Obama negocie con un Gobierno que da refugio a los prófugos de la justicia estadounidense fue expresada por varios representantes, que hablaron específicamente de Joanne Chesimard, una de los diez terroristas más buscados por el FBI, y de los emigrados cubanos que huyen a Cuba luego de cometer fraudes al Medicare, robos y otros actos criminales.
Especialmente el representante del Sur de la Florida Ted Deutch, mencionó una investigación del diario floridano Sun-Sentinel sobre la facilidad con la que los delincuentes de origen cubano cometen fechorías en Estados Unidos y logran escapar a Cuba, e indagó sobre si estos casos y su posible extradición había sido un tema en las conversaciones encabezadas por Jacobson en La Habana.
La Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental reveló que la devolución de Chesimard y otros fugitivos ha estado presente en muchas de las negociaciones con Cuba, incluso en los primeros diálogos migratorios, y que jamás han recibido una respuesta positiva de parte del Gobierno cubano, pero que se trata de una tema crítico en las relaciones bilaterales y que es parte de lo que quieren solucionar.
Otro tema recurrente en el debate fue la preocupación de que las nuevas medidas beneficien en última instancia al Gobierno de Raúl Castro, puesto que aunque están destinadas a fortalecer al cubano común, a la sociedad civil y al pequeño sector privado, podrían acabar en manos de instituciones estatales. Lo mismo, en el caso de los viajeros, cuyo dinero terminaría engrosando las arcas de las empresas turísticas cubanas, regentadas por el estamento militar.
Algunos representantes estuvieron más interesados por clarificar las medidas y regulaciones para incrementar el comercio con Cuba, entre ellos Ted Poe y Randy Weber, de Texas, y Karen Bass, de California.
Jacobson declaró que hay temas que irán apareciendo en el transcurso de las conversaciones futuras como la entrada de Cuba a organizaciones financieras internacionales, pero que ahora no está en la agenda. Cree ella que, en un futuro, la participación de La Habana en esos foros podría ayudar a crear una economía de mercado, y puede que los cubanos pidan ayuda al respecto. Pero, insistió, no se contempla por ahora.
La legisladora Ileana Ros-Lehtinen recordó que la administración declaró en ocasiones que no habría intercambio de espías y al final se realizó, por lo que insistió en conocer si se está ayudando a Cuba a entrar al FMI, por ejemplo. También preguntó a Jacobson por tres requisitos fundamentales plasmados en la Ley Helms-Burton que si Cuba los cumple permitirían derogar la legislación. La diplomática dijo que no tenía la ley frente a ella para responder.
Ros-Lehtinen puntualizó que esa es una ley de Estados Unidos y que los funcionarios la deben tener presente a la hora de las negociaciones con La Habana.
En la audiencia participaron activamente los siguientes representantes a la Cámara:
Miembros del Subcomité para el Hemisferio Occidental
Jeff Duncan, presidente (Carolina del Sur)
Miembros de la mayoría republicana: Rep. Christopher H. Smith (NJ); Rep. Ileana Ros-Lehtinen (FL) Rep. Matt Salmon (AZ); Rep. Ron DeSantis (FL) Rep. Rep. Tom Emmer (MN).
Miembros de la minoría demócrata: Rep. Albio Sires (NJ); Rep. Joaquin Castro (TX); Rep. Gregory W. Meeks (NY); Rep. Alan S. Lowenthal (CA).
Además, los congresistas Jeff Duncan (SC); Elliot Engel (NY); Brad Sherman (CA); Dana Rorabacher (CA); Steve Chabot (OH); Karen Bass (CA); Ted Poe (TX) David Cicilline (RI); Gerry Connolly (VA); Mo Brooks (AL); Curt Clawson (FL); y Randy Weber (TX).